De los 1586 cráteres lunares que reciben el nombre de una persona como homenaje a sus logros científicos, filosóficos o ambos, sólo 28 son mujeres (y dos de ellas son mecenas y una probablemente ficticia). Una proporción aún más ridícula que la de las 48 de 907 premios Nobel. Sí, ya sé, al ser nombres de toda la historia y dada la relativamente juventud de la noción de igualdad de género puede resultar excusable. Pues no. El relato de la vida de estas 28 mujeres deja claro hasta qué punto tuvieron que luchar no ya para lograr su homenaje lunar, sino para conseguir un mínimo reconocimiento. O un sueldo. Este libro resulta interesantísimo por muchos motivos pero que me perdonen los autores, cuyo trabajo es magnífico, dicho sea de paso, si digo que el libro que realmente me apetece leer ahora es el de las mujeres que, mereciéndolo, no engrosan este catálogo. Las mujeres de la luna despiertan en el lector un profunda admiración, pero mentiría si dijese que no va acompañada en muchos momentos de una profunda indignación. Tampoco es especialmente edificante que para cualquier ciudadano de cultura científica media el listado de los nombres sea tan poco pródigo en nombres conocidos.
El trabajo de documentación de Daniel Roberto Altschuler y Fernando J. Ballesteros es brillante, pero el que han hecho haciéndolo no sólo comprensible sino incluso ameno es francamente digno de admiración. Las mujeres de la luna no es sólo un estudio biográfico de unas mujeres de biografía elocuente, es también una destacable obra de divulgación científica.
Hay algo de belleza poética que los cráteres de la luna constituyan, nomenclatura mediante, un reflejo de nuestra propia historia. En ese sentido no debe sorprendernos que sea injusta y desigual, pero tampoco debe hacerlo que el desarrollo de esas historias resulte en ocasiones profundamente emotivo y no incluya sólo conocimiento científico, talento o superación de las adversidades sino también alguna historia de amor terriblemente hermosa.
Las mujeres de la luna, como ven, es un libro francamente especial y como suele suceder en estos casos la edición está a la altura de la historia que se cuenta. Es un libro hermoso, lleno de detalles y sin duda una honrosa incorporación a una biblioteca. Un libro que consigue algo complicado de lograr: cambiar la mirada del lector. Uno mira a la luna de otra manera cuando ha leído este libro, créanme.
Hay además historias paralelas que son francamente interesantes, como sin duda podría ser la de la llegada de la hortensia a Europa. Sí, la flor. Y sí, tiene que ver con una mujer de la luna y con un científico no sé si gafe pero desde luego notablemente desdichado. Pero las protagonistas son sin duda las mujeres que protagonizan este libro y permítanme que acabe esta reseña como es de justicia, con sus nombres:
– Hipatia de Alejandría
– Catalina de Alejandría
– Nicole-Reine Etable de la Brière Lepaute
– Caroline Lucretia Herschel
– Mary Fairfax Greig Somerville
– Anne Sheepshanks
– Catherine Wolfe Bruce
– María Mitchell
– Agnes Mary Clerke
– Sofía Vasiíievna Kovalévskaya
– Annie Scott Dill Russell Maunder
– Williamina Paton Stevens Fleming
– Annie Jump Cannon
– Antonia Caetana Maury
– Henrietta Swan Leavitt
– Mary Adela Blagg
– Mary E. Proctor
– Marie Sklodowska-Curie
– Lise Meitner
– Amalie Emmy Noether
– Louise Freeland Jenkins
– Priscilla Fairfield Bok
– Gerty Theresa Radnitz Cori
– Judith Arlene Resnik
– Sharon Christa McAuliffe
– Kalpana Chawla
– Laurel Blair Salton Clark
– Valentina Vladimirovna Nikolayeva Tereshkova
Andrés Barrero
contacto@andresbarrero.es
@abarreror
Preciosa y emotiva reseña.
Muchas gracias, espero que haya logrado transmitir cuanto de especial tiene el libro.