La Princesa de las Nieves, de Emily Hawkings y Lisa Evans

¿Os habéis enamorado alguna vez a primera vista? ¿Y de un libro? Yo sí, de éste. Como me suele pasar con los libros infantiles que compro, lo encontré por casualidad. Lo vi, lo hojeé y no pude evitar comprarlo… ¿Y si luego no lo encontraba en ninguna otra librería? Oportunidades así no se pueden dejar pasar.

El libro cuenta la historia de la joven princesa de un país en el que siempre hace calor. Sus padres, los reyes, celebran una fiesta por su décimo cumpleaños. El festejo se realiza en el Palacio del Sol y familias y criaturas fantásticas llegan de todo el reino para la ocasión. Pero los reyes caen en el error de no invitar al Hada de las Nieves, quien –como en el cuento de la Bella Durmiente- se presenta de todos modos y, enfadada, convierte el corazón de la pequeña en un témpano helado.

Las cosas así, a los reyes no les queda más remedio que construir un palacio de hielo en la montaña más alta para que su hija pueda vivir en él, pues de lo contrario, su corazón se derretiría y moriría. Tanto es el frío que en su nuevo hogar hace que la Princesa de las Nieves tiene que vivir sola. Sin embargo, un día aparece un bonito oso polar, que se queda con ella y hace que sus días sean más divertidos.

Los años pasan y la niña se convierte en una hermosa joven deseosa de ver llegar por el camino de hielo a su apuesto príncipe. Pero, aunque es cierto que muchos intentan subir la montaña, besarla y deshacer el hechizo, ninguno es capaz de llegar hasta lo más alto. Esto entristece a la princesa, que sólo cuenta con el apoyo del oso polar; hasta que un día se da cuenta de cuánto quiere a su amigo peludo y, sin pensarlo dos veces, lo besa. Imaginad la sorpresa de la princesa cuando ve aparecer ante ella un apuesto príncipe, su amigo que, curiosamente, siempre ha estado con ella. Al final, como en el mejor cuento de hadas, se casan y viven felices en su palacio de hielo.

Como veis, la historia muy original no es, y también presenta ciertas incoherencias que el lector bien puede detectar, como el ¿cómo sobrevive una niña sola durante años en un castillo helado? o ¿cómo puede el corazón no congelado del recién convertido príncipe habitar en el frío palacio?

No obstante estos pequeños digámosle fallos, recomiendo muy mucho la obra. Porque, en mi opinión, lo más importante de ella no es el texto o la historia: son las delicadas ilustraciones y la edición. Los innumerables relieves con los que cuenta el libro invitan al lector ya no sólo a leer, sino a tocar y disfrutar de sus páginas: se siente el ascenso de las escaleras bajo los dedos, la textura de la barba del rey, el floreado vestido de la princesa, las ramas de los escasos árboles…

Es, en definitiva, un libro que extasía los sentidos de la vista y el tacto y que yo, a pesar de estar dirigido a mayores de nueve años, se lo aconsejo tanto a los niños más pequeños como a las personas más mayores. ¡Que lo disfrutéis!

Judit Rodríguez ( judit@librosyliteratura.es )