El relato sobre la inquietante mutación sufrida por Gregor Samsa es, para mí, el mejor comienzo de una historia que he leído jamás. Una visión de pesadilla que el escritor narra perfectamente para que sientas, como lector, la angustia de verte transformado en un monstruoso bicho. El día que leí la historia por vez primera hace ya algunos años, sentí que el cuerpo se me descomponía, me sentí raro, con pesar, horrorizado y a la vez, maravillado por la soberbia historia que Franz Kafka escribió. No he encontrado lectura, ni aún dentro del género de terror, que dé más pavor que La Transformación.
Mi primera lectura la realicé en una vieja edición argentina traducida por el inmenso escritor Jorge Luis Borges (el nombre de Gregor fue españolizado a Gregorio y eso me encantó) de quién, a día de hoy, considero la traducción que más me gusta. Nota que no digo la mejor, solo la que más me gusta. En seguida trato el tema de la traducción actual. Para mí, aquella edición de páginas ajadas amarillentas que casi daba miedo pasar por si se desprendía de la pobre cubierta de papel, me puso el cuerpo del revés. Ya no solo el impactante comienzo sino toda la historia que le sigue. De lo mejorcito que he leído en mucho tiempo y uno de esos libros al que cada año le dedico una tarde. Si se me pasa un año, el siguiente lo leo dos veces.
Convirtiéndose en un clásico de la literatura alemana del siglo XX, la historia narra un hecho que podría ser parte de un mal sueño pero que nada tiene de irreal; Gregor Samsa despierta en su cama convertido en un horrible insecto. De una forma magistral, muy rica en detalles descriptivos, el autor nos sumerge en los pensamientos y pesares del protagonista que intenta habituarse a su nuevo aspecto dentro de su propia habitación y cómo sufre progresivamente el rechazo y aislamiento de sus familiares.
Tras una edición conmemorativa en tapa dura con la ilustración de la portada original en la sobrecubierta, la editorial DeBolsillo edita ahora la edición definitiva en rústica con nueva ilustración impresa para la portada y con la traducción revisada de José Luis del Solar y prólogo y comentario de notas muy interesante de Jordi Llovet. Para muchos, yo el primero acostumbrado a mi vieja edición argentina de La metamorfosis, puede llegar a chocar la interpretación del título elegido. En las notas de Llovet queda muy bien aclarado el motivo. El nombre original de la obra en alemán Die Verwandlung, traducido de cualquier diccionario alemán, la voz Verwandlung significa cambio, transformación, mutación y solo refiere a la metamorfosis cuando se le da una interpretación mitológica. Dada la temática del relato, bien podría tener parte de peso mitológico pero Kafka en ningún momento quiso atribuirle a su historia una carga de mitología, de ahí que la traducción más aceptada sea La transformación.
Juan José del Solar hace un trabajo estupendo traduciendo el relato. Yo no sé alemán pero por notas aclaratorias, sí sé que Kafka escribió su historia con un léxico muy culto y elevado y del Solar desempeña un trabajo muy correcto transcribiendo la historia con un lenguaje directo, sencillo y que no pierde encanto con las intenciones del escrito original. Y la parte que más destaco de esta nueva edición es, sin duda, las notas de Jordi Llovet. En ellas, además de aclaraciones a expresiones concretas dentro del relato para la total comprensión de su lectura, o de las indicaciones que Kafka obligó a que se llevaran a cabo sobre la ilustración de la portada original en la que en palabras suyas, el insecto mismo no debía ser dibujado, ni tan solo debía ser mostrado desde lejos, también incluye fragmentos de las cartas que el escritor alemán escribía a su amada, Felice Bauer, narrando casi a modo de diario, sus emociones y pesares desde la génesis de su relato hasta la culminación del mismo:
“[…] tengo que escribir un cuento que me ha venido a la mente en la cama, en plena aflicción, y que me asedia desde lo más hondo de mí mismo.”
A medida que avanzaba con la historia, las cartas describían la sensación de terror que le producía a su propio autor según la escribía, él mismo iba padeciendo una transformación, y aumentaba su ansia de narrársela cogiendo su mano.
Una edición en la que si ya has leído la historia, nunca está de más conocer, gracias a sus excelentes comentarios de texto, al hombre que se escondía tras esa inquietante historia que a mí, más de una vez, me ha hecho retorcerme en la cama sintiendo escalofríos de despertar una mañana, tras un sueño intranquilo, convertido en un horrible insecto.
Para mí, también tiene un punto tragicómico. El valor de esta obra es que puede tener lecturas muy diferentes, por lo que no me extraña que la leas tan a menudo.
Si no lo has leído, te recomiendo “Cartas al padre”. En esa recopilación de cartas, Kafka demuestra que “La metamorfosis” (o “La transformación”) tiene mucho de autobiográfico, y eso la hace aún más desasosegante.
Saludos.
Muchas gracias por tu recomendación, Esther. Es cierto, es un libro que en cada lectura le sacas punta a algún detalle. Me apuntaré esa colección de cartas para leer y así disfrutar aún mucho más de la historia.
Un abrazo.