Si hace unos meses me hubieran preguntado por Sarah MacLean, no habría sabido decir quién era. Ahora, después de leer su novela Lady Felicity y el canalla, puedo afirmar que es una de las grandes plumas de la novela romántica histórica. El de Lady Felicity, que es el libro del que vengo a hablaros hoy, es el primer volumen de la serie Los Bastardos Bareknuckle.
Si os está picando la curiosidad por saber más sobre títulos tan jugosos como este y por conocer el estilo de esta autora, lo tenéis muy fácil. Lady Felicity y el canalla, así como sus otras novelas, vienen de la mano de Ediciones Versátil, una editorial que no conocía hasta hace relativamente poco tiempo pero que me ha sorprendido para bien. Una editorial cuidadosa y elegante en sus ediciones además de tener un gusto exquisito en relación a los títulos que publica.
De hecho, el diseño de cubierta de esta novela que ahora os comentaré, es totalmente precioso, femenino y clásico. Parece como si el olor de las flores estuviera impregnado en el vestido de la joven y casi nos permitiera captar el aroma.
Un aroma de mansiones, duques y solteronas en busca de un buen partido. Un aroma que nos transporta al siglo XIX, concretamente al Covent Garden de 1837. Allí encontramos dos historias que se fundirán en una: la de Felicity Faircloth y la de Diablo.
Felicity es una joven de veintisiete años que aún no está casada. Y en una época como la suya en la que la mujer tiene que buscar un buen mozo con título y casarse, estar soltera rondando los treinta es motivo de burlas y una deshonra para la familia.
Así que, Felicity está muerta para su círculo. Un círculo con el que antes disfrutaba mofándose de las pobres solteronas, hasta que el turno le ha llegado a ella convirtiéndola en una solitaria rechazada.
Decepcionada consigo misma por no haber sido capaz de pescar un buen partido y dispuesta a dar en las narices a sus antiguos amigos, Felicity se meterá en la boca de un lobo muy peligroso e irresistible.
Momento ideal para que entre en escena Diablo, el bastardo de un duque. Un hombre poderoso y de armas tomar, el dueño de la ciudad. Pero no os daré más detalles sobre su historia ni por qué se infiltra en Warwick House, lugar donde se encuentra Felicity. No lo haré porque os resultará mucho más emocionante descubrir poco a poco a este personaje y saborear la relación que establece con nuestra otra protagonista.
Eso sí, el destino hará que los dos lleven a cabo un trato que, en principio, beneficiará a ambos, pero las cosas terminarán complicándose mucho.
La verdad es que me ha gustado especialmente la pluma de Sarah MacLean, que es ágil, fresca, divertida y directa. No se anda por las ramas, pues nos deja claro desde el inicio que Felicity y Diablo se gustan. La atracción entre los dos se palpa y se hace cada vez más evidente según avanza la trama aunque ambos intenten negarlo haciéndose los duros e interesantes.
Lo bueno de esta historia es que ya solo con leer el prólogo —corto pero con la información justa y necesaria para crear expectación— os van a entrar unas ganas tremendas de devorar las siguientes páginas.
Y en esas siguientes páginas nos topamos con capítulos que nos muestran en algunos momentos el punto de vista de Diablo y en otros el de Felicity, por lo que gracias a estos saltos entre el uno y la otra la lectura es cómoda y entretenida y evita que el aburrimiento nos visite.
Además, los diálogos entre ambos protagonistas son quizás de las mejores cosas de la novela, pues las pullas, indirectas y comentarios pícaros que se lanzan no tienen desperdicio y dan vida a la historia.
Pero tal vez lo que más me ha gustado ha sido la evolución de Felicity, que comienza siendo una chica del montón, soñadora y sin muchas pretensiones, para convertirse en una mujer dueña de su destino y dispuesta a conseguir lo que se proponga y a quien desee sin importarle la opinión de los demás.
En definitiva, Lady Felicity y el canalla, es una novela que, a pesar de ser la primera de una saga, se puede considerar autoconclusiva, pues se entiende que los siguientes libros nos contarán la historia de los otros bastardos.
Es una novela romántica de época que os hará reír, llorar y suspirar para acabar viviendo una historia de amor con grandes dosis de pasión y tensión entre sus protagonistas.
Es un guiño a Rumpelstiltskin, más sexy y provocador, que nos recuerda que pactar con el diablo siempre es peligroso, pero a veces debemos jugar con fuego para quemarnos y vivir la vida de verdad.