Las bendecidas, de Tonya Hurley
En ocasiones, un autor nos llama la atención sin saber el motivo. Empezamos a leer su bibliografía, nos hacemos con todos y cada uno de los libros que publica, y te vas dando cuenta de que tu estantería se empieza a llenar de títulos y más títulos. ¿Por qué digo esto? Porque, sin yo pretenderlo, me he encontrado observando mi estantería, mirando detalladamente las baldas que rodean las paredes de mi habitación, para encontrar que cuento con todos los títulos de Tonya Hurley, una autora que ya me ganó en su momento con su serie Ghostgirl y que con esta novela, de un corte más adulto y alejándose del estilo que la precedía, firma una historia extraña, oscura, pero sin ser por ello negativo, que me ha hecho reflexionar sobre el nuevo mundo editorial para jóvenes y no tan jóvenes. ¿No es eso solamente motivo de alegría para un lector?
Agnes, Lucy y Cece, se encuentran en las Urgencias de un hospital, cada una por un motivo diferente. Será entonces cuando conozcan a Sebastian, un chico misterioso que les regala tres pulseras idénticas. Como guiadas por una fuerza extraña, se verán inmersas en una batalla que es más antigua que la creación del mundo, y de la pueden salir peor de lo que pensaban.
“Las bendecidas” es una historia que hay que leer despacio. Y lo digo porque no es una historia fácil en la que pasar las páginas sin demasiada importancia. Al contrario, diría que, precisamente, una de las bazas con las que cuenta esta historia de ciencia ficción sobre santos y santas del siglo XXI, requiere una lectura pausada, una lectura empapándote de lo que sucede entre sus páginas. Tonya Hurley es perfectamente consciente de que, en los últimos años, la literatura que mezcla romance y ciencia ficción, tiene el éxito asegurado. Pero, en el reverso de la moneda, ¿no supondrá esta nueva historia más de lo mismo? Ahí está la respuesta que todos esperamos encontrarnos a la hora de empezar algún libro: ¿me sorprenderá? La respuesta, tratándose de “Las bendecidas” es que sí, sorprenderá a propios y extraños: por la temática (la mezcla de religión y ciencia ficción en materia adolescente es algo que yo no he visto demasiado), por la forma en la que está escrito (es una lectura fácil, porque la historia lo exige, pero contiene muchas referencias a las que atender con los cinco sentidos), y como siempre, la autora juega con esa estética goth, con esa oscuridad incluso en imágenes llenas de luz, que la ha catapultado a la fama desde hace unos años.
Es de agradecer que, en los tiempos que corren, aparezcan historias como ésta que le den un giro radical a nuestras lecturas. Sí, es una lectura para adolescentes. Sí, quizás alguno de vosotros piense que ya está harto de historias para niñas que se enamoran del personaje de ficción de turno, pero en este caso, hay algo en su lectura que va más allá de los estereotipos que circulan en las estanterías de las librerías. A mí me gusta pensar que todo evoluciona, y novelas como “Las bendecidas” me hacen pensar que, de alguna forma, se va por el buen camino, intentando dar la oportunidad de que historias que, en un principio, pudieran no gustar a la mayor parte del público, aparezcan para saludarnos con su portada y nos anime a encontrarnos con un mundo nuevo por el que caminar y observar mientras vamos conociendo a sus protagonistas.
Tonya Hurley conoce bien los gustos de las adolescentes. Y digo las porque, y eso es un hecho, son ellas las que mantienen vivo el mundo de la lectura adolescente. Lo digo con conocimiento de causa. Pero ahí radica precisamente lo bueno de “Las bendecidas”, que yo, que soy un chico, haya podido disfrutar de esta historia que mantiene la fe en nosotros mismos, por encima de todo.