Reseña del libro “La tiranía de las moscas”, de Elaine Vilar Madruga
La tiranía de las moscas es esa clase de novela en la que desde el minuto uno te das cuenta de que la autora ha escrito sobre lo que le daba gana y cómo le daba la gana, sin tabús ni convencionalismos. Elaine Vilar Madruga, a pesar de su juventud, ha publicado más de treinta libros y es profesora de escritura creativa, por lo que va sobrada de tablas, y se nota. Te atrapa desde la primera línea y hace contigo lo que quiere. Igual te provoca la risa con su humor retorcido que te asfixia en una ambientación cada vez más claustrofóbica.
Y es que La tiranía de las moscas es una historia dura, pero contada con tanta irreverencia que la mezcla de sensaciones es inevitable. Relata el día a día de una familia atípica. Por un lado, está el padre, el hombre de confianza del General Bigotes (un dictador que se te presenta, en un primer momento, como un amable señor que regala muñecas). Por otro lado, conoces a la madre, metida a terapeuta, aunque necesita la terapia más que sus propios pacientes, que no son otros que sus hijos, especialmente la mayor, Casandra, la principal narradora de La tiranía de las moscas. Casandra tiene la peculiaridad de que se enamora de los objetos, una filia sexual que incomoda mucho a sus padres. Caleb es el mediano y posee un don inquietante: los animales que se acercan a él mueren de inmediato. Y Calia es la pequeña; con tres años, nunca habla porque no le interesa comunicarse con su familia, pero no para de dibujar y lo hace con una perfección que asusta. Se me ha olvidado mencionar que el padre gaguea, por eso suele llamar a sus hijos Cacasandra, Cacaleb y Cacalia, un claro ejemplo de cómo este señor convierte en mierda todo lo que toca.
De lo anterior se deduce que se trata de una familia disfuncional tanto a nivel individual como en su conjunto, pero eso todavía va a peor cuando el General Bigotes comienza a desconfiar del padre, que temiendo que va a perder su relevancia en el país intenta consolidar su poder en casa. A partir de ese momento, lleva su tiranía a niveles extremos, en busca del orden y la perfección. Pero su particular familia no se lo pondrá nada fácil.
Como bien señala en la introducción Cristina Morales (invitada por la editorial Barrett para editar este libro): «La tiranía de las moscas habla de la familia y del Estado como estructuras inherentemente violentas, como las dos grandes aliadas en el sostenimiento de la opresión». Y lo percibes a través de la prosa de Elaine Vilar Madruga, que no da respiro: no hay frase sin intención. Por eso resulta una novela adictiva, más una experiencia que una lectura. La tiranía de las moscas se siente, y lo que se siente es tan perturbador como revolucionario. Uno de esos libros que sacuden y, precisamente por eso, tiene muchas papeletas para colarse entre mis mejores lecturas de 2021.