Tenía una deuda pendiente con este autor tras vendimiar tantas buenas críticas de sus anteriores libros, sobre todo de El problema de los tres cuerpos, y pocas cosas son tan satisfactorias como pagar una deuda al contado, más aun si se hace con gusto. Porque eso es lo que he hecho. Leer con gran placer unas historias de ciencia ficción enormemente atractivas y desbordantes de originalidad, con un lenguaje accesible a cualquiera y unos temas que, si bien en el fondo se repiten, ni cansan ni aburren, y no hacen otra cosa que plantearte hipótesis que, bien mirado, podrían llegar a ocurrir aunque no estemos aquí para verlo ni nosotros, ni los hijos de los hijos de nuestros hijos. Un libro que demuestra el buen estado actual de la ci-fi y que ha modernizado y adaptado a nuestros tiempos la aventura espacial, las invasiones extraterrestres, los desastres climáticos, la tecnología y los miedos y deseos de parte de la humanidad.
En La tierra errante tenemos diez relatos con un denominador común: la sorpresa. Cixin Liu se documenta bien para meternos en el particular universo de cada una de sus historias, empieza poco a poco llevándote a su terreno, te enseña el tablero de juego y a partir de ahí eres tú el que ve cómo se van desarrollando las semillas que ha ido plantando y que, con cierta lógica argumental –y al principio extrañeza para el lector- llegan a florecer en un determinado final, en ocasiones con un giro inesperado, y este no necesariamente al final.
Como decía, la mayoría de los relatos tienen algún tema que se repite, como el saber por anticipado (y por anticipado pueden ser siglos de antelación), que algo malo va a ocurrirle a nuestro planeta, o el contacto con civilizaciones alienígenas.
Dicho esto veamos por encima de que van las diez piezas que conforman esta pequeña joya de la ci-fi:
–La tierra errante, que da título al libro y que, por lo visto ha dado pie a una peli, planea nada menos que poner motores a la Tierra para sacarla de la órbita del Sol, ya que este explotará, y surcar el espacio hasta encontrar otro sol al que poder acoplarse. El relato va narrando las diversas eras que conlleva un proyecto tan pretencioso y que durará unos 2.500 años. Es llamativo el cambio que en las primeras épocas, viviendo en el subsuelo, se produce en las mentalidades. El amor ya no es importante, ni el cine o literatura; tan solo cosas como el estado del sol, el eje de rotación de la Tierra y la supervivencia son lo único que cuenta.
“La gente se había dado cuenta por fin de que, aun en caso de que existiera algún dios, tenía que ser un hijo de puta.”
–Montañas: En pleno mar un exescalador que debido a una tragedia personal renunció a escalar montaña alguna, se verá obligado a llegar a la cima de una peculiar montaña en donde tendrá una charla con una civilización alienígena.
–El sol de China: Este es uno de los que más me han gustado. Narra cómo Shui, un pobre hombre sin recursos, se pone metas y más metas para acabar llegando a donde nadie más se había siquiera planteado.
–En beneficio de la humanidad: este cuento es un buen ejemplo de cómo empezando por un sitio el relato, acaba por derroteros que no hubiera esperado nadie. Es otro de mis favoritos. Y todo empieza cuando un sicario es contratado para matar a tres mendigos… Tremendamente absorbente y espero que no sea anticipatorio, porque el análisis que hace de la sociedad de consumo, del capitalismo y la apremiante escasez de recursos es verdaderamente terrorífica.
–Maldición 5.0: se sale de la tónica de lo visto hasta ahora, aunque tiene su gracia. Una mujer, para vengarse de un hombre crea un virus informático que va a pervivir en el tiempo gracias a actualizaciones y que tendrá resultados demoledores. El propio Cixin Liu aparece parodiándose a sí mismo y como uno de los responsables finales de los efectos del virus.
–La era Micro: es de los que menos me ha gustado. ¿Qué ocurrirá cuando el último humano que ha estado vagando por el universo, pues el Sol volvió a hacer de las suyas, vuelva a la Tierra?
–El gran devorador: curioso de principio a fin. Un lagarto, emisario de una raza invasora, llega a nuestro planeta para anunciar que en 100 años la Tierra será devorada por un planeta con forma de neumático que exprime los recursos de todos aquellos planetas que encuentra a su paso. ¿Algo así como Estela Plateada y Galactus? La humanidad tendrá que idear un plan para sobrevivir. Muy bueno. Todo. De principio a fin. ¡Y vaya final!
-¿Quién cuidará de los dioses?: un planteamiento original sobre el envejecimiento. Un montón de ancianos alienígenas, no recuerdo cuantos, (¿dos mil millones?) afirman ser los dioses que crearon nuestro mundo, y ahora nos necesitan en sus últimos años para que les cuidemos, a cambio de ofrecernos su avanzada tecnología. Sin embargo, los dioses pasarán pronto de ser cuidados a vistos como una carga.
–Con sus ojos: esta vez vamos a viajar al interior de nuestro planeta y en esas circunstancias cuando, rodeada de magma, agobiada por la soledad y la consciencia del futuro que le espera a nuestra protagonista, echa de menos las cosas más triviales y a las que no damos importancia cuando las tenemos al alcance (un amanecer, una flor, la lluvia,…)
–El gran cañón de la Tierra: Tras hibernar 70 años un hombre va a tener que afrontar los cambios que han sucedido a su alrededor y descubrir por qué todo el mundo le odia tanto como para desear su muerte.
En este último capítulo, y puede que en algún otro, sobra algo de contenido técnico (cómo se consigue construir el cañón, densidades de materiales y cosas de ese palo…), que a veces ralentizan el ritmo del cuento en favor de detalles que realmente a un público no especializado no le interesan demasiado y que espera que no duren mucho.
En resumen, un libro que te expande la cabeza de manera que pocos logran hacer a la vez que eres consciente de la maravilla que tienes entre manos. A Cixin Liu le gusta manejar cantidades absolutamente mareantes de tiempo y distancia, porque puede y sabe hacerlo bien y desde luego es innovador en sus tramas.
La tierra errante es una colección de historias divertidas. Mucho. Entretiene, te hace reflexionar, te engancha, te recuerda que nuestro planeta es solo una mota de polvo en la vastedad del universo, te descubre mundos nuevos dentro de este mismo en el que vives, te hace imaginarte a ti mismo en el futuro, te hace volar y te hace disfrutar, que es lo que se busca al leer.
Un libro flipante para quien busque viajes inolvidables, futuros acojonantes no muy deseables en su mayoría y placenteros momentos de lectura, recomendable tanto para fans del género como para neófitos.