Libros infantiles de hoy y de mañana 20
Me encanta dormir. Pero lo que más me gusta de ese espacio de tiempo es soñar y después recordar lo que he soñado. Y olvidémonos de pesadillas y sueños malos. De lo que yo hablo es de esas ensoñaciones que nos hacen despertar con una sonrisa y nos alegran la mañana cuando, una simple imagen suya, vuelve a nuestra cabeza. Quizá por eso me gusta tanto leer. Me permite tener una imagen clara de lo que he vivido entre las páginas de un libro sin tener que esforzarme demasiado. Los libros infantiles que os traigo hoy me han hecho recordar esos instantes en los que, tomándome un café, me reía conmigo mismo por haber conseguido que una imagen de mis sueños recuperara toda su fuerza. Hay quien dice que los libros no sirven para nada pero, ¡si ellos supieran!. Yo lo tengo decidido. Seguiré abriendo un libro y dándoselo a conocer a los pequeños porque algo me lo pide, porque no puedo hacer otra cosa, porque no se me ocurre mejor regalo para compartir con todos vosotros.
Se me permiten licencias de vez en cuando. Y quizás esta sea una de ellas. Cuando era pequeño no es un libro, pero sí un álbum de recuerdos. Pero funciona como un libro cuando el tiempo ha pasado, cuando ya somos mayores y podemos mirar la vista atrás para recordar todo lo que vivimos de pequeños. Lo traigo hoy aquí porque entre todas las toneladas de libros que salen al respecto éste ha conseguido cautivarme. Les contaré un secreto: dentro de poco volveré a ser tío de nuevo. Dos personitas viajarán por mi mundo y yo quiero acordarme de todo lo que hayan vivido en esos tiernos años en los que la risa es la única preocupación. Así que cuando vea a la nueva criatura, a ese ser humano al que querré como si fuera mío, le tendré preparado este regalo, este libro, este álbum, porque sus recuerdos puede que sean los míos cuando nos hagamos mayores, y poder hablar de ellos será el mejor de los regalos.
¿Qué niña o niño (ya sabéis que nunca me han gustado los extremos) no ha querido nunca ser una princesa, estar en un castillo, y poder entrar en una carroza tirada por caballos? La vida de las princesas, cuando somos pequeños, nos llama por algún motivo. Siempre hemos querido ser, en algún momento, ese tipo de personaje. Con La carroza de la princesa eso se acabó. Porque lo podremos vivir en primera persona. Soy poco dado a este tipo de libros por una razón: la vida adulta me ha negado poder jugar a este tipo de juegos, el tiempo de trabajo lo ocupa casi todo. Así que, ahora, cuando ya el tiempo de que dispongo es mayor, cuando veo a mi sobrino correr y venir a mi lado para jugar y leer conmigo, le tengo siempre preparado algo como este libro, donde no sólo leemos sino también nos divertimos construyendo una carroza, pintándola, y creando historias con él que, quizá, sea posible que se hagan realidad. Porque nunca es tarde para creer en los sueños, y yo cada día lo tengo más presente. (Para lectores de 6 a 8 años)
Hace un tiempo dije que yo tuve un gato, durante un corto espacio de tiempo, pero que no me llevé muy bien con él. Aunque adoro los gatos. Por eso yo siempre caigo en la tentación, como con Gato rojo, gato azul. Esta historia de dos gatos que se pelean y que quieren ser como el otro enseña una cosa vital: con ayuda, todo es posible. Mi sobrino miró los gatos bufar, los gatos intentando convertirse en el color del otro, y al final, descubrió que si algo se quiere, que si se tiene a alguien a nuestro lado que nos ayude a conseguirlo, entonces la felicidad será mucho mayor y podremos ser nosotros mismos. Obviamente, esas no fueron sus palabras. Él empezó a maullar y dijo que quería ser un gato como el del cuento, pero que le ayudara, como se ayudan en el libro, que así los dos podríamos ser gatos y llevar el color que quisiéramos. Ver eso, esa vivacidad en los ojos de mi sobrino me hizo entender que este no es sólo un libro que leer, sino es un libro que nos hace aprender. Porque, ¿quién no ha pensado alguna vez que sus amigos son los mejores del mundo? (Para lectores de 4 a 6 años)
¿Cómo se crea un libro? Muchas veces, sobre todo cuando somos pequeños, no nos preocupamos en saber cómo se hacen los libros. Por eso según crecemos y los libros están a nuestro alrededor somos conscientes de todo lo que hay detrás de algo tan valioso como las páginas que encierran nuestra historia favorita. El libro de los libros es un libro, pero también un manual, para saber cómo construir nuestro propio libro, pero a través de una aventura que divertirá a todos aquellos que quieran ver su historia hecha por sus propias manos. Hay que avanzar, hay que sentir, y junto a este libro, con esas bellas palabras que nos regala, seremos capaces de convertirnos en pequeños editores por un momento, en crear algo que de normal se nos da hecho ya y conseguiremos que nuestro relato, nuestras imágenes, nuestra historia, sea realidad con unos cuantos movimientos de nuestra mano. Y es que la imaginación hay que cultivarla, y con libros como este, eso se consigue de una forma extraordinaria.