Libros infantiles de hoy y de mañana 16
Historias fantásticas, rodeadas de la pura fantasía, de lo que, como se suele decir, están hechos los sueños. Historias sobre niñas que viven numerosas aventuras, con la que reír y divertirse, mientras vamos viendo su día a día. Y una aventura que nos llevará al mismo Japón en compañía de un niño, de un niño muy especial y sus amigos, en una historia que se lleva contando años y años y nunca pasará de moda. Hay libros que marcan, que te acompañan, que descubres por azares de la vida y que te demuestran que los libros infantiles van siempre más allá, nos enseñan cosas nuevas, y siempre podremos encontrar oasis de aventura donde perdernos y donde saciar nuestra sed de lecturas. Porque ser pequeño nunca fue tan divertido, y si lo fue, yo no lo recuerdo. Porque ser un niño hoy en día es poder abrazar a un sin fin de personajes que nos demuestran que la vida, la realidad, puede combinarse a la perfección con la fantasía. ¡Vivamos aventuras! ¡Aventuras que, de seguro, ninguno habéis conocido nunca!
Si yo tuviera que hacer un pequeño apunte sobre lo que me he podido encontrar en los libros, tendría que hablar de la serie El origen de los guardianes y de toda la fantasía que ha hecho que mis ojos se habitúen a un mundo que esperaba encontrarme. Que si los libros de fantasía son aquellos que nos hacen soñar, quizá estos volúmenes de la editorial Bambú han contribuido a que yo disfrute como nunca de una aventuras, que conozca a personajes distintos, que abrace de nuevo aquellos años en los que yo viví al abrigo de los libros junto a la manta tejida por mi querida abuela, y sentado en el sillón de orejas que tan famoso está empezando a ser en mis reseñas infantiles. Cierro los ojos, saboreo lo que acabo de leer, y me doy cuenta que lo importante de los libros es lo que nos hacen sentir, lo que nos permiten imaginar. Y la imaginación es la punta de lanza, la base de estas historias que hacen latir un corazón privado de lo fantástico, y que lo convierten en una maquinaria que vuelve a ser única, bebiendo las letras de sus historias, temblando junto a los protagonistas, viviendo una y otra vez en combate contra la Sombra, cuando intenta destruir el mundo de la infancia. Y quizá, sólo quizá, yo haya vuelto durante un momento a mi antigua edad, esa en la que lo ingenuo y la risa formaban parte todos los días de mi rutina, pero es en ese momento, en ese pequeño instante en el que yo he abrazado de nuevo al niño pequeño que llevo dentro, cuando me doy cuenta que gracias a ellos, gracias a estos libros, uno es capaz de soñar, de inventar, de vivir en su cabeza aventuras distintas, siendo imposible no sentirse atraídos por estos libros que, desde ya, se han convertido en un tesoro.
También hay veces que el azar te hace encontrar historias sobresalientes. Fue hace poco, mientras navegaba por las librerías, donde encontré una editorial, Satori, que me llamaba desde las estanterías buscando aquello que la cultura japonesa podía darme. Siempre he sido un enamorado de esta cultura, por lo que el acierto estaba asegurado. Pero no contento con eso, resulta que me encuentro con Momotaro: el niño melocotón, una historia que se lleva contando desde generaciones y que contiene aquellos ingredientes que hacen de su argumento un acicate para que los niños entiendan que la fantasía puede venir de muy lejos, de miles y miles de kilómetros, que nos trasladan a un imaginario que no conocíamos y al que, de nuevo, abrazamos como si fuera nuestra propia historia. Las palabras que crean la historia de un niño que fue un regalo, y que se convirtió en un guerrero legendario, que derrotó a los poderosos Oni, que tenía unos amigos muy especiales, que vive las aventuras con la sonrisa de sus ilustraciones, y que se convierte, de la noche a la mañana, en un simple segundo, en uno de esos protagonistas a los que quisiéramos llevarnos a casa y con el que nos encantaría vivir numerosas aventuras. Abrid, abrid este libro y descubriréis, no sólo una aventura sin igual, sino que además podréis disfrutar del lenguaje, del japonés, aprendiendo, jugando, resolviendo los enigmas, y sabiendo cada día un poco más, en una edición perfecta de una historia que no es menos redonda, menos magistral, menos perfecta; ese tipo de historias que, si no las hubieran creado ya, tendrían que haberlas creado, porque sí, porque los cuentos son así y cuando te llegan… eso es una suerte tremenda.
Y así es como llegamos al final de este recorrido por algunas de las historias más increíbles, con un niña de carne y hueso, que bien podría ser cualquiera de nosotros, y que nos traslada a un mundo divertido como pocos. Hablo de Rita en cualquiera de sus volúmenes. Una niña que no podréis olvidar, y con la que los niños leerán y leerán y jamás se cansarán. Acompañaremos a este niña en su periplo con el tenis, pero también en un viaje sorprendente a Egipto, donde la aventura está asegurada. Puede que vosotros no lo entendáis, pero disfruto enormemente con este tipo de historias, porque me recuerdan aquello que una vez fui, las primeras lecturas que tuve entre las manos, y que en esta ocasión, gracias a Macmillan he podido disfrutar con las páginas de estos dos volúmenes que son irrepetibles. No sintáis miedo, no os acurruquéis pensando que esta niña no tiene nada que ofrecer, porque estaréis cayendo en el error del adulto, que piensa por nuestros pequeños, que decide por ellos. Abrid bien los ojos, y descubriréis que, si en un momento, si un instante, encontráis una lectura que haga a los niños sonreír e iluminar sus miradas, debéis haceros con ella, debéis llevarla a casa, porque será el verdadero instante en el que os daréis cuenta que los niños, al igual que los adultos, necesitan esos libros para ser quienes son realmente.