Las señoritas de escasos medios, de Muriel Spark
Si mi amigo Javier BR, al que ustedes tan bien conocen por sus estupendas reseñas, me dice que lea este libro, pues yo, que soy muy bien mandada, dejo todo lo que tengo entre manos, y lo leo.
Las señoritas de escasos medios. Una novela publicada en el año 1963, un año, en el que he querido suponer que en Cataluña se obtuvieron estupendas cosechas; y digo esto porque este ha sido otro de esos libros que apetece leer mientras degustas algún estupendo vino, pero en este caso lo he acompañado con un generoso cava catalán “brut nature”. (Sí, ya sé que debería estar bebiendo té o Cherry, pero si leo un libro del 63, bebo cava, no hay más).
184 páginas que, escritas con el mejor estilo inglés, me han hecho adentrarme en un Club residencial de señoritas en el que me he sentido como una invitada de excepción. Brindo por ellas.
Leo ahora, tras finalizarla, que esta novela está considerada como una de las mejores de Muriel Spark. No lo dudo, y tampoco dudo que tras este primer acercamiento a esta autora de origen Judio-Italiano nacida en 1918 en Edimburgo, llegarán otros libros, pues me ha llamado la atención la forma de escribir de esta mujer que desempeñó labores de contraespionaje en el departamento de propaganda antinazi del Ministerio de Asuntos Exteriores inglés, y que mantuvo una gran relación de amistad con Graham Greene. Falleció en la Toscana en Abril de 2006. Va por ella el último sorbo de mi primera copa.
Yo nunca he estado en un internado, ni en ninguna residencia de estudiantes o “estudiantas”, y nunca pensé que a través de un grupo de mujeres como este, y sin salir (casi) de este club en el que habitan estas “señoritas de escasos medios”, podría vivir tan gráficamente, no sólo la forma de vida que ellas tenían, sino conocer y tomar el pulso a ese Londres del final de la Segunda Guerra Mundial.
La autora nos muestra cómo la guerra se mete en la vida de todas y cada una de las personas que la sufren, y por mucho que pueda parecer que estas jóvenes, algunas ya no tanto, viven de forma despreocupada esta situación, lo que encontramos de fondo es el panorama general que se vivía en ese Londres austero por necesidad, ese que intenta mantener la compostura con la seguridad de quien se siente vencedor.
Los ingleses para mí han sido siempre muy extraños en todo… menos a la hora de escribir. Y leyendo éste, como tantos otros libros relacionados con las guerras, reflexiono sobre cuanto se relaja la moral en estos periodos bélicos, cuando la necesidad apremia, pero incluso así, los ingleses nunca dejan de ser ingleses.
El estilo de esta novela es muy sintetizado, lo que unido a las ingeniosas pinceladas de humor e ironía que nos ofrece la autora, da como resultado un texto ligero en apariencia, y solo en apariencia ya que casi nada de lo que piensan o dicen las señoritas que habitan el Club May of Teck irá a saco roto, todo tiene un por qué, y no digamos ya las de esos otros personajes a los que nos acercan como el caso del poeta-anarco-pensador y aspirante a escritor, Nicholas Farringdon, que terminará convirtiéndose en parte fundamental de sus vidas, y llegado el momento… de la novela.
Pero por encima de todas las voces, quedará la de Jane Wright, una mujer que trabaja en una pequeña editorial, a quien Nicholas llevó a una fiesta para que conociera a toda esa gente joven que tanto le gustaba: “Hombres poetas con pantalones de pana y mujeres poetas con el pelo por la cintura, aunque ellas lo que hacían realmente era pasar la poesía a máquina y acostarse con los poetastros, lo que venía a ser lo mismo”. Por si no recuerdan que andaba bebiendo cava, allá va la segunda copa.
Me gusta esta mujer, Jane, que se hace reflexiones interesantes, muy interesantes. A ella le encanta la buena literatura y sabe reconocerla, es inteligente y tiene profunda conversación, pero sabía que había un error que siempre cometía con los hombres: “deducir que, como ella prefería a los hombres cultos y leídos, a ellos les sucediera lo mismo con respecto a las mujeres”, pero aquí esta la autora para apostillar, a través de su narrador la triste realidad: “Y nunca se le ocurrió que a los hombres de letras, suponiendo que les gustasen las mujeres, no preferían necesariamente a las mujeres cultas, sino a las chicas en general”. Está bien, otra copa, y en esta ocasión, de un solo trago.
No se equivoquen, no es una novela solo para señoritas de escasos medios, es una estupenda novela que no dejará indiferente a nadie que disfrute con la literatura inglesa.
Las dos últimas páginas son una exquisitez, así que con su permiso, las releeré para apurar la última copa de ese excelente cava catalán que me recuerda siempre a esa gran “cosecha del 63” que tan buenos frutos dió.
A vuestra salud, amigos!
Susana Hernández
Jajaja, bueno, como a estas alturas andarás ya por ahí ‘doblada’, intentaré ser delicada y vocalizar bien, jeje.
Muy apetecible este libro. Yo también quiero entrar en un club de señoritas. A ver si encajo.
De verdad que me interesa el tema, y eso que dices de la relajación en momentos de querra. Me he fijado en eso. Creo que el oler la muerte tan de cerca, nos vuelve menos serios, jeje.
Y eso que cuentas de la escritora, me resultan unos buenos credenciales, desde luego ha debido vivir bastante, con sus contraespionajes que muy bien podrían haber inspirado a Graham Green.
Besicos, querida, me lo llevo también, ¿No te doy lástima? 🙁
Como se suele decir que nunca es tarde si la dicha es buena, yo también quiero ingresar por vez primera en mi vida en esta residencia de estudiantes y vivir en ese Londres que, a pesar de vivir una II guerra mundial, se esfuerza por continuar como si nada pasara, como si nada les afectara. Y con el cava no te acompaño, que como abra la botella que tengo en casa, me la tengo que tomar yo enterita, que soy a la única que le gusta. Y no es plan, jajaja.
Besotes!!!
ADORABLE, me va a encantar este libro, no solo por la reseña tan simpatica (se nota que has disfrutado leyendolo…y mucho) sino por lo que me gustan los escritores/as ingleses/as…sobre todo cuando escriben sobre señoritas…BUEN VERANO
Jajajja, te agradezco la claridad de tu comentario que todavía me burbujea la cabeza jajaja.
Claro que encajarías, es lo que tienen esos tiempos tan revueltos que todo el mundo puede hacerse con un espacio.
La verdad es que investigar sobre la escritora tras la lectura del libro me ha parecido muy interesante, de verdad.
“”Besicos, querida, me lo llevo también, ¿No te doy lástima? :(“” Lástima?? Jajaj me muero de la risa, … Persona, es el cava jejeje, seguro que el libro te gustará, querida.
Un besico !!!!
Tienes razón Margarita, nunca es tarde, y menos en este Club, pues las “Señoritas” que lo habitan, no son todas exactamente estudiantes, con lo que tenemos posibilidad de encajar perfectamente, sobre todo si nos gusta la literatura.
En cuanto al cava, jejeje, te entiendo, ya ves que a mí me toca solita terminar lo que empiezo jejeje.
Un besico también para tí!!!!!!
Gracias Loles, espero de verdad que disfrutes con la lectura de este libro, y que esta escritora logre cautivarte como a mí.
Un muy feliz verano también para tí!
Que linda reseña, con ese hilo conductor de vino tan rico! Salud!!! Nunca leí tomando algo, lo haré, sin lugar a dudas, un día de estos; el libro me hizo acordar a La Señora Dalloway, que leí y me pareció del mismo estilo, además de inglés; un saludo gigante!
Me alegro de que te haya gustado el libro… si no, ya me puedo imaginar la reseña comenzando: “Por culpa de Javier…” Personalmente, le estoy muy agradecido a esta editorial por haber recuperado con libros como este o los de Stella Gibbons o Penelope Fitzgerald, esa gran literatura inglesa divertida y de magnífica calidad (como tu reseña) a la que durante tanto tiempo no hemos prestado ninguna atención.
Un abrazo.
Ahora al leerte pienso que igual estoy induciendo a nuestros lectores a beber!!!
Espero que no.
Tomo nota del libro que comentas para cuando tenga una copita de vino y no sepa con qué acomapñarla (jejej)
Un fuerte abrazo también para ti!
Es posible que no todos los libros que se reseñan me gusten, pero lo que tengo claro es que todos merecen ser leídos. En este caso, siendo la recomendación de un compañero, no había duda posible, no solo merecía ser leído sino que lo he disfrutado muchísimo, así que no puedo hacer otra cosa que darte las gracias y decirle a nuestros lectores que se dejen seducir por este tipo de libros.
Gracias Javier !
¡muy bueno en que los ingleses son extraños en todo, menos en la manera de escribir! ciertamente son un pueblo cuya carácter difiere de mi nación también. ¿184 páginas? me lo apunto que últimamente no tengo tiempo para libros muy largos.
un beso,
Ale.
Corto, conciso y bueno, querida Ale! Así es este libro, que seguro que te hará pasar un buen rato literario.
Un besico!
Muy buena tu reseña. A mi es un libro que me ha cansado un poco, un poco lento para mi gusto, y lo mejor sí, el final. No creo que repita con esta autora.