Lo bueno de la vida, de Jim Kokoris
¿Qué harías si ganaras la lotería y de repente tuvieses a tu disposición 190 millones de dólares? Las respuestas podrían variar de acuerdo a las necesidades, los valores, la cultura y el lugar en el que vive cada individuo. Algunas pueden coincidir en realizar inversiones, viajar por el mundo, hacer donaciones benéficas, comprarse el último modelo de auto que hay en el mercado o una mansión en el lugar del mundo en que le plazca. O toda una isla para uno solo. Esa pregunta del inicio debió fluir por la cabeza de Teddy Pappas, el protagonista de Lo bueno de la vida de Jim Kokoris.
La historia se centra en la familia de Teddy Pappas, un niño que vive en las afueras de Chicago con su papá y su hermanito pequeño, Tommy. Su madre murió un año atrás en un accidente de auto y su padre, un día como cualquier otro, compra un billete de lotería tal como ella lo hacía siempre. La sorpresa es hacerse con la recompensa pero eso es sólo una porción del cambio que se produce en esta familia. Primero, su fotografía recorre todos los medios del país y después la consecuencia directa: el reconocimiento allí donde van.
Theo Pappas, el padre de Teddy, es callado, tímido, muy introvertido y para nada expresivo. Experto en la Guerra Civil de Estados Unidos, intenta mantener la vida de la familia tal como era antes. Pero en su vida reaparecen personajes de su pasado, buscando cierto amparo en la nueva fortuna de la familia: su hermano Frank, la tía Bess y otros personajes como la vecina que intenta conquistarlo.
En el colegio, Teddy es el foco de atención con sus compañeros. De los maestros también, claro, quienes cambian su actitud frente a este niño millonario. Mientras Teddy recibe finalmente –¡Oh casualidad!- la respuesta de su amigo por correspondencia en África, Ergu, su hermano Tommy intenta prender fuego el colegio mientras deben contratar a un guardaespaldas llamado Maurice ante la inminente presencia de extraños que merodean alrededor de los dos pequeños.
Con mucho humor, esta novela se sumerge de lleno en los pensamientos y actitudes de un niño de once años que intenta absorber todos los cambios que se dan a su alrededor. Además de estar rodeados de humanos que intentan convencer a Theo sobre lo que debe hacer con su dinero (“¡Cambia el auto!”, “Cómprate la casa del señor tal”) pero que también lo ayudan con el cuidado de los niños, Teddy tiene que lidiar con sus compañeros de colegio que le piden dinero todo el tiempo.
Es una pequeña joyita que me dio mucho gusto leer. La relación de Teddy con su padre convierte a este libro en una de esas historias que te llenan de ternura de forma inevitable. Más allá de la lista inicial de Teddy sobre los posibles destinos del dinero ganado, sus deseos se van transformando a medida que se desarrollan los hechos. Y todo se va a resumir a entender que a su mayor aspiración, el dinero no lo puede comprar.
Una vez más, me encuentro con un libro sobre un niño. Nuevamente, su inocencia es lo que vuelve tan enriquecedora a la novela. Una lección simple que nunca está de más volver a aprender.
Rosario Arán (rosearan@librosyliteratura.es)
Es curioso como cambia el dinero a las personas!
Lo cierto es que tiene buena pinta el libro.
Vamos que retrata con entera fidelidad lo que es la sociedad vista desde los ojos de un muchacho, interesante.
Susana:
En este caso como cambia a todos alrededor menos a quien tiene el dinero. Es muy lindo libro.
Pepebadajoz:
Es interesante sí. Lo que es la sociedad y lo distinta que es su familia frente a eso, lo que le genera cierta verguenza.
Es una historia muy tierna pero vale la pena muchísimo.
Las historias tiernas no valen la pena?????
Sí, por supuesto que sí.
No dejas pasar ni un “pero”, quise decir..historia sencilla.