Libros educativos para descubrir el mundo 16
Preguntas, preguntas y más preguntas. Eso se hacen los niños, y gracias a los libros pueden responderlas. Abren un libro, leen sus páginas, ven las imágenes, se las explicamos, ellos asienten sorprendidos, y después siguen haciéndonos preguntas. Tener un libro cerca es tener un acompañante del saber. Eso es así y nadie puede discutirlo. Los libros educativos que os traigo hoy son para todos los gustos: desde aprender cómo se trabaja en una profesión, hasta entender algunos de los más divertidos juegos de lógica. Diferentes, distintos, cada uno importante en su campo, y que lleva a los niños a hacernos más preguntas, a que ellos intenten resolverlas, a que abran un libro y entiendan que allí dentro es posible encontrar todo lo que estaban buscando, y después que ellos nos lo expliquen, con esa voz atropellada de haber encontrado la respuesta acertada y ser más sabios, poder hablar de ello, y saber el por qué de muchos de los interrogantes que hay por el mundo.
Una de las cosas que más me gustaban cuando yo era pequeño, eran los animales. Quizá por ello, como muchos de los niños con los que me cruzo hoy en día, quieren ser veterinarios de mayores. Quieren a los animales, quieren cuidarlos, y les encanta estar en su compañía. ¡Que sorpresa, entonces, cuando vi este libro titulado ¿Jugamos a ser veterinario?! Como podéis suponer, Combel lo ha vuelto a conseguir. Con este libro un niño podrá aprender a ser una de las profesiones más bonitas del mundo, y además podrá divertirse descubriendo algunas razas de diferentes animales, sabrán cómo se pesa a las mascotas que nos acompañan día a día, e incluso descubrirán que dentro de un libro puede haber infinidad de animales y que en un mismo libro, además, pueden encontrarse millones de sorpresas que nadie debería perderse. Sí, a mí siempre me gustaron los animales, por eso intento inculcar a los niños de mi alrededor el mismo amor por ellos. Por eso, con este libro, no sólo sabrán de animales, sino que aprenderán a quererlos como yo lo he hecho desde que era bien pequeño.
Pero si algo tenemos muy cerca de nosotros y a lo que no prestamos demasiada atención son nuestros sentidos. ¿Cómo olemos? ¿Qué hay dentro de nuestros ojos? ¿En qué consiste el tacto? ¿Y nuestro olfato, que entra dentro de esos dos orificios que tenemos en la nariz? Mis sorprendentes sentidos nos anima, y les anima a ellos, a introducirse en el apasionante mundo de los sentidos, simplemente abriendo el libro, e investigando dentro de las solapas que hay en su interior. Una de esas oportunidades fascinantes. Y cómo no hay nada bueno, sin algo fascinante al final, cuando uno llega a la última página nos encontraremos con retos para ver que todo aquello que hemos aprendido sobre nuestros cinco sentidos puede ponerse en práctica. Uno de esos libros que Macmillan edita y que nosotros podemos, no sólo apreciar, sino también adorar porque nos acerca al día a día unos conceptos que están ahí pero a los que no prestamos la debida atención y que tomamos como algo sin mucho interés. ¡No os equivoquéis! ¡Esto no es un libro, es una maravilla!
Y siguen las preguntas. Cada vez más complicadas. Cada vez con una respuesta menos segura por nuestra parte. Al fin y al cabo, los adultos no podemos saberlo todo. Uno abre un libro y se encuentra con respuestas que no esperaba. Eso sucede con ¿Por qué hay todo y no nada?. Un libro sobre las preguntas de la vida, sobre la filosofía y el pensamiento, sobre la realidad, sobre aquello que nos rodea, y que nos trae Siruela para poder bucear en nosotros mismos y comprender el mundo de una manera mucho más certera. Porque en numerosas ocasiones nos quedamos pensando en todo aquello que nos está pasando, en aquello que vivimos, y las cuestiones que se van formando pueden ser un lío, una madeja que se embrolla y de la que no podemos encontrar el principio ni el final. Por eso este tipo de libros son importantes, son casi imprescindibles según vamos creciendo, para entender de una vez por todas, que hacerse preguntas e intentar responderlas son una pieza clave de lo que vivimos, de lo que sentimos, de lo que pensamos, y que como siempre, los libros son amigos inseparables que no nos abandonaran nunca y que, lo más importante de todo, nos ayudarán siempre.
Para terminar, cuando yo era pequeño, tenía una asignatura pendiente. No se me daban bien los juegos de lógica. Lo intenté de todas las maneras posibles. Pero no conseguía llegar nunca a la solución de aquellos juegos que para mí eran muy difíciles siempre. Por ello, cuando ya soy mayor y animo a mi sobrino a ejercitar su mente, ver un libro como 1001 juegos de inteligencia para toda la familia ha supuesto reencontrarme con esa asignatura pendiente y poder ser yo más fuerte que ella. Si alguno de vosotros me preguntara, ¿por qué este libro?, mi respuesta sería lo suficientemente clara como para dejarla escapar: porque Anaya ha creado el mejor libro que existe sobre este tipo de juegos, porque además nos anima a toda la familia a contribuir a la diversión mientras aprendemos cosas nuevas, y porque este tipo de juegos siempre tienen ese punto agradable que hace que los minutos, las horas, pasen entre risas, entre soluciones que llegan por nuestra propia mente y en un rato en compañía que es impagable. Decir, por tanto, todo lo contrario, sería mentir.
Donde puedo comprar el libro Jugamos a ser Veterinario?