Libros infantiles de hoy y de mañana 26
Vuelve esta sección de literatura infantil a aparecer, para traer algunas muestras de lo que se está editando en estos momentos, y procurando que los niños puedan soñar con sus historias y ver en los libros, como nunca debió haberse perdido, esa magia que guardan las páginas con su texto, sus ilustraciones, y la imaginación que desborda la mente de los autores e ilustradores de todas las partes del mundo. Lo más importante de todo es que nosotros, como lectores, descubramos en una estantería ese libro que cambiará un rumbo y que dirigirá nuestras manos a otros libros, a otros mundos, a otros universos, y nos permitan conocer, gracias a la lectura, todo aquello que no podemos descubrir por nosotros mismos. Esa es la magia, la combinación perfecta entre libro y lector: la posibilidad de crear algo nuevo con el simple gesto de pasar una página.
El tiempo suele pasar demasiado deprisa cuando lo estamos pasando bien. Sin embargo, cuando llega la negatividad parece que el tiempo se detiene y los minutos no pasan. Hoy es uno de esos días en los que yo, tras leer los dos libros que traigo, puedo decir que el tiempo ha pasado tan rápido que apenas me he dado cuenta de que ya era la hora de comer. Mi sobrino, por descontado, me miraba pensando que quién necesita comer cuando te están contando una buena historia, pero aun así las necesidad se imponen. La primera de las recomendaciones es Una perla única que nos traslada al fondo del mar con la historia de un triste grano de arena que se creía poca cosa, que pensaba que nadie le tenía en consideración y que, por azares de los flujos marinos, acaba convirtiéndose en una perla que será la más conocida y la que abrirá el camino para que las perlas se conviertan en esos objetos de lujo que tanto brillan. Es pues, una historia que nos trae la editorial Picarona y que deja sin habla a quien la lee mientras las ilustraciones van haciendo acto de presencia y la historia nos va enseñando que por mucho que nos creamos un pequeño grano de arena sin ningún tipo de objetivo, sin ningún tipo de presencia en el mundo, somos seres únicos, irrepetibles, tan especiales que sería absurdo pensar que no somos importantes. Un alegato perfecto a sentirnos especiales, a sentirnos únicos, a querernos a nosotros mismos por encima de todo, pensando una y otra vez que a pesar de ser uno entre un millón tenemos algo, llámese como se llame, que nos convierte en importantes por un simple motivo, quizá por un simple gesto, puede que por una sola palabra, pero que ahí está, en nuestro interior, esperando que seamos capaces de sacarla a la luz.
Pero si decía que la primera recomendación trataba sobre ser único, esta segunda recomendación que viene, El cuento del lobo, nos trae a uno de los personajes más famosos de la literatura infantil, el animal que ha perseguido a Caperucitas, cerditos y ovejas, y del que sólo nos quedamos con que se intenta comer a los protagonistas de los cuentos más populares. Pero, ¿qué hacía el lobo antes de querer comérselos? ¿Era una persona egoísta, era un animal que no hacía nada más que perseguir a sus presas? Descubriremos aquí que el lobo es un ser amable, pero que en el fondo siempre ha sido conocido por sus fechorías, a pesar de que haya ayudado a todos los animales que le han pedido ayuda. Y es que las generaciones de lectores han creado al lobo como ellos querían, como nosotros queríamos, y la importancia de este cuento tan divertido – porque la diversión es parte importante en este concepto que es la lectura – es enseñarnos que puede que nuestros actos nos definen, pero que no por un sólo error nos pueden catalogar como malvados o como los buenos de los cuentos.
Y es que abrimos y cerramos los cuentos y descubrimos una nueva realidad. Ahí es donde tenemos que hacer hincapié, en encontrar ese nuevo mundo que nos abre la puerta a otro tipo de encuentro, a otro tipo de unión, la que se da entre libros y personas y que convierten, ya desde la infancia, a las lecturas en una parte importante de nuestra vida.