Reseña del libro “La Rebelión de Cameroth”, de Victoria Álvarez
Todavía tengo la piel de gallina por el final que acabo de leer.
Ya vengo sospechándolo desde hace años, pero con cada libro de Victoria Álvarez que devoro, voy corroborando esa teoría de que es la mejor escritora de juvenil que tenemos en España ahora mismo. Puedo decir —muy orgullosamente, para qué nos vamos a engañar— que me he leído todos y cada uno de sus libros publicados y ni uno solo de ellos me ha decepcionado. Es que ni siquiera un «bueno, no ha estado mal», no, todos ellos me han fascinado de una manera o de otra. Y sí, la novela de la que vengo a hablaros hoy no es una excepción.
Esta vez le toca el turno a La Rebelión de Cameroth, la segunda parte de La Guerra de Gaiatra, así que si no te has leído su primera parte (La Conjura de Aramat), quizás lo más recomendable sería que no siguieras leyendo esta reseña, porque voy a hablar de cosas que sucedieron en esa primera entrega y nadie quiere que la experiencia de conocer la historia desde sus inicios se vea comprometida.
El caso es que Victoria dejó un panorama bastante alterado, por decirlo suavemente, en aquella primera parte. Una sultana que creía que su hija había muerto, los dos amantes separados con un enfado muy gordo de por medio, un Gran Visir dispuesto a encontrar a su protegida costara lo que costase… Pues bien, a todo esto ahora le tendremos que sumar varios personajes nuevos (o no tan nuevos pero que sí que cobrarán protagonismo) que harán que la madeja se enrede todavía más. Seguiremos de cerca los pasos de Raisha —cuya evolución es impresionante, ya que ahora la vemos mucho más segura y más parecida a su madre, por mucho que le pese—, acompañaremos a Sheng en su búsqueda incansable, conoceremos a Ashanti y su lealtad y descubriremos historias ocultas detrás de personajes que ya en la primera parte nos robaron el corazón.
Una de las cosas que más me ha gustado de este libro es la gran variedad de personajes que hay y la caracterización que tiene cada uno de ellos. Victoria, como ya sabemos, se toma muy en serio la ambientación de sus novelas y en esta juega con un pequeño inconveniente al que ella le da la vuelta para convertirlo en su aliado. Y este es el de haber creado tres mundos diferentes dentro de uno. Cada uno de ellos tiene su historia, su cultura, sus creencias, su personalidad; así que sus habitantes se diferencian muchísimo entre sí. Eso provoca que la escritora haya tenido que ser muy consciente de las distinciones de esos personajes, ¡incluso de su manera de hablar! Y aquí es donde entra Bonnie, uno de mis personajes favoritos (y de casi todo el que se asoma a esta historia, como sé de buena tinta). Es una pirata embarazada con una personalidad tan interesante como su historia. Es malhablada, directa, maleducada e irreverente. Y aun así, es un trozo de pan al que todos querríamos proteger con todas nuestras fuerzas. A eso lo llamo magia.
Tengo que decir que he disfrutado una barbaridad de La Rebelión de Cameroth. Fíjate si tenía ganas de continuar con esta historia que un par de meses antes de que se pusiera a la venta volví a releerme su primera parte, ¡y la disfruté muchísimo más que la primera vez! Si no llego a tener una Lagartija en casa que reclama mi atención cada cinco minutos, habría terminado este libro en un par de días, y eso que se acerca a las setecientas páginas.
En fin, qué no voy a decir yo de Victoria Álvarez, si aparte de ser una de mis autora favoritas es una fuente de inspiración constante (y no solamente en lo referente a lo literario). Espero que siga escribiendo mucho y regalándonos historias apasionantes, porque eso es lo que hace ella: regalarnos pequeñas obras de arte que hacen que recordemos por qué amamos la lectura.