La ridícula idea de no volver a verte, de Rosa Montero
Hace mucho tiempo empecé una reseña diciendo:
“Cuando yo era pequeña me gustaba jugar a adivinar personajes; si era mujer, extranjera, importante, no era actriz ni cantante y estaba muerta, siempre era Madame Curie…”
Esa reseña estaba dedicada a un libro sobre Frida Kahlo, otra mujer que rompió moldes.
Nada más saber que Rosa Montero estaba escribiendo este libro, ya quería leerlo, y reseñarlo. Me gusta Rosa Montero, me gusta su forma de escribir, su manera de comunicar. Me gusta su prosa apasionada, el valor que le da a cada una de las palabras y la curiosidad que genera en mí como lectora.
Yo quería hacer una reseña especial y casi la tenía iniciada en mi mente, pues hace ya algún tiempo leí el arranque del libro:
“Como no he tenido hijos, lo más importante que me ha sucedido en la vida son mis muertos, y con ello me refiero a la muerte de mis seres queridos. ¿Te parece lúgubre, quizá incluso morboso? Yo no lo veo así, antes al contrario: me resulta algo tan lógico, tan natural, tan cierto.”
Es un arranque perfecto. Una de esas frases que ya nunca olvidas, algo que quedará en la memoria de quienes se acerquen a la lectura de “La ridícula idea de no volver a verte”. Y con esa cita subrayada mil veces en el pensamiento (y hoy en el propio libro) me quedé con la copla. Y esperé, paciente a su publicación.
Y llegó ese día, y podría haberlo leído en una noche, os lo aseguro, de hecho ya estaba preparada para eso. Viernes noche y un frío tan tremendo que nada invita a tirarse a la calle, así que, preparado el sofá, preparado el vino y preparado el libro me pongo manos a la obra.
El primer capítulo entra casi sin darme cuenta, como el vino. Me ha dado la sensación de que Rosa estaba aquí, a mi lado, con otro vaso en la mano, hablándome, dándome descansos para que yo conteste, o piense, o beba… Me gusta que los vinos llenen mi boca, que impregnen mis papilas gustativas, que estén equilibrados y que tengan un posgusto largo. Sí, exactamente igual que los libros. Hablamos de Marie Curie y me muestras una primera fotografía, junto a Pierre, a mí también me parece un hombre apuesto… Pero sabes, no puedo dejar de pensar en esos versos que me has recordado unas páginas atrás, esos en los que decía Pessoa: “El poeta es un fingidor. Finge tan completamente que llega a fingir dolor del dolor que de veras siente.”
Mi problema, Rosa, te cuento, como un día le conté al propio Pessoa mientras le leía, es que yo sufro más con el dolor ajeno que con el propio, y el mundo está lleno de dolor… Y fue el segundo capítulo, que por cierto da título al libro, el que definitivamente me enganchó, pero también el que me produjo un terrible desasosiego, porque este libro no habla solo de dolor y de duelo, pero también. Y esa imagen, extraída de la lectura de su diario, Marie con su hermana quemando aquellas ropas del día de la desgracia, de ese día en que perdió a su Pierre, me resultó tan gráfica que tuve que respirar profundamente, pero después añades tu literatura a su diario, y el desasosiego se convierte en algo que me oprime el pecho y noto que el licor se empieza a desbordar por mis ojos y decido reposar estos dos capítulos en mi mente, liquidar mi copa de vino y subir a mi cama, porque necesito la cercanía de quién podría causarme, con su ausencia, la misma locura que a Madame Curie la ausencia de su querido Pierre.
Al día siguiente, en aquel mismo sofá que dejé vacío la noche anterior, y frente a una gran cristalera por la que entraba toda la luz del mundo, reinicio la lectura, ahora acompañada por un té muy caliente y muy negro… y pasan cosas muy curiosas mientras leo, me levanto al ordenador y miro fotos de Marie Curie, y efectivamente en toda la red no hay ninguna en la que se le vea reír, ni tan solo sonreír, nunca había pensado en ello. Y también ahora sé, y de eso si me había dado cuenta, el motivo por el que Rosa sale siempre riendo en la fotos; y he conocido mucho más de la vida de Madame Curie porque para eso “La Montero” es una gran periodista; y hemos hablado de amantes débiles como Langevin ¿Qué vería en él la Curie? Sí, también tenía buen porte y debía ser muy inteligente, pero …ufff, bueno, supongo que tampoco fue fácil para él. Y he conocido al padre de la Curie, del que nunca me olvidaré, y sé que para ella todo fue mucho más complicado de lo que yo creía, y yo siempre había creído que mucho.
Y juntas, como tres amigas, hemos hablado de la vida y de la muerte, cada una desde su estado y su tiempo, y de que las tres tenemos el dedo anular más largo que el índice, y del amor, y de la pasión, y de la felicidad, y de la maternidad, y del trabajo, y de la literatura, y hasta de los hashtags, que ahora dice Rosa que “El lector ya sabe que es un pensamiento en construcción”…Sí, Rosa, como la #Vida, que siempre está en construcción hasta que desaparece.
Susana Hernández
P.D.: Y yo que quería hacer una reseña especial, aquella que casi tenía pensada. Pero lees el libro y pasa esto… Que te dejas llevar.
Bueno, bueno, pues una cuarta amiga más que se une al grupo. A este paso verás que con cada comentario se va a unir una amiga al grupo, jeje, seguro. No se puede decir NO a este libro tal cual nos lo has enseñado. Dan ganas de dejar todo lo que tengo entre manos y saciar la curiosidad que me has contagiado (lo malo, queridita, que ya llevas unos cuantos…)
La cita que has elegido: preciosa. Me produce más bienestar que desasosiego, y es de las que rápidamente una la incorpora a sí mismo pasando a creerse que es propia, jeje.
Un abrazo, y feliz laaaaargo fin de semana que se avecina 😀
Creo que has dicho algo muy importante Icíar. Cuando un escritor es capaz de incorporar su obra a tu vida creo que es un super logro, esa es, en parte la magia de la lectura y naturalmente de la escritura… Y de esas frases, querida, está el libro plagadito… este tienes que tenerlo, porque además está íntegro ese diario de Madame Curie que tiene un valor increíble.
Besicos y feliz fiiiiiiiiiiiin de semana también para ti, que se que andas en duras reflexiones 😀
Desde que oí la entrevista de la autora con Pepa Fernández, estoy deseando leerlo. Tu reseña no ha hecho más que aumentar ese deseo. Gracias. Al igual que Icíar, me uno al grupo, al libro y por supuesto al vino.
Pues nada, amiga Carmen, bienvenida al grupo!!! 😀
Será un placer compartir con vosotras aquello que os sugiera la lectura de este libro y por supuesto, el vino corre de mi cuenta 😛
Besos
Querida Susana:
ahhh ¡pero que bonita manera de leer un libro! imaginándote nada más y nada menos que estás en tan soberbia compañía 😉 y con una copa de vino. Yo no tomo vino porque al otro día me da un dolor de cabeza espantoso (me parece que soy alérgica a los taninos, o que tanta yoga me ha descompuesto el alcoholímetro 😀 ) pero las acompañaré con agua de piña con perejil jajaja
Debe ser un placer leer este libro y en cuanto pueda echarle la mano lo leeré.
¡Siempre salgo con muchos deberes cuando vengo a visitarte! ¡preciosa reseña! se ve que salió del corazón.
Besos,
Ale
pd
disfruta mucho el fin de semana laaaaargo.
Si, sí, ahora lo dañino va a ser el Yoga jajajajajja
Lo cierto es que una copita de vino siempre sienta bien, pero de muy buen vino, que teniendo en cuenta que estoy a un paso del Somontano y a otro de Cariñena, pues ya me dirás (Son zonas de buen vino en España, hay otras, claro pero me pillan más a desmano)… Claro que si tu tienes eses problema con los taninos pues a ti te damos un poco de buen mosto y arreando jejjeje
Ale, cuando un libro se deja leer como consigue en este libro Rosa que lo hagas, es cuando brota la magia de la lectura, creo que es cuando el escritor se puede dar por satisfecho, y no porque yo o tú podamos llegar a ver lo que ella siente sino porque nos hace sentir a nosotras…
Un besazo !!!!
Oye, efectivamente es una primera frase realmente espectacular, tanto que entre ella y tu reseña habéis conseguido volverme atractiva una autora que no sé porqué nunca me había llamado la atención. Y además parece realmente agradable en la entrevista. Enhorabuena por las dos cosas.
Andrés
Gracias, Andrés!
Le pasa a mucha gente que conoce a la Rosa Montero-periodista pero no ha llegado a conocer a la escritora, esta podría ser una buena forma de acercarse a ella.
Un abrazo !!!
Lo tenías fácil esta vez para tentarme, que como ya te he dicho, esta autora me gusta mucho. Pero desde luego a esta reseña es imposible resistirse. Convences hasta aquellos que nunca se han sentido atraídos por esta autora!
Besotes!!!
Ya sabía yo que para muchas Rosa Montero es una tentación jajajaj Y tienes toda la razón en decir que lo tenía fácil, Margari 😀
POr lo demás, de eso se trata jejeje, de animar a leer y los libros que nos convencen más hacen más profundas y creíbles nuestras reseñas, ese es el motivo por el que solo reseño libros que de verdad han sido capaces de trasmitirme algo…
Un besico grande!
Completamente de acuerdo con tu descripción sobre las sensaciones que va produciendo el libro a lo largo de su lectura.
A mi personalmente me cautivo y al igual que tú, lo termine en un par de días. Excelente reseña!!!
Un saludo.
Muchísimas gracias, Lur!!!
Te agradezco tu comentario sobre todo porque ya has leído el libro, y seguro que ahora ya entre las dos no dejamos que nadie pase este libro por alto 😀
UN fuerte abrazo!
Gracias Susana! Me estoy preparando para leerlo… todavía no puedo…
Me llegaste hondo y me haces el camino un poco más fácil.
Abrazo
Querida Mirta, seguro que las palabras de Rosa y la vida de Marí Curie te lo pondrán fácil. Pero lo bueno de los libros es que saben ser pacientes y capaces de esperarnos el tiempo que nos haga falta.
Muchísimas gracias por tu comentario.
Otro fuerte abrazo!!!