Reseña del libro “Lamer las heridas”, de Leticia Castro
Perros. Tan leales, tan alegres, tan cariñosos. Dicen que son el mejor amigo del hombre. Incluso hay quienes aseguran que un perro les cambió la vida. Si te identificas con estas palabras, es que debes de ser uno de esos apasionados de los perros, así que te encantará Lamer las heridas, de Leticia Castro. Y si te parecen exageradas, tal vez también debas leer esta novela para conocer más de cerca el encanto de los perros.
La protagonista de Lamer las heridas es Camila, una joven argentina recién afincada en un pueblecito de Andalucía. Algo muy doloroso, que no descubriremos hasta bien avanzada la novela, le ha sucedido con su marido, Luca, hasta el punto de sumirla en la depresión. Y eso la ha hecho marcharse a la otra parte del mundo, dejando atrás a su familia y a su pasado. Además, ha decidido por su cuenta abandonar los antidepresivos. Lo que no entraba en sus planes era toparse con un perro callejero que arrastra una pata herida. Ella, que siempre ha odiado a los animales, casi se ve obligada a curarlo, y ahí se empieza a forjar un vínculo inesperado y poderoso que dará un vuelco a su forma de ver el mundo y a sí misma. Pero no será solo gracias al perro, al que llamará Tofi. También tendrán mucho que ver su vecina Maripili, siempre tan simpática y dispuesta a ayudar, y el veterinario Rafael, que le recordará a su marido más de lo que le gustaría reconocer.
Lamer las heridas es una novela que pone en valor las pequeñas cosas y a las buenas personas, que dan sin pedir nada a cambio (¡anda!, como los perros). Y, sobre todo, pone en valor las diferencias, que pueden ser fuente de enriquecimiento más que de conflicto. Por ejemplo, diferentes puntos de vista. Leticia Castro alterna los capítulos en los que nos habla Camila y en los que nos habla Tofi, y, obviamente, los pensamientos de una humana y de un animal sobre la misma situación no pueden ser más dispares. También hay diferencias culturales, que se plasman sobre todo en las conversaciones entre Camila y Maripili, que a pesar de compartir idioma no siempre se entienden, cada una con las expresiones características de su tierra.
Pero si algo destaca en Lamer las heridas es el amor por los perros, como no podía ser de otro modo. A través de los recuerdos de Tofi, se van hilando las historias de otros perros para hablarnos de enfermedades, abandonos y demás penurias que muchas veces les toca padecer. De esta manera, también nos hace entender el porqué de ese amor incondicional cuando el perro da con el humano correcto.
Lamer las heridas es una novela de segundas oportunidades, tanto para los humanos como para los perros, en especial cuando sus caminos se juntan. Escrita con una prosa sencilla, mucho diálogo y un toque de humor, rebosa amor en toda la amplitud de la palabra. Una historia de lectura ligera, que nos deja el corazón calentito y nos recuerda por qué los perros son el mejor amigo del hombre.