Reseña del libro “Las semillas del rencor”, de Esther Magar
Llevo ya seis años escribiendo reseñas para Libros y Literatura. ¡Seis años! Se dice pronto. En todo este tiempo he leído y reseñado libros de todo tipo. Ahora, esos libros pueblan mis estanterías y, cómo no, un pedacito de cada uno de ellos vive en mí. Es increíble cómo la literatura nos hace más humanos, más grandes y, paradójicamente, al mismo tiempo cada vez más pequeños.
Si hay algo que disfruto especialmente es cuando leo y reseño libros de gente que conozco. Acercarse a alguien a través de su literatura es una de las mejores formas para comprender verdaderamente a esa persona. Y aunque a mi compi de Libros y Literatura, Esther Magar, no la conozca personalmente, después de leer su primera novela tengo la impresión de estar un poquito más cerca de ella. ¿No es eso genial?
Esther Magar nos traslada en Las semillas del rencor a un universo propio. Un universo que en la novela queda apenas reducido a la ciudad de Pesinistra y sus habitantes, pero que abarca tanto entre sus páginas que no sé si una reseña será suficiente para poder contároslo todo.
Amante del Realismo Mágico, Esther Magar consigue dotar a su novela de esa fuerza tan mundana y a la vez tan sobrenatural que caracteriza a este movimiento literario. Y lo hace a través de una saga familiar de mujeres que buscan su lugar en el mundo enfrentándose a su propio destino.
Así, la autora nos sumerge en este pueblo situado entre montañas. Un pueblo hostil, cargado de prejuicios y de habladurías. Pesinistra es, sin duda, un lugar inhóspito en el que echar raíces y soñar. Elisa y su familia tienen mala reputación en el pueblo. Para los vecinos, el color rojo de sus cabellos solo puede indicar una cosa: el demonio vive en ella. Cansada de las habladurías de los vecinos, un personaje coral en la novela que es la voz de la propia hostilidad, Elisa se jura a sí misma abandonar Pesinistra para no volver, dejando atrás a Rodrigo, su amigo de la infancia eternamente enamorado de ella.
Elisa pone rumbo a Beledís, convencida de que allí sabrán valorarla. Pero los sueños de dejar atrás un pasado de burlas y desprecio, se convierten en una pesadilla. La vida no resultará más fácil en la ciudad, donde Elisa acaba ejerciendo de prostituta para poder sobrevivir y donde el amor no termina nunca de llegar. Sin otra opción, Elisa decide regresar a Pesinistra, donde quizás sí que haya alguien esperándola. No contaba la desafortunada Elisa con que volvería embarazada de la ciudad. Un revés que no hace más que atormentarla y secar aún más su ya maltrecho corazón.
La recién nacida Elisa deberá encontrar su sitio en el mundo por sí sola, ya que su madre fallece en el parto. Así es como irá a parar en brazos de María, la mujer de Rodrigo, quien únicamente le ofrecerá su alimento y un techo sin brindarle ningún rescoldo de amor a la pequeña. De nuevo la hostilidad, el desprecio y la burla. Es el sino de estas mujeres de cabellos incendiados. Su vida no será más fácil que la de su madre, pero sí encontrará el amor en los brazos de Manuel, el zapatero del pueblo.
Volvemos a saltar de generación y esta vez conocemos al hijo de Elisa y Manuel, quien se enamora de Candela y con quien tiene cuatro hijas, una de ellas, con el pelo de color azafrán. Con las cuatro niñas ya crecidas, Manuel da cobijo a Jeremías Santana a cambio de que le ayude en el taller de zapatería. Un forastero bien dispuesto que traerá consigo de nuevo el dolor y el infortunio a estas mujeres marcadas por un destino trágico.
¿Veis? Os he dicho que una reseña no me alcanzaba para abarcar todo el universo que Esther Magar dibuja en Las semillas del rencor. A esta saga de mujeres todavía se le suman nuevas generaciones, nuevas desgracias, viejos destinos a los que hacer frente, pero será mejor que Esther Magar os lo presente a través de sus páginas.
Su estilo es delicado, muy detallista y ágil. Esther Magar es toda una escritora con mayúsculas que sabe cómo transportarnos a Pesinistra y sumergirnos en esta historia. De hecho, devoré el libro en tres tardes y si hubiera tenido más páginas, seguiría devorándolo porque me fascina lo bien escrito que está y cómo Esther Magar te atrapa en su lectura sin apenas darte cuenta.
He disfrutado muchísimo conociendo a esta saga familiar, a pesar de lo trágico de sus destinos. Esther Magar me ha hecho querer a estas mujeres y odiar como ellas a ese pueblo llamado Pesinistra que será la fuente de sus desgracias y al que, irremediablemente, todas están vinculadas, de manera terrenal siempre, otras más sobrenatural.
Las semillas del rencor es una novela madura, llena de contrastes, con unos personajes retratados de forma brillante que hará que no podáis dejar de leerla. Una de esas novelas que se quedará a vivir dentro de mí por mucho tiempo.