El prólogo es una de las partes más importantes de un libro. Si es bueno, si nos atrapa, si nos deja con ganas de más, es algo magnífico, pues vamos a empezar la novela con muchas ganas y llenos de emoción por esa lectura.
La sombra del vampiro, de Bella Forrest, es de esos libros que tienen un prólogo delicioso, misterioso, que promete y que nos deja con la miel en los labios. Un comienzo que nos empuja de cabeza a un mundo vampírico diferente, oculto y extraño. Un lugar donde reina la oscuridad, tanto fuera como dentro de sus personajes.
Sinceramente, yo pensaba que sería un libro más sobre vampiros. Chico vampiro conoce chica humana, se enamoran. Los malos quieren destruirlos. Sus amigos les protegen. Pero no, y me ha sorprendido gratamente por ese motivo. Os lo explicaré.
Me llamó la atención el hecho de que nuestra protagonista, Sofía, una joven humana, fuera secuestrada y llevada a La Sombra —una isla oculta gobernada por vampiros— para convertirse en esclava de una criatura de la noche y formar parte de su harén. Eso me resultó original y me recordó en ciertos aspectos al libro Chicas de papel y de fuego. No obstante, a diferencia de esa novela, aquí el amo y señor del harén, el príncipe vampiro Derek, no es un ser repugnante y deleznable como lo era el rey demonio.
Derek acaba de despertar de su letargo y, a pesar de la sed de sangre que siente, lucha contra ello y no quiere ser ese príncipe de las tinieblas que su hermana desea. Derek tiene sentimientos, no está dispuesto a ser una marioneta y no entra en sus planes enamorarse de una humana del harén que le han regalado. Aun así, la atracción por la sangre de Sofía será algo irremediable, y la chica tendrá que jugar bien sus cartas para sobrevivir.
Como he dicho antes, el prólogo me atrapó de tal forma que en un rato leí más de cien páginas del tirón. Es de esos libros que te enganchan y no te sueltan. Además, ayuda mucho que los capítulos nos muestren no solo las percepciones y pensamientos de Sofía, sino también los de Derek. De esa forma, la autora logra que conozcamos los puntos de vista de ambos protagonistas y nos encontremos cómodos dentro de esta corta, pero intensa historia.
Digo corta porque quizás, por poner una pega, esa es una de las cosas que menos me han gustado. Me ha sabido a poco, vaya. Si hubiera contado con cien páginas más, tal vez mis ansias lectoras se hubieran sentido complacidas. Al mismo tiempo, también he sentido que todo se sucedía demasiado rápido. A ver, sí que es cierto que a mí me gusta que una historia vaya al grano, que no se duerma en los laureles y nos proporcione acción. Y esta lo consigue, lo que pasa es que tal vez se precipita un poco y a veces no te da tiempo a asimilar lo que acaba de ocurrir o no te permite empatizar todo lo que te gustaría con los personajes.
No obstante, os diré que esta historia merece mucho la pena, tanto si os gustan los vampiros como si no. Pero, os preguntaréis, «si no me gustan las novelas de vampiros, ¿por qué debería leerla?». Muy sencillo. Bella Forrest no ha escrito una historia vampírica sin más, como ya os dije al inicio de la reseña. Esta historia nos habla del papel de la mujer al servicio del hombre, una mujer joven y libre en el siglo XXI que aterriza en otro mundo, uno oscuro pero cercano donde la mujer es un mero objeto cuya función es agradar al varón. Un lugar donde los humanos no valen nada, son esclavos de los vampiros y deben aceptarlo porque así son las cosas.
Esclavos, pobres y débiles. Señores, ricos y poderosos. Sofía y Derek, dos polos opuestos, dos caras de la misma moneda con más cosas en común que diferencias.
Además, este inicio de saga titulado La sombra del vampiro nos habla también de la ansiedad, de la hipersensibilidad, de la lucha interna de una joven dispuesta a superar esos obstáculos a pesar del temor que la invade. Es la historia de un chico y una chica con un pasado difícil, con padres ausentes que han afectado a su forma de vivir la vida. Una vida que les ha convertido en víctimas o verdugos.
Y lo bonito es que la autora nos permite ser testigos de la fuerza interior y el afán de superación de los protagonistas, del valor que podemos llegar a mostrar los seres humanos en situaciones extremas, afrontando el miedo y apartando la locura de nuestro camino para ser nosotros mismos y ayudar a los demás a que también lo sean.