Reseña del cómic «La playa más bonita del mar del Norte»
¡Ay, el fin del mundo! ¡Qué pena que no estemos aquí para verlo y subir semejante evento mundial a nuestros instas, ¿eh?! Estaremos más ocupados intentando ponernos a salvo en un búnker bajo tierra para resguardarnos del hongo atómico, o poniendo tierra por medio pisando el acelerador evitando los meteoritos que nos pasen rozando y abriendo cráteres por aquí y por allá, o afinando nuestra puntería contra los cráneos de una masa zombi unificada que ha olido nuestro sabroso y apetecible cerebro…
En fin, estamos acostumbrados a finales del mundo muy hollywoodienses, con explosiones, con tipos rebosantes de adrenalina ordenando cosas a grito pelao, con cosas volando por los aires, el suelo abriéndose bajo los pies de los protagonistas, las ciudades congeladas y los campos asolados por la lava de algún volcán con mal despertar.
Pero aquí no. Aquí, en este cómic, me refiero, todo está en calma porque casi no hay personas ya en la Tierra, ya que el nivel del agua aumentó y, no se sabe cómo, ni realmente nos importa ni afecta al relato, pero casi todo el mundo abandonó el planeta y solo quedó la nostalgia y la melancolía, como en una peli de Lars von Trier.
Un fin del mundo melancólico, ahí, en el norte del norte, casi al lado del muro que nos separa de los caminantes blancos… donde los días duran una eternidad y son azules, blancos y morados, lo cual nos da una sensación aún más intensa de frío y soledad. Abril es el mes más cruel. Seguramente la acción de La playa más bonita del mar del Norte transcurra durante ese mes.
Un encuentro esperado por una pareja. No sabemos mucho de ella. No sabemos nada de ellos. Un encuentro prometido, una cita extraña, tal vez la última cita de dos personas en este mundo que agoniza, en una cafetería vacía en la que aún sirven café…
Ciencia ficción de lo más elíptica y desconcertante, que nos ofrece una historia de ¿amor?, ¿de desamor? Como sea, es rara de cojones, pero no por ello menos interesante. Personas que están ahí porque parece que no les importe nada, que parecen putos témpanos, a pesar de que la voz en off de la chica indique lo contrario, a pesar de que cuando ves a la pareja junta, intentas entender qué les ha llevado hasta ahí, como si fueras una vulgar maruja. ¿Han sido pareja? ¿Amantes? Podría ser lo uno, lo otro y ambas cosas, o meros conocidos que una vez cruzaron las miradas cuando el mundo aún era el mundo conocido…
La playa más bonita del mar del Norte, se lee en cero coma, y leer es un decir pues apena tiene palabras, pero es de esos libros que permanecen porque te mete ideas en la cabeza que no son fáciles de disipar. ¿A dónde coño tiene que ir la chica? ¡Como si tuviera algo mejor que hacer! Bueno, pues ella sabrá, que yo ni entro ni salgo en la vida de cada uno…
Lo dicho, un cómic para relajarse con un dibujo cuidado, con una gama de colores fría y en general para disfrutar una historia que nos atrapa sin que nos demos ni cuenta.