Este es el segundo libro que leo este año de Caballo de Troya 2020, cuya edición está a cargo de Antonio J. Rodríguez y Luna Miguel. El primero que leí fue Había una fiesta de Marina L. Riudoms. A Marina sí la conocía por redes sociales, pero con este libro he ido casi a ciegas. Me gustó bastante la sinopsis y la edición, con esa portada tan gatuna, me atrajo al instante. Supongo que a veces no necesitamos más para adentrarnos en una lectura. Hay algunos libros que nos dicen que los leamos y este ha sido el caso con Litio.
Su autora, Malén Denis, me era totalmente desconocida, como supongo le ocurrirá a muchos de vosotros. Nacida en Buenos Aires en 1989, Malén estudió Fotografía, Producción audiovisual, Filosofía, Literatura Inglesa y tiene un máster en Escritura Creativa por la Universidad de Tres de Febrero. Ha escrito los poemarios Con una remera de Sonic Youth, Buscar drogas en Wikipedia, Un gran incendio de vidrios y Brillante. Litio es su primera novela y fue publicada por primera vez en Argentina en 2019, recibiendo una muy buena acogida.
Me gusta descubrir nuevas voces y me interesan sobre todo las voces femeninas en la literatura. No quiere decir que no lea autores, nada de eso. Es solo que en ciertos temas y para ciertas perspectivas prefiero siempre la voz de una mujer. Al leer la sinopsis de este libro supe que iba a conectar con Malén, que lo que tenía que contarme, su mensaje, iba a calarme y así ha sido.
Litio es una novela extraña, un tanto atípica y bastante cruda, tanto que la lectura de algunos de sus fragmentos sobrecoge e incomoda. A mí me va la marcha, no voy a engañaros. Me gusta que los autores me desafíen y creo que Malén en ese terreno es bastante buena. La narradora, una joven en casi su treintena, se escribe cartas a sí misma o a un desconocido (la verdad es que nunca queda claro) componiendo así una especie de diario de su vida. Esta vida, que podría ser la de cualquier otra persona de su generación, supone un retrato de una juventud argentina llena de precariedades: mudanzas, sexo, drogas, un puñado de gatos, los vínculos familiares, los vínculos afectivos e incluso un aborto. Todo está en estas cartas que la narradora se escribe, en estas vivencias que retrata sin tapujos, dejando su mente totalmente libre de prejuicios, rebuscando en los rincones de su memoria, expulsando todo lo que le inquieta. Ese paso de la niñez a la adultez, “¿en qué momento dejamos de ser niñas?”, se pregunta la narradora, dueña de un universo impersonal que ella califica de impresentable, pero que a mí se me antoja realmente interesante.
Litio no es un libro del que yo pueda hablaros sin más. No puedo presentaros a sus personajes, no puedo contaros una trama y no estropearos un desenlace. No puedo porque es imposible. Esta novela es tan peculiar, tan intimista y lírica que no admite reseñas comunes. Este libro hay que leerlo delicadamente, deteniéndonos en la voz de Malén Denis, adentrándonos en los pensamientos de la narradora y su retrato. Personalmente, me ha parecido una muy buena opera prima y la escritura de esta autora argentina es firme, delicada y muy personal. Creo que si después de leer estas apalabras el libro os llama la atención no debéis dudar en leerlo. Me parece un gran acierto que la editorial Caballo de Troya haya apostado por esta autora no tan conocida por estos lares. Ha sido una muy buena sorpresa descubrirla.