Las venas abiertas de América Latina, de Eduardo Galeano
La Historia se construye a golpes. Esta frase, escrita en otra reseña, muy bien se puede trasladar a esta obra, a esta gran obra en la que la Historia (siempre con mayúscula, nunca con minúscula) de América Latina aparece retratada en toda su crudeza, en toda su extensión, donde nos enfrentamos con nosotros mismos, con nuestra propia naturaleza como ser humano. Pero la historia de un libro se entiende también, más allá de su lectura, conociendo los entresijos, indagando sobre el cómo, el por qué, el para qué. Preguntas que nos permiten darnos cuenta que lo que nos parecía al principio un libro que enumera la Historia de un país, resulta tener un propósito mucho mayor, un plan más grande que puede saltar de generación en generación, y que contribuye, como hace todo buen estudio, a que nunca olvidemos, y podamos recordar todo lo acontecido.
Un recorrido por la historia de América Latina, un recorrido por las durezas, por los escollos que nunca son destruidos, y una historia del saqueo constante. Un relato imprescindible, donde encontrarnos a nosotros mismos, si no nos miráramos tanto al ombligo.
Nunca había leído nada de Eduardo Galeano. Durante meses, conocidos y no tan conocidos, me recomendaban incansablemente “Las venas abiertas de América Latina” para su lectura, y como me dijo un gran amigo, para su posterior relectura. Pero por azares del destino, no ha sido hasta hoy, en una habitación llena de otras historias, que he podido descubrir los rincones que esta lectura iba a depararme. ¿Y qué me he encontrado? Pues dureza, dureza en esta máximo. Hay que destacar que esta no es una lectura fácil. Repleta de información, llena de datos que pueden confundir en un primer momento al lector, esta obra del autor uruguayo nos recorre por los parajes de una América Latina llena de recursos, llena de la prosperidad del Nuevo Mundo que, tras años de saqueo, de expolio, de invasiones por parte del Viejo Mundo, acabó siendo una tierra pobre en la que el oro, el azúcar, y las riquezas mineras, se vieron invadidas por la mano de un hombre que poco tenía que ver con el ser humano y mucho con el bárbaro. Y es que cuando unos ojos se posan en una historia como esta, acaba pensando siempre en una pregunta, en un por qué que aún en los minutos después de haber acabado sus páginas, no encuentra una respuesta acertada para tanta barbarie.
Pero decía que un libro también puede conocerse por su contexto, por la sociedad en la que se fraguó. Y es que, si investigamos un poco en los momentos concretos de su publicación, nos encontraremos que América Latina vivía en aquellos momentos enfrentamientos sociales, políticos e ideológicos y que, poco tiempos después de su publicación, se instauró la dictadura por lo que el autor, Eduardo Galeano, tuvo que exiliarse. Por lo que esta no es sólo una historia de América Latina y sus antepasados, esta también es una historia de la América Latina del siglo XX, una América Latina que todavía tiene mucho que decir y que no quiere permanecer callada. Quizá por eso este es uno de los libros de cabecera de muchos lectores, de muchos historiadores que necesitan información sobre una región desde su interior, desde las entrañas mismas de la tierra que los vio nacer y que intenta, por todos los medios, poder verlos crecer.
No es una lectura fácil. Es una lectura dura, incluso me atrevería decir que muy dura. Pero nadie dijo que la literatura tuviera que ser únicamente edulcorada, y es que en un mundo donde sólo una mirada, sólo una letra, puede matar a alguien, ¿acaso no es importante también que haya lecturas que denuncien las injusticias, por mucho que hayan pasado los años?
Saber más de una tierra que es muy desconocida para nosotros a pesar de compartir lengua? Pues me lo apunto, me lo apunto, que me gustaría conocerla mejor, a pesar de que señalas de que es dura de leer. Pero no hay historia sin momentos duros.
Besotes!!!