Lightlark

Reseña del libro “Lightlark”, de Alex Aster

Lightlark

En el centenario los gobernantes de los seis reinos luchan por su supervivencia y no sólo la suya sino también la de su pueblo, pues el fallecimiento de un gobernante supone la extinción de su reino. Los reinos se encuentran bajo el influjo de unas perversas maldiciones que sacan a relucir el lado más oscuro de cada uno de ellos, por ello, el centenario supone una oportunidad para romperlas, para ponerles fin, una oportunidad para alcanzar un poder inigualable si consigues salir victorioso de los juegos, pero también supone un auténtico baño de sangre, supone mentiras, secretos, traiciones y muerte. El encuentro de los seis gobernantes tiene lugar en una isla maldita que sólo aparece cada cien años; Lightlark.

Isla Crown es la soberana del reino Wilding, un pueblo cuyas habitantes son guerreras intrépidas, capaces de blandir la naturaleza como si de un arma se tratase. Isla es una de las gobernantes más jóvenes, se enfrenta a su primer centenario, una oportunidad para salvar a su reino y también a sí misma, ella será la que nos guie a lo largo de los cien días en Lightlark, de su mano conoceremos alianzas, intrigas y amor.

Lightlark ha sido todo un fenómeno en EE. UU., como podéis suponer por la sinopsis que acabáis de leer se trata de una novela juvenil que aúna fantasía y romance, aunque si queréis saber mi opinión, al menos en esta primera entrega os vais a encontrar más de lo primero y os va a encantar, sí, cómo lo habéis leído estamos ante el inicio de una saga que además no tardará en convertirse en película pues Universal ha adquirido los derechos de esta novela para llevarla a la gran pantalla.

Alex Aster ha creado un mundo de fantasía en el que vais a caer de lleno, reinos de criaturas de cuento de hadas, tan crueles como bellas, tan puras como oscuras, cada reino tiene su idiosincrasia y todos ellos luchan a muerte por su supervivencia. La magia de cada reino va unida a su naturaleza, de modo que las maldiciones afectan de un modo singular a cada uno de ellos sumiéndolos en una mayor o menor desventaja en cada caso y produciendo un sistema mágico desigual. La autora crea así una especie de Juegos del hambre cuyos participantes son criaturas mágicas añadiendo de esta manera un componente más oscuro, en el que todo vale, en el que todo puede ser utilizado como un arma si el objetivo es ganar.

Ya sabéis que me encanta la literatura juvenil y cuanta más leo, más me doy cuenta de que estamos asistiendo a un cambio brutal.  Veréis, en muchas obras de literatura infantil o juvenil las protagonistas suelen ser jovencitas huérfanas, desvalidas de alguna manera y a la espera de que otro personaje las salve o las valide. Las protagonistas de las actuales novelas de este género son jóvenes fuertes, audaces, inseguras, con miedos y vacilaciones pero que con todo ello evolucionan. Isla Crown la protagonista de Lightlark es un claro ejemplo de ello; soberana de su reino la han educado como una guerrera, lo que no quiere decir que no albergue miedos, la han enseñado a pensar en el bienestar de su pueblo, en el de los demás antes que en el suyo propio, hasta el punto en el que se siente terriblemente culpable al permitirse tener sus propios deseos. Isla evoluciona, es un personaje fuerte, valiente capaz de labrarse su propio camino.

Alex Aster maneja las tramas de la novela llevándonos por donde quiere. En Lightlark os vais a encontrar fantasía, magia, aventura, romance, pero sobre todo intriga y traiciones. Cuando la trama estaba más avanzada y al ir progresando en la historia quise dármelas de Jessica Fletcher, aun sabiendo que se me da de pena jugar al Cluedo y mis dotes detectivescas son peor que malas, aun con todo estaba convencidísima de saber quién era el traidor en el centenario, pero Alex Aster lo dinamito todo en el último momento para dejarme con la boca literalmente abierta.

Lightlark me ha proporcionado todo lo que necesitaba de una lectura en este momento: evasión, diversión, entretenimiento, fantasía. Me ha regalado unas horas al día para poder perderme entre sus páginas, sumergirme de lleno en su mundo y sus intrigas, distraerme de los agobios del día a día y qué queréis que os diga me ha encantado, porque la literatura también va de eso, de proporcionarnos vías de escape cuando todo se pone un poquito cuesta arriba.

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