Hace mucho, mucho tiempo, en una época remota, cuando jugaba a esos videojuegos que ahora parecen volver y ponerse de moda gracias a una fiebre nostálgica y amante del pixel, aquellos se dividían básicamente en tres: deportes, plataforma y mata mata. (Seguramente había alguno más, pero esos tres eran los que dominaban en mi entorno).
Pues bien, este cómic podría clasificarse dentro de ese tercer género. En la continuación de Lady Killer nuestra morena de armas tomar domina el mata mata en toda su extensión y con cualquier clase de instrumento que tenga a mano. Martillo, cuchillo, tijeras, brazos, bufanda, cuchillo eléctrico, jerez de cocina… A lo largo de todo este volumen los irá alternando tanto para asesinar como para deshacerse de los cuerpos y poder ir subiendo de nivel.
Además, en Lady Killer 2 seremos testigos de lo duro que era ser mujer en los sesenta y conciliar la vida empresarial y la personal. Y más aún cuando nuestra protagonista, Josie, tiene claro el giro profesional que va a dar a su vida, que no es otro que el dejar de ser una asesina asalariada para pasar a ser autónoma siguiendo unas reglas básicas (enumeradas en off con bastante gracia mientras “trabaja”) como tener las herramientas adecuadas o no temer ensuciarse las manos y, sobre todo, fiarse de su instinto.
Pero claro, la teoría es una cosa y el camino al éxito es duro y siempre lleno de obstáculos y uno no sabe si se ha fiado de su instinto para o bien o para mal hasta que es demasiado tarde. (Por supuesto, siempre es demasiado tarde).
Así que, siguiendo su instinto y sin tener muchas alternativas Josie ve cómo en su aún floreciente negocio tiene que subcontratar a un socio; un antiguo conocido que se ocupará de las labores de limpieza.
Será aquí cuando Josie tenga que emplearse a fondo una vez que todos sus mundos entren en colisión, (porque si algo tiene Josie es la firmeza y capacidad de reacción necesaria cuando las cosas se le tuercen –y las cosas tienden a torcérsele mucho, aunque es cierto que, de lo contrario, no habría historia): su marido, el trabajo de este, su suegra (con un más que interesante flashback) e incluso la posibilidad de promocionarse profesionalmente y recibir trabajos a la altura que Josie merece, se verán comprometidos…
Ya alabé el primer número de esta colección y no puedo hacer menos en esta continuación. Lady Killer 2 es una historia delirante, llena de un humor negro brillante con un apartado visual que es una delicia y cuya lectura vuela en las manos pues se lee que da gusto. El tratamiento gráfico es increíble. Estás inmerso de lleno en un episodio de Mad Men pero la prota es una bella mujer que asesina y mutila. El mimo que Joëlle presta a los detalles se extiende incluso al papel de pared, el cual es meticulosamente investigado. Las escenas gores y sangrientas también están muy bien tratadas pero me gusta especialmente la ambientación de la vida “normal” de nuestra hermosa asesina: el vestuario, los azulejos del baño, los interiores, los coches, los bañadores y bikinis, la vidriera en la escena del bingo, los trajes de las azafatas…
Y el color. El color también es importante y es todo un curro de elegancia y buen ojo con el que podemos deleitarnos aquí.
No me cansaré de decirlo: Joëlle es una ARTISTAZA con mayúsculas y su arte es digno de enmarcarse en los salones de la habitación más chula de nuestra casa. Es más, yo no os recomendaría que compraráis solo un ejemplar. Comprad dos: uno para leerlo y otro para arrancar las hojas y llevarlas a enmarcar. Porque la historia te atrapa y te entretiene, pero está claro que lo que prima en un cómic es el dibujo, y aquí el dibujo. Derroche visual en el que recrearnos una y otra vez.
Un guion bien trazado, unos personajes creíbles, con sus fortalezas y debilidades, para nada planos y en constante evolución, como los tiempos en los que se mueve la trama, y lo más importante: una historia que todavía puede sorprendernos. Porque, por lo que parece, esto no ha hecho más que empezar. ¡Y me alegro!
¡Una joya!