“Nos escudábamos en nuestra terca visión de la vida. Pero de haber sido capaces de salir de nuestras circunstancias, habríamos comprendido quiénes éramos y en qué nos habíamos convertido.”
Nunca había leído nada de Richard Ford. A pesar de tener en mi lista de pendientes El periodista deportivo, es un autor del que he leído maravillas, pero me faltaba por descubrir. Así que cuando leí la sinopsis de esta colección de relatos, decidí que quizás esta sería una gran forma de empezar. Y, sin duda, tengo que admitir que lo ha sido.
Los relatos que componen Lamento lo ocurrido tienen un hilo en común, que se mantiene desde el inicio hasta el final: la soledad del ser humano. Esto es lo que me ha transmitido cada relato, de una manera u otra, a través de las diversas historias y los personajes que las protagonizan. Ya sea desde el punto de vista de la pérdida y cómo afrontarla, un amor truncado, otro no correspondido, un reencuentro que abre el cajón de los recuerdos… Todos los relatos viajan al pasado y al futuro, al mismo tiempo, y se adentran en las mentes de sus personajes para ahondar en sus desdichas y relatar (nunca mejor dicho) todo lo ocurrido.
Y puede que esto, expresado de esta forma, no tenga nada especial. Podría tratarse de un libro cualquiera… Sin embargo, no lo es. Creo que lo que más me ha sorprendido de este autor es la naturalidad con la que aborda situaciones de gran dramatismo o circunstancias realmente difíciles que afectan realmente a sus personajes. Y nos las presenta de manera totalmente natural, cotidiana, como si fuera un amigo o amiga que nos estuviera contando en una cafetería, en un día cualquiera, un duro episodio de su vida. Y plasma, a la vez, una belleza difícil de explicar: el aprendizaje que esa vivencia ha supuesto para él o ella. Y, a su vez, extrae todo lo positivo que esa experiencia le ha otorgado. Y creo que esto es algo bastante complicado y que solo aparece en la etapa más madura de nuestras vidas.
Por este motivo, creo que Lamento lo ocurrido es una lectura profunda y, precisamente, muy madura puesto que, en ella, Ford ahonda en los sentimientos más íntimos del ser. Y, en cada uno de ellos, a pesar de tener un tono dramático principal que creo que los caracteriza, transmite una riqueza increíble. Como si hablar sobre los sentimientos, incluso los más vacíos, ya que no tienen por qué ser positivos, humildes o profundos, fuera algo sencillo.
“La verdad es que no fuiste valiente, decía Delores. No, le contestaba Grace, no lo fui. Eras guapo, decía ella, pero ser guapo tenía menos valor si no eras valiente. Sabía que pensabas eso, decía Grace en el sueño, y dibujaba esa sonrisa tan característica. Nunca quise ser la que te borrara la sonrisa de la cara. Ella le dijo que otros ya se habían encargado de eso.”
Aunque creo que estos pequeños fragmentos del libro no son suficientes para mostraros lo que os decía, creo que es una buena forma de empezar para mostraros cómo este autor combina lo sencillo con lo complejo. Lo emocional con lo trivial. El amor con el cariño. Todo ello para mostrarnos la dualidad que se da cotidianamente en nuestras vidas.
Tengo que reconocer que Lamento lo ocurrido es de los libros en los que tengo más de 10 fragmentos marcados para el recuerdo. Me encanta volver a algunos libros que tengo en la estantería y releer ciertas frases. Esto es una manía personal, pero me emociona volver al momento en el que las leí por primera vez, sobre todo para saber si sigo sintiendo lo mismo que entonces o si, como se suele decir, lo que nos transmite un libro es diferente según el momento de nuestras vidas en el que lo leamos. Sin duda, volveré a este y espero que me siga transmitiendo tanto como lo ha hecho ahora.