“Lo peor de los espejismos no es que sean incapaces de saciar nuestra sed o de brindarnos un poco de sombra, sino la crueldad con la que avivan nuestras esperanzas.”
Los espejismos siempre han conducido al ser humano a un mundo de irrealidad y ensoñación, dominado tanto por la luz como por las sombras. Un mundo mágico al que este solo puede acceder a través de sus sueños y en el que hasta sus más profundos deseos se podrían hacer realidad… Pero también la peor de sus pesadillas. Por eso siempre se dice que cuidado con lo que deseas, ya que podría hacerse realidad. ¿Y cuáles son las consecuencias?
Con esta y otras premisas comienza La voz de Amunet, lo nuevo de Victoria Álvarez, una autora que ha conseguido enamorarme por completo a través de sus increíbles historias. Desde la trilogía Dreaming Spires, he ido leyendo cada uno de sus libros publicados y me he ido enganchando cada vez más a su cuidada prosa, sus enigmáticos personajes y sus maravillosas ambientaciones. Y no olvidemos esos toques paranormales que inundan casi todas sus historias, que fue lo que más me atrajo de sus novelas en un principio.
Creo que, si hay algo que la caracteriza, es su enorme capacidad para reunir todos estos elementos, tan diferentes entre sí, y crear una historia que impacte y logre dejar huella. Y, para esto, hace falta muchísima preparación, esfuerzo y trabajo duro. Y, centrándonos en esta novela, creo que todo esto es fácilmente notable. Una historia que entremezcla ambientes tan diversos como son el Antiguo Egipto y la Francia de Napoleón, aunque sea de ficción, no es sencilla de escribir. Es decir, hace falta una gran documentación, entrega y tiempo, para que el resultado sea exactamente el esperado. Y creo que Victoria, una vez más, lo ha conseguido con creces y se ha superado.
Desde su primer capítulo, La voz de Amunet te transporta tanto al Antiguo Egipto, con toda su magia y esplendor, como a la Francia de Napoleón Bonaparte, con sus soldados, guerras y, también a su modo, la ostentación que definió aquella época y sus clases altas. Y, de esta forma, va alternando en sus capítulos distintas localizaciones y momentos tan lejanos en el tiempo, que consigue trasladarte a cada uno de sus escenarios como si todo lo narrado fuese real. Y así, a través de capítulos narrados en primera persona por cada uno de los protagonistas, comienzas a conocer a los principales personajes de esta historia. Jóvenes cuyas vidas no podrían ser más ser más diferentes pero cuyos destinos se entrelazarán sin remedio, a veces hasta el final de sus días y, otras, hasta el “más allá”.
Y es muy difícil no empatizar con cada uno de ellos, pues vamos conociendo sus pasados, así como sus más profundos miedos, inseguridades y deseos, a lo largo de la novela. Y también comprendiendo todo lo que tienen en común. Los cuatro tienen mucho que perder y, durante esta aventura, en momentos tan lejanos en el tiempo, se enamorarán, perderán a veces lo que más quieren y harán todo lo posible por recuperarlo. Si algo les caracteriza y les une es una soledad que les carcomerá por dentro y les hará viajar miles de kilómetros, tanto en la vida como en la muerte, para salvar y luchar por aquello que más les importa. Y, en el caso de uno de los personajes, será la venganza. Y este punto ha sido quizás el más interesante, por el matiz que logra conseguir al final de la novela y su gran evolución. Es quizás el elemento más importante de este libro y creo que se desarrolla de forma muy lógica y coherente.
Vida y muerte. Riqueza y pobreza. Sabiduría y talento. Amor y venganza. Amistad y traición. Magia y sentido común. Todos estos conceptos, antónimos en casi todos los casos, se unen en cada una de las páginas de La voz de Amunet para mostrarnos que nada es lo que parece y que, en cada capítulo, nos aguardará alguna nueva sorpresa que nos hará replantearnos la naturaleza de cada uno de los personajes, así como su destino a través del desarrollo de los acontecimientos.
Creo que, con esta historia, Victoria Álvarez ha logrado cautivarme por completo una vez más. Y me ha vuelto a sorprender su capacidad para crear unos ambientes tan increíbles que me han permitido escaparse de la, a veces, dolorosa realidad, por unas cuantas horas. Tanto los escenarios a los que me ha transportado como sus protagonistas, me han parecido absolutamente realistas e interesantes. Y cada uno de los giros argumentales han logrado atraparme en la lectura y su desarrollo. Además, la magia que se respira en cada una de sus páginas, así como la impecable narración, que vuelve a utilizar de manera magistral en esta novela, es maravillosa y deja con ganas de más. Siempre he creído que esta autora nunca defrauda con sus novelas y ahora no puedo dejar de pensar en qué nos esperará en la siguiente…