Libros educativos para descubrir el mundo 17
Educar. El tema de la educación está siendo debatido hasta la saciedad en estos momentos. Palabras y más palabras que se lanzan como dardos para hacer daño. Y es incomprensible, teniendo en cuenta que la educación es una parte básica de nuestro crecimiento como personas. Sabéis, los que nos seguís desde hace un tiempo, que aquí enseñamos algunas recomendaciones de libros educativos para que todos, y repito, todos, podamos aprender de los libros. No sé hasta cuánto el tema de la educación será motivo de discusión, de debate, de sinsentido, pero el caso es que yo voy a intentar aportar mi granito de arena para que todos vosotros podáis encontrar esos títulos que no sólo logran que los niños de hoy en día puedan divertirse, sino también aprender y convertirse en personas mucho mejores, personas con sentido común, personas con criterio, para que las palabras dejen de ser dardos, dardos envenenados, y que la educación no se convierta nunca más en motivo de debate sino en simple motivo de mejora.
Todos sabemos que tenemos un cuerpo. Que ese cuerpo contiene unos órganos. Que esos órganos cumplen una función. Y que esas funciones nos proporcionan la vida que llevamos en el día a día. Pero de todos aquellos libros que podían tratar el tema, elijo Construyo el cuerpo humano por una simple razón: porque me parece el mejor exponente para conocer los entresijos de lo que se mueve en nuestro interior. Si alguien me dijera en algún momento qué descubrió con los libros quizá una de las cosas que más me vendrían a la mente es el funcionamiento del cuerpo humano. Y Larousse, como la editorial de referencia que es, da un salto mucho más allá y nos trae una edición para conocer nuestro cuerpo como pocas veces la había visto. Un pequeño libro con las explicaciones perfectas, además de la posibilidad de construir el cuerpo humano, nuestro esqueleto, y así poder hacernos una idea de cómo somos, de qué se esconde allá donde sólo una máquina puede ver, y aprender que no debería ser un misterio aquello que somos, sino que tendría que estar al alcance de todos. Una oportunidad única, esto es lo que es el libro que tengo entre manos. Y eso, ya de por sí, merece todas las alabanzas.
El mundo en el que vivimos es, en algunos momentos, despiadado. Vemos, durante muchos días, en los medios de comunicación todo aquello que hace sufrir a los niños. Y a mí se me encoge el corazón al verlo. Por eso, cuando llegó a mis manos El extraordinario viaje de Luicius Dumb: los derechos humanos, tu mejor instrumento supe que esto es lo que se necesitaba para que todos, desde pequeños, sepamos los derechos que se nos deben proporcionar, que tenemos por el simple hecho de ser niños, y eso, como el propio título de Edelvives lo dice, es extraordinario. Un viaje, a través de algunos de los relatos más vivos que he podido leer, por algunos de los autores más reconocidos (y no tanto), que nos hacen vibrar y aprender que en los derechos humanos, en los derechos que se presuponen a todo ser humano, está la clave para que salgamos adelante, para que nos convirtamos en individuos, para que la sociedad avance paso a paso, sin quedarse atrás, sin mirar al pasado y recuperar ciertas épocas que no son necesarias. Un libro, muchos sentimientos, palabras e historias que nos tocarán por dentro y que nos harán saber, de primera mano, que ser niño es maravilloso y que todos se merecen, precisamente eso, todo.
Una parte muy importante de la educación es la capacidad que tienen los niños de ser creativos. Hay que potenciarla, hay que dejarla salir a la luz y que experimenten con aquello que pueden llevar entre manos. Por eso decidí hablar de Pop Up, porque quizá estemos ante uno de esos libros tan interesantes como raros que pocas veces se encuentran en las librerías. ¿Quién había pensado en hacer alguna vez esos Por Up que tantas veces hemos visto? Si te dijera que tienes la oportunidad de aprender a hacer uno, ¿te animarías? En mi caso la respuesta me la da Macmillan y es un sí rotundo. Siempre admiré la capacidad de los niños, de los jóvenes, de ser creativos y crear de la nada resultados sorprendentes. ¿Por qué no intentarlo entonces con esto? ¿Por qué no abrir nuestra mente y aprender también de lo que se nos propone aquí? Porque ser creativos es parte de nuestra educación, y porque crear, imaginar, es también uno de esos elementos que convierten al ser humano en algo único e irrepetible.
Si algo he aprendido en este tiempo que llevo compartiendo con vosotros es a valorar las obras maestras que se nos proporcionan a los lectores. El gran libro de Roma lo es. Y no sólo porque hable de una época que, particularmente, supone para mí un foco de atención en toda regla, que también. La razón principal es que Combel lo ha vuelto a hacer, ha creado para todos los pequeños un libro para que todos ellos conozcan el mundo de una cultura y se diviertan como lo hacían sus moradores en aquella época. Juguemos, aprendamos, pero hagámoslo con este libro, con esta belleza, con esta edición que no tengo palabras para describir con dignidad. Como hace poco dije, un éxtasis, una experiencia única para conocer las calles de aquellos ciudadanos que vivieron y nos dejaron tanto legado. Entiéndanlo, yo no puedo ser objetivo con este libro, pero eso no me impide poder decir que es una de esas maravillas que nos abrazan en el mismo momento en que se abren su primera página y nos sumergimos en su mundo como si de exploradores nos tratásemos.