Reseña de la novela gráfica “Las hijas de Ys”, de M. T. Anderson
¿Conocéis leyendas bretonas? No importa si habéis respondido que no. No pasa nada si no estáis al día con ellas, porque hoy os acerco a una. Os voy a hablar de una novela gráfica que reinventa una de las más populares y conocidas leyendas de Bretaña. Una leyenda del siglo XII sobre la ciudad de Ys, aquella sumergida bajo las aguas.
Dos hermanas, tan intensas y viscerales como diferentes entre sí. Ambas princesas, una es la heredera, la otra una asesina. Ambas únicas en lo suyo. Magia, poder, un reino, amor y odio, venganza y sangre. Todo esto vais a encontrar en Las hijas de Ys, de M. T. Anderson, publicado por Mab Graphic, sello de Ediciones Urano que cada vez me va gustando más. Y es que esta es la tercera novela gráfica que leo ya de este sello después de Ajo y el vampiro y La tejedora encantada.
En Las hijas de Ys, como os decía al principio, hallamos una versión de una leyenda bretona. Una combinación perfecta que adoro: retelling y folclore. Y quizás lo más destacable de esta historia, desde mi punto de vista, sea esa relación entre las dos hermanas protagonistas. Dos caras de la misma moneda, pero cada una con intereses distintos. Dos mujeres víctimas de su entorno, de su padre, del legado y la magia de su madre y un destino cruel y sangriento que las persigue.
Pero antes de meterme más en materia, os contaré brevemente la historia que acontece en estas 206 páginas. Todo empieza con Lady Malgven y Gradlon, el rey de Kerne. Ella le ayuda con su magia a establecer fronteras y murallas y hace retroceder las aguas. Juntos tienen dos hijas: Rozenn, la heredera, y Dahut. Cuando la reina Malgven muere, todas las protecciones del reino se vienen abajo, el rey está desolado y las jóvenes princesas no saben cómo solucionar lo que se les viene encima. Rozenn opta por adentrarse en el bosque y disfrutar del amor por los animales, ya que no se siente a gusto en palacio. Sin embargo, Dahut, la pequeña, asume toda la responsabilidad y da la cara ante los problemas del reino y se empapa de las intrigas palaciegas desplegando sus encantos. Lo que pasa es que la crueldad y el mal siguen muy de cerca a Dahut y quizás esa no sea la mejor manera de reinar. Pero… ¿lo será entonces la de Rozenn? ¿Qué pasará con ambas princesas? ¿Qué ocurrirá con el reino?
La verdad es que he disfrutado mucho de esta novela gráfica no solo por la leyenda en la que se basa, que también, ya que me ha hecho viajar en el tiempo a mi época universitaria cuando estudiaba Literatura inglesa e inglés antiguo, e incluso a aquellos momentos donde Beowulf estaba muy presente, sino por lo que cuenta, por los mensajes que nos deja y por las impresionantes ilustraciones de Jo Rioux acordes completamente a la historia y a cada escena. La oscuridad, las sombras y las tonalidades verdosas son las protagonistas indiscutibles del libro. Dibujos de estilo muy medieval y también celta que hacen referencia al arte anglosajón del siglo V y que me han recordado a otra novela gráfica, Morgana, que versiona la conocida leyenda artúrica desde la perspectiva de la poderosa hechicera de un modo feminista y reivindicativo.
Por otro lado, me han gustado mucho las diferencias entre las hermanas protagonistas, cómo cada una elige un camino y cómo ambas se fortalecen de distinto modo: una a través de la magia que lleva en la sangre y del odio y el rencor que afloran con el paso de los años; y la otra a través de la naturaleza y su conexión con ella. Ambas descubrirán el destino que les deparan sus actos y las consecuencias que traen.
Asimismo, las crueldades y horrores que se llevan a cabo por parte de diferentes personajes con tal de conseguir la prosperidad del reino son muy explícitas, pero a la vez son necesarias para que el lector comprenda cómo y por qué se ha llegado a ese punto. Sobre todo se nos muestra cómo se puede corromper un alma dolorida y dañada como la de Dahut, personaje fascinante como pocos.
Dicho esto, solo me queda animaros a que os hagáis con un ejemplar de Las hijas de Ys, de M. T. Anderson, puesto que al ser una novela gráfica vais a poder devorar la historia en una tarde y, al mismo tiempo, si os apasionan las leyendas antiguas y una buena ración de sangre, sudor y lágrimas de la mano de dos mujeres que tuvieron que crecer sin el amor de una madre, sin el cariño ni el apoyo de un padre y sólo un destino despiadado y brutal pisándoles los talones, esta historia es para vosotros.