Lo mejor de Octavio Paz. El fuego de cada día
Título: Lo mejor de Octavio Paz. El fuego de cada día
Autor: Octavio Paz
Editorial: Seix Barral
Páginas: 421
ISBN: 9788432222917
Entiende Seix Barral que la mejor forma de celebrar el centenario del nacimiento de Octavio Paz es lanzando y poniendo en manos de todos nosotros su obra poética más selecta o por lo menos aquella seleccionada por el propio poeta. En 1989, Octavio Paz, recoge bajo el título El fuego de cada día, su personalísima selección de su poesía de entre sus libros ya terminados, en ella se recogen poemas desde 1935 hasta 1989.
Pero este libro es algo más que una larga selección de poemas, pues les acompañan tanto el discurso y brindis pronunciados con motivo de la concesión del Premio Nobel de Literatura en 1990, como numerosas notas del autor, al que en esta reseña siempre llamaré poeta, ya que, aunque su obra literaria abarca más allá del mundo poético, Octavio Paz es, antes que escritor, poeta.
Epitafio para un poeta
Quiso cantar, cantar
para olvidar
su vida verdadera de mentiras
y recordar
su mentirosa vida de verdades
Leer a Octavio Paz es un acto humano. Ese acto voluntario de avanzar como especie a través de la palabra y el sonido… Y el compromiso. Y la inteligencia.
Es importante conocer al hombre para entender al poeta. Octavio Paz nació el 31 de Marzo de 1914 en la localidad mexicana de Mixcoac, es lógico que quien nace en plena revolución, crezca poeta comprometido, y más quien vive rodeado de escritores y políticos.
Con tan solo 17 años funda la revista Barandal, pero no será hasta 1933 que publique su primer libro, que también se llamaba Barandal y fundó Cuadernos del Valle de México.
Un poeta que se caso con una poeta, Elena Garro, estupenda autora que quedó relegada a ser la sombra de Paz, junto a él asistió al Congreso de Escritores Antifascistas en Valencia (España), donde conocieron a los intelectuales de la República Española y se inicia la amistad con el poeta chileno Pablo Neruda.
El amor entre poetas termina desbordado y Elena regresa a México. Posteriormente, en 1964, Octavio se casará nuevamente en la embajada de México en la India, con la francesa Marie José Tramini.
Muchos han sido los poetas sudamericanos destinados en diferentes embajadas y consulados, muchos de ellos coincidieron en Europa, el mismo Pablo Neruda o Gabriel Mistral en Madrid antes de la Guerra Civil. En 1945 Octavio Paz es destinado a la embajada de París, allí conocerá a André Breton, Albert Camus y otros intelectuales europeos e hispanoamericanos de aquel París de la posguerra. Y será esta época de su vida la que marcará el futuro del poeta. Su alejamiento del marxismo y su intuitivo acercamiento al surrealismo. Y todo ello lo podemos ir descubriendo a través de su poesía.
En esta obra que nos presenta Seix Barral, de la selección realizada por el propio Poeta encontramos poemas de sus libros fundamentales y más representativos: Libertad bajo palabra, Salamandra, Ladera este, Blanco y, naturalmente, Vuelta, con el que obtuvo el Premio de la Crítica en España, así como su último poemario titulado Árbol adentro.
Para Octavio Paz es importante la unión y enlace de diferentes generaciones de poetas, el salto a la poesía en prosa, esa que el llena de reflexión filosófica, pero también de amor y sonido
RETÓRICA
1
Cantan los pájaros, cantan
sin saber lo que cantan:
todo su entendimiento en su garganta.
2
La forma que se ajusta al movimiento
no es prisión sino piel del pensamiento.
3
La claridad del cristal trasparente
no es claridad para mi suficiente:
el agua clara es el agua corriente
En 1963 le otorgaron el Gran Premio Internacional de Poesía. En 1981 el Premio Cervantes. Finalmente en 1990 ganó el Premio Nobel de Literatura
Octavio Paz fallece un 19 de abril de 1998 en aquella misma ciudad que un día lo vio nacer.
Todos los poetas tienen un poema con el que se les reconoce. El poema que une mi alma a la pluma del poeta, está incluido, como no podía ser de otra manera, en este inmenso libro. Con el les dejo, con la eterna duda “Entre irse y quedarse”
Entre irse y quedarse duda el día,
enamorado de su transparencia.
La tarde circular es ya bahía:
en su quieto vaivén se mece el mundo.
Todo es visible y todo es elusivo,
todo está cerca y todo es intocable.
Los papeles, el libro, el vaso, el lápiz
reposan a la sombra de sus nombres.
Latir del tiempo que en mi sien repite
la misma terca sílaba de sangre.
La luz hace del muro indiferente
un espectral teatro de reflejos.
En el centro de un ojo me descubro;
no me mira, me miro en su mirada.
Se disipa el instante. Sin moverme,
yo me quedo y me voy: soy una pausa.
Susana Hernández
De la obra de Paz me dejaron leer en la prepa “El laberinto de la soledad” donde analiza por qué los mexicanos somos como somos, una obra que sin duda en esta edad sabría apreciar mejor. Nunca me he acercado a él en su faceta de poeta y ciertamente tengo ganas de hacerlo después de leer tu reseña. Lo admiré mucho, porque cuando en México sucedió la matanza de los estudiantes en Tlatelolco, él era embajador de México en la India y renunció como protesta a esa acción del entonces presidente: Gustavo Díaz Ordaz.
y bueno, me llevo la tarea de leerlo.
Un beso,
Ale.
leer a Octavio Paz es siempre fácil y gratificante, sobre todo para quién como tú, puede entender muchos de sus deseos para su tierra ¡Y son tantos sus temas poéticos! Poesía bella y útil, como diría Celaya.
Un abrazo, Ale!
Susana, no soy muy inteligente para la poesía, y aunque te digan que la poesía no está hecha para sr entendida sino para de alguna forma experimentes tus propias sensaciones y explicaciones, a mi esto me cuesta mucho, siempre quiero poder saber lo que hay bajo, cuál fue el pensamiento que impulsó esa creación. ¿Te acuerdas del poema de Los dos Arbas? No creo ni por asomo que leído sin el mapa produzca el mismo resultado. Si en el peimer caso (sin mapa), resulta algo bonito y evocador; en el segundo caso es mágico. Cuando la poesía se entiende es perfecta y mágica, lo tiene todo, contenido y belleza.
Me llevo a tu escritor, porque comentas de poesía en prosa, pormsu faceta activista, por su inteligencia, por sus premios (no nos vamos a engañar), y por esas notas que dices que acompañan al libro. Leo muy poca poesía, y ésta puede va a ser una.
Un abrazo.
Yo, querida Icíar, nunca he pensado que haya que ser muy inteligente para entender la poesía ¿Acaso no es accesible la poesía tradicional española? Has leído a Machado y lo has entendido, amaba los campos de Castilla, y a Leonor, y los recuerdos de su infancia sevillana, y a esa España … Sí, incluso a esa de charanga y pandereta; y todo esto lo sabemos porque nos lo ha dicho en sus poemas.
Sí, es importante que la poesía comunique al lector que eso pide y claro que existe esa otra que embelesa con la musicalidad de sus palabras, y si es buena de la buena, lo tendrá todo, Icíar y es cuando a mí se me ponen los pelos como escarpias al leerlas en voz alta 😉
Otro abrazo!