Las llanuras del tránsito, de Jean M. Aurel
Sí amigos, ya he terminado esta cuarta entrega de la saga “Los hijos de la tierra”, más de mil páginas repletas de viajes, de nuevos descubrimientos, de grandes peligros… y como ya me temía yo, de sexo, de mucho sexo; incluso creo haber descubierto cual fuera la primera película pornográfica de la historia.
Y como ya os había adelantado que estaba preparada para todo al enfrentarme a estas “Las llanuras del tránsito” que nuestros protagonistas recorren “solos” durante más de un año, pues aquí estoy dispuesta a contaros, con la mente lo más abierta posible, mis sensaciones ante esta cuarta entrega de la genial Jean M. Auel.
Ayla y Jondalar dejan a los Mamutoi e inician su viaje retomando el curso del Río de la Gran Madre (el Danubio) para intentar llegar a las tierras donde se encuentra el hogar de Jondalar. Durante el tránsito, Ayla va conociendo a distintas tribus de “los otros”, y en general, esta curiosa pareja que viaja sobre caballos y con la compañía de “Lobo” (un lobo domesticado) suele causar miedo, pero una vez que han conocido a nuestra protagonista nadie se puede resistir a sus encantos personales.
A pesar de ello, Ayla y Jondalar, en su interior siguen preocupados por como será acogida ella por los Zelandonii, no hay que olvidar que ella fue criada por el Clan, y lo que es peor, engendró a un niño de espíritus mezclados. La verdad es que conociendo a nuestro complicadísimo “experto en placeres”, nos podemos hacer una idea de cómo será el resto de su tribu, por lo que yo, en su lugar, también estaría preocupada.
Cada vez me gusta más Ayla, creo que representa lo mejor del ser humano, respetuosa con la naturaleza, de la que toma sólo lo que necesita; sincera y transparente, emprendedora y con iniciativa. Y me gusta Jondalar, un hombre más complicado pero muy justo, que tiene como bandera el respeto al derecho natural. Me gusta la defensa que hace de la igualdad entre el hombre y la mujer, y su rechazo de plano a los malos tratos contra cualquier ser humano. Ambos piensan que cada cual puede y debe aportar a la comunidad lo mejor que tiene, así se optimizan los recursos que nos da la tierra.
Y llegados a este punto en el que estoy dando opiniones personales, entiendo que si para ellos es incomprensible que una persona pueda violentar a otra de cualquier forma, en relación con la pena de muerte, me ha parecido ver un claro alegato en contra por parte de la autora. Y me parece normal que quien tanto ha investigado sobre el origen de la vida no pueda estar a favor de su destrucción.
De la mano de nuestros amigos hemos cruzado Europa desde Ucrania hasta Francia en la Edad del Hielo, hemos conocido un mundo que se encontraba en constante transformación, y en un tiempo donde los hombres y las mujeres avanzan y mejoran su calidad de vida gracias a la experiencia y la observación (la sabiduría, decía Leonardo da Vinci, es la hija de la experiencia). Hombres que cuidaban y respetaban a esa Madre Tierra porque vieron que ella les proporcionaba lo indispensable para vivir.
–
–
El Danubio al atardecer: Fotografía de www.viajarenautocaravana.com
También estos hombres y mujeres descubrieron pronto lo complicado que es el amor y lo satisfactorio que es el don del placer sexual sin prejuicios, con deseo y consentimiento por parte de quienes lo realizan, esta sí es una gran diferencia entre los Neandertales y los Cro-Magnon. Lástima que algunos sigan sin traspasar este momento evolutivo.
Bien, ahora que Ayla y Jondalar han llegado a la Novena Caverna sanos y salvos, ya me pongo con el quinto volumen, “Los refugios de piedra”, y espero poder regresar para contaros que he aprendido muchas más cosas de Auel, esta genial autora nacida en EE.UU, que a la edad de 18 años se casó, a los 25 ya tenía a sus 5 hijos y toda una vida por delante para documentarse y escribir esta saga de la que ya se han vendido más de 35 millones de ejemplares. Y ya va quedando menos para la presentación de ese sexto libro que cerrará definitivamente esta colección. 12 años para escribir los 5 primeros libros y casi 20 para presentarnos “La tierra de las cuevas pintadas”.
No lo voy a negar, deseo que llegue el mes de Marzo, y este año… no será sólo por ver estallar la primavera.Susana Hernández
Bueno, yo estoy dando ahora mis primeros pasos con la saga y el escenario que me encuentro es plenamente antropológico (bueno, creo que también botánico jajaja).
Así que no me hará mal cambiar a un escenario más sexual, que siempre es interesante 😉
Ya lo indique el otro dia en otro comentario, las sagas en principio no me gustan y los libros que venden como rosquillas jamas los compro, (depues los amigos me los regalan), así que a no ser que alguien se le ocurra regalarmelo no creo que yo compre este libro.
Un saludo
¡Hola Pepe!
Es curioso. A mí me ocurre todo lo contrario. Tengo cierta atracción irrefrenable hacia las sagas. Creo que me viene de la época en que me leí la trilogía de Alexandros, de Manfredi.
Pero es cierto que la gestión de sagas puede tener cierto tufillo comercial y sueles encontrarte con altibajos por el camino.
Bueno Francisco, tienes mucho camino por delante, así que tómatelo con tranquilidad. Como estarás viendo con las reseñas yo lo estoy pasando muy bien con la saga, creo que esta autora ha hecho un gran trabajo de documentación y en cuanto a la novelación está perfectamente estructurada, y bien escrita, resulta creible y entretenida.
Un abrazo !
gracias pr participar y por leer estas reseñas.
como eres un gran lector, y quienes están a tu alrededor te conocen bien, espero que si lo creen oportuno te regalen esta saga. Especialmente el primer libro es muy bueno, el resto claro que tienen altibajos pero en general puedo decir que no me arrepiento de haberme puesto con ellos, lo estoy pasando bien y me ha hecho reflexionar mucho sobre la evolución humana. Ya estoy con el último, así que volverás a leerme por aquí para contarte como cerró esta pentalogía que pronto crecerá en uno más.
Un abrazo!
Hola Susana:
El quinto te va a gustar mucho más y te va a dejar en subidón, ya verás 😀
Yo de este poco recuerdo (a pesar de su extensión); tan sólo esas amazonas que eran malignas con los hombres (qué petardas!) y los pobres cascos de los caballos sufriendo por el hielo… Ahhh sí: y de la “píldora” 😉
¿Sabes? desde que he visto promocionar ahora la saga en blogs me dió por mirar mis libros y los tengo en una edición de bolsillo que te juro que da miedo mirar esas letrinas sin apenas espacios entre líneas! Creo que tengo que visitar al oculista…
Sí, Isi, el asunto de las amazonas fue tremendo; también todo lo que comentas. Lo que ya estoy viendo es que una vez leídos los libros empiezas a guardarlos en tu cerebro como un conjunto.
Ya sólo me queda un empujón del quinto, así que pronto estaré otra vez por aquí contando mi experiencia global.
Hummm los míos también son de bolsillo, y sí creo que su lectura de hace un poco dura para los que ya tenemos una edad; osea más de 25 jajajja
Un besico!
oye, pues está muy bien, si toca cosas que nos formaron como humanidad, también tenía que tocar el sexo. No me imagino como sería en la edad de piedra ¡tendré que ponerme a leer sus libros! 😉
Así que estás esperando con ansias la primavera…así estaba yo esperando que saliera el último de la saga de Harry Potter jajaja…
un beso,
Ale.
Tienes razón Ale, es lo que pasa cuando te metes de lleno en una saga, y sobre todo cuando lo haces como yo en este caso, toda de un tirón. Jajajaj tengo una amiga a la que le pasó lomismo que a tí con Harry Potter.
Un besico amiga!