Siempre he dicho que a mí me gusta mucho ponerme en la piel de los personajes de las historias que leo pasa intentar sentir lo que sienten ellos en los libros. No sé si me gusta porque sé que son cosas que a mí —por el momento— no me ocurren y es una forma de vivirlas, o porque precisamente sé que, como no me ocurren, no me importa que les pase a otros y que yo me entere de ello. Bueno, no sé si me he explicado, pero espero hacerlo a lo largo de esta reseña.
Y es que hoy vengo a hablaros de Las radiografías de Xabina, un libro escrito por Pilar Ana Tolosana Artola y que empieza con el misterio de por qué su protagonista se ha despertado con las dos piernas escayoladas y no recuerda nada de lo que ha pasado.
Interesante, ¿verdad? Pues bien, diré que la novela tiene buen ritmo y que pronto descubriremos qué hay detrás de esas escayolas. Pronto seremos partícipes de la investigación que la propia Xabina va a tener que hacer y que tendrá que llevar a cabo con cuidado, porque resulta que hay más gente implicada de las que en un principio pudiera parecer, y porque muchas personas de su alrededor acaban heridas o, lo que es peor, muertas. Y es que en cuanto sale del hospital, donde coincide con Sonia, ve cómo un todoterreno acaba atropellando a su amiga.
Y os preguntaréis que quién es Sonia, y aquí está la clave: es la amiga con la que viajó a Perú. Xabina recuerda eso, recuerda haber estado en el aeropuerto de Perú, pero no recuerda nada más, así que la única persona que puede ayudarla, la única que puede esclarecer qué ha pasado, es ella, Sonia. Y ahora que ya no está… Xabina está metida en un buen lío.
Las radiografías de Xabina empieza pisando fuerte, todo pasa sin que al lector le dé tiempo a reaccionar y eso hace que, cuando se quiera dar cuenta, quizás ya haya pasado más de medio libro por delante de sus ojos, porque ocurren muchas cosas en muy poco tiempo, y eso es bueno, porque hace que la novela sea rápida y su lectura ágil.
A ello también ayuda la narrativa de su atora, Pilar Ana Tolosana Artola, que es fresca y dinámica. No se para a describir escenas innecesarias y juega sobre todo con personajes que van apareciendo a lo largo de la novela. Estos personajes externos cuya duración en el libro será mayor o menor dependiendo del momento en que se usen, serán los que nos vayan dando las claves para descubrir el misterio que encierran sus páginas. Y hablo en primera persona porque nosotros, como lectores, iremos indagando en el caso a la vez que lo hace la propia Xabina. Esto es curioso porque normalmente este efecto se consigue utilizando la primera persona, para que el lector no disponga de información adicional. Pero la autora se ha decantado por utilizar una tercera persona, un narrador omnipresente, que nos cuenta todo lo que va ocurriendo. Sin embargo, esa voz no se adelanta a los acontecimientos y nos cuenta poco a poco lo que está sucediendo, a la vez que lo descubre Xabina. Ese punto me ha gustado porque se podría haber caído en el error de adelantar información y así se habría perdido el misterio y el encanto de este libro, así que veo todo un acierto lo de la tercera persona.
En cuanto a los personajes, como os dije antes, los hay que van y vienen durante todo el libro. Pero aunque tengan una aparición corta, todos son importantes porque son los que van a dar las claves para que todo tenga sentido. Así se consigue que Xabina destaque entre todos ellos. Es un personaje del que en un inicio no sabemos absolutamente nada. No sabemos ni a qué se dedica, ni qué le gusta, ni en qué pasa el tiempo libre. Solo sabemos que ha estado en Perú y que ahora tiene las piernas escayoladas. Eso hace que la propia Xabina también sea un misterio para el lector, que tendrá que descubrir qué oculta para entender todo lo que ha ocurrido.
En definitiva, Las radiografías de Xabina es un libro ameno y entretenido que te gustará si te gustan los libros de misterio donde nada es lo que parece, y que te dejan siempre con ganas de más. Y espero que ahora entendáis a lo que me refería al principio, con eso de que me gusta leer historias porque me gusta vivir otras vidas pero también porque sé que esas vidas no son las mías. Ponerse en la piel de Xabina durante estas páginas ha sido algo emocionante y misterioso, pero doy las gracias por no ser ella. Así que aquí cierro esta reseña y este libro, tranquila porque sé que Xabina no soy yo y preocupada porque lo que le ocurre realmente nos puede pasar a cualquiera.
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