Se suele decir que una imagen vale más que mil palabras. En muchas ocasiones es cierto. Una sola imagen captada en el momento correcto puede mostrar y resumir a la perfección una historia o un sentimiento. Pero las palabras… las palabras van más allá, dan color a las zonas oscuras y, sobre todo, aportan detalles y matices que en una sola imagen no se pueden ver. Desde siempre hemos sido testigos a través de la televisión de violencia, hambre, injusticias, pobreza, guerras… en definitiva, de distintos desastres tanto naturales como propiciados por la mano del hombre. En el último año nos han impactado y destrozado los distintos documentos gráficos con los que nos han bombardeado los medios sobre los refugiados sirios llegando a las costas de Grecia y Turquía. En España, sin ir más lejos, vemos constantemente a miles de emigrantes tratando de cruzar nuestras fronteras y perecer en el intento. Son imágenes escalofriantes y se nos quedan grabadas en la memoria, pero aún así, son sólo una pequeña pieza de una historia mucho más grande. Y eso, amigos, profundidad y detalles, es lo que nos aportan las palabras.
Lágrimas en el mar, de Ruta Sepetys, pone el foco precisamente en la historia de unos pobres hombres y mujeres que tienen que huir de sus lugares de origen para escapar de la violencia y crueldad de la guerra y del hombre.
¿En qué nos habíamos convertido los seres humanos? ¿Era la guerra lo que nos volvía malvados, o simplemente despertaba la maldad que ya habitaba en nuestro interior?
Ruta Sepetys nos cuenta la historia del Wilhelm Gustloff, un trasatlántico (construido por orden de Hitler en tiempo de paz para dirigir y controlar el ocio de la clase obrera alemana, además de exaltar las virtudes del régimen nazi), en el que viajaban los sueños y esperanzas de libertad de hasta 10.000 refugiados y militares alemanes que huían del asedio al que estaba siendo sometido el este de Europa por parte de los Aliados, durante los coletazos finales de la Segunda Guerra Mundial. El barco jamás llegó a su destino debido a que fue el blanco de varios torpedos lanzados por un submarino soviético el 30 de enero de 1945. Su hundimiento supuso la mayor tragedia marítima de la historia superando con creces el número de fallecidos del Titanic y del Lusitania, con más de 9.000 personas que perdieron la vida en las heladas aguas del Báltico aquel fatídico día.
Durante las semanas que pasé huyendo me había imaginado todos los finales posibles. Había hecho un listado de todas las formas en que podría morir. Eran espantosas, aterradoras. Había planeado detalladamente cómo me defendería, que arma usaría. Pero esto no me lo hubiera imaginado nunca. ¿Cómo te defiendes ante la agonía prolongada e insufrible de saber que terminarás rindiéndote al mar?
En Lágrimas en el mar conocemos la historia desde el punto de vista de cuatro protagonistas cuyo único rasgo en común es que son prácticamente niños, jóvenes de entre 15 y 21 años. Cada uno proviene de un país y carga con sus propios demonios y circunstancias, pero todos ellos se ven obligados a madurar y a enfrentarse a la terrible época en la que les ha tocado crecer. Ruta Sepetys es directa y sencilla y mediante capítulos cortos va pasando de un personaje a otro haciéndonos ver las distintas formas de afrontar y actuar ante un suceso de tal envergadura.
Aunque los protagonistas sean tan jóvenes y el libro se haya clasificado como histórico juvenil, se puede leer y disfrutar tengas la edad que tengas. No es una novela especialmente detallada, pero cuenta e introduce en la narración perfectamente los datos suficientes para trasladarnos a ese periodo histórico y, sobre todo, expresa muy bien las reflexiones y pensamientos de este grupo de críos que luchan por sobrevivir. El foco de esta obra está puesto en las personas, en sus historias, en lo que supone verdaderamente una guerra para la gente que sin quererlo ni comerlo se ve inmersa en ella y se ven obligados a alejarse de sus hogares, a ver morir a sus seres queridos y a dejar atrás sus raíces. En este libro vemos cómo el ser humano puede ser generoso y solidario o cruel y egoísta; cómo el hombre es capaz de lo mejor y de lo peor.
Deseé poder hablar lituano en vez de alemán. Cantar canciones lituanas. Me habían obligado a dejar atrás todo aquello que siempre amé (…) He perdido a mi familia, mi idioma y mi país. Lo he perdido todo.
Ruta Sepetys hace un ejercicio de memoria en Lágrimas en el mar. Le da voz a las miles de personas que fallecieron aquel día de 1945 y nos descubre un suceso que no ha colmado los titulares y ha pasado por la historia como de puntillas, a pesar de ser una de las tragedias de mayor magnitud, dentro de una de las dos guerras más cruentas que hemos vivido. Como la propia autora se pregunta, ¿por qué hay episodios históricos que acaba conociendo todo el mundo mientras que otros quedan relegados al olvido?, ¿qué es lo que determina la manera en la que los hechos pasan a la historia? Os recomiendo fervientemente este libro y os invito a reflexionar sobre estas cuestiones.