La sensacional Hulka, de John Byrne

la sensacional hulkaDurante los años 90 siempre andaba enfrascado leyendo con fervor a la Patrulla X. Tipos muy serios con garras o con poderes mentales que se las veían con los villanos más letales de la Marvel. Poco después Hulka llegaría a mi vida. He de reconocer que sus aventuras no cuajaron del todo en mi mente de adolescente circunspecto que todavía no consideraba el humor como una de las partes más importantes y esenciales de la vida. Sí puedo afirmar que el dibujo de John Byrne me encandiló. Gran parte de esa atención se la llevó la fémina protagonista. Mis hormonas desbocadas de adolescente se encabritaron ante la visión de aquella mujer alta, de piel esmeralda, poseedora de curvas sinuosas, de músculos poderosos y de un buen par de…

<< ¿Un buen par de qué?>>

Espera… ¿Hulka? Iba a decir de ojos. ¡De ojos!

<<Ah vale, ten en cuenta que la Comics Code Authority podría censurar esta reseña. >>

No creo que esa asociación de puritanos tenga potestad por estos lares, Hulka. En esta web tenemos libertad de expresión. ¡Ay, no saben lo que hacen! Como iba diciendo, por aquel entonces no supe valorar al 100% lo que las páginas de la serie La sensacional Hulka atesoraban. Pero muchas lecturas después, y cierta madurez lectora, me dieron una nueva perspectiva para, por fin, apreciar lo que John Byrne había hecho: subvertir las típicas normas de la narración y crear un personaje único e inimitable. Pero antes de proseguir, mi única pregunta para todo aquel interesado en este impecable tomo es la siguiente: ¿Qué tal vais de humor? Ya que en La sensacional Hulka éste es el motor que propulsa sus aventuras.

<< ¡Hey, hey! Para el carro chaval. En mis aventuras también hay acción. Como cuando peleo a muerte contra Titania. ¿Y qué me dices del enfrentamiento a tortazo limpio contra el cabeza hueca de Mahkizmo?>>

Nada que objetar. Pero deberías reconocer que no todos los lectores, incluso a día de hoy, están acostumbrados a que un personaje, ya sea de cómic o de libro, atraviese la cuarta pared. Y es que Hulka lo hace, no solo en cada una de las portadas (mención especial para esa en la que parodia la portada de Vanity Fair en la que Demi Moore aparecía embarazada), sino también a lo largo de sus andanzas. Así pues no es de extrañar que Hulka se enfrente con el autor cada dos por tres para echarle en cara que se esté volviendo un poco vago al dibujar (autocrítica que se hace el propio autor por esos fondos que en alguna ocasión descuidó) o cada vez que la dibuja en poses absurdamente sexys (burlándose así de los artistas que abusaban de ese tipo de poses). El nivel de meta literatura en este cómic es tal que el propio Byrne llega a pasearse por sus viñetas (y a “despedirse” en un número especial que es una verdadera delicia), así como la editora Renée o el jefe de editores Tom Defalco. ¿Y qué ocurre cuando un personaje de cómic sabe que es un personaje de cómic?

<<Pues que puedo saltar entre viñetas, romper páginas que el graciosillo de Byrne ha dejado en blanco o rasgar otras para huir de lugares en los que parecía no haber escapatoria posible. Además comento con mis lectores si las subtramas están a la altura y cuantas páginas le queda al cómic que están leyendo para finalizar. ¡Y en ocasiones hasta saco la edición definitiva del universo Marvel para consultar las particularidades de algunos de mis enemigos! En definitiva: soy la bomba chaval. >>

Nunca dije lo contrario. Pero ya que has sacado a colación los villanos que pueblan La sensacional Hulka, debería comentar que a lo largo de las más de 750 páginas del tomo veremos lo mejor y más granado de la Marvel en lo que se refiere a este aspecto.

<< Te referirás a los villanos más cutres, ¿no?>>

Bueno, yo…

<< ¿Qué tiene de ilustre El Zancudo?>>

Ejem…

<< ¿Y el Doctor Bong? ¿Un tío con cabeza de campana capaz de alterar lo que se emite en televisión? Venga, por favor…>>

Ese capítulo en cuestión es una genialidad. Pues John Byrne emula los inicios de algunas series como Los 4 Fantásticos. En el número cinco de esa serie aparecía Doctor Muerte (Doctor Doom en inglés) así que aquí recuperó un villano con un nombre que fonéticamente se le pareciera y con una vestimenta que, bueno… con los ojos entrecerrados puede semejarse.

<<Lo que yo decía. >>

Pero no debería extrañarnos, pues desde un principio Byrne deja bien claro que va a utilizar los enemigos más penosos y lamentables (la hez de la hez) que haya parido Marvel para reírse de los tópicos de la editorial. Sin duda un agradable soplo de aire fresco que en su momento no se valoró (probablemente por plantear conceptos demasiado adelantados a la época), pero que ahora cobra más sentido que nunca en una serie que buscaba reírse de sí misma. Apta sobre todo para lectores libres de prejuicios. Por otro lado, no son pocas las estrellas invitadas que se pasean por las viñetas de este cómic: Spiderman, Los 4 Fantásticos, una versión muy particular de Los Simpson o Los Picapiedra, Robocop e incluso Mapache Cohete, unos de los integrantes del grupo que lidera Star-Lord en Guardianes de la Galaxia.

<<Mmm…Lo de Guardianes de la Galaxia, y con el volumen 2 en cines, lo has puesto para recibir más visitas ¿verdad?>>

Me declaro culpable.

<<Sí, sí, todo lo que has dicho está muy bien, pero casi no has hablado de lo maravillosa que soy yo, la prota. >>

Algo de razón tienes, porque si hay una cosa que hace único el cómic de La sensacional Hulka, es la Hulka que Byrne concibió. Y no me estoy refiriendo a esa belleza, digna de una diosa, que le otorgó a través de sus lápices, sino a esa compleja personalidad que se va moldeando con cada disparatada situación a la que se enfrenta. Hulka además es una mujer independiente, provocativa, contestona, ocurrente, hace lo que le da la gana, viste como una modelo y no depende de ningún hombre.

<<Bueno, a Wyatt Wingfoot, mi chico, sí que lo necesito para…>>

Vale, vale, lo hemos pillado.

Añadidle a todo lo anteriormente mencionado que la edición de Panini Cómics de La Sensacional Hulka no solo recoge toda la etapa de Byrne con la Amazona Esmeradla, sino que también reúne la novela gráfica, entrevistas que éste concedió y un relato creado por Chris Claremont y Alan Davis. Un tesoro de tapa dura imprescindible en la estantería de todo buen amante del noveno arte.

<< Y si no lo compráis iré a vuestra casa y os quemaré toda la colección de cómics. >>

No lo digo yo. Lo dice Hulka.

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