Reseña del libro “Lo que falta de noche”, de Laurent Petitmangin
Cuando se habla de un suceso en los medios, por ejemplo, un asesinato, siempre se pregunta a la familia de la víctima. Obviamente, es fácil que el público empatice con su dolor. Pero yo siempre me pregunto cómo se sentirá la familia del asesino. ¿Se puede justificar un acto así? ¿Se puede despreciar a un hijo, por muy horrible que sea lo que ha hecho? Pocas veces sabemos cómo sufre el entorno del culpable, sobre todo si eran personas normales y corrientes que nunca habían tenido nada que ver con delitos. Por eso me llamó la atención la sinopsis de Lo que falta de noche, el debut literario de Laurent Petitmangin, que pone el foco en el entorno del «malo».
En esta novela corta, nos trasladamos a la Francia reciente, la de Macron y Le Pen. Un padre nos narra en primera persona cómo fue quedarse viudo y criar en solitario a sus dos hijos, Fus y Gillou. A pesar de las dificultades, han logrado mantenerse unidos y salir adelante. Pero a medida que Fus se va haciendo mayor, simpatiza con los grupos de extrema derecha. Si ya resulta llamativo que un buen chico se una a gente que tiene fama de meterse en trifulcas, aún lo es más a los ojos del padre, que siempre ha sido militante de partidos de izquierdas.
Creo que con esto ya he dicho más que suficiente para saber de qué va Lo que falta de noche y para entender cómo se complica la relación entre padre e hijo. A pesar de que solo son ciento veintiséis páginas, Laurent Petitmangin no se queda en una historia de buenos y malos, sino que nos enseña una amplia gama de grises, pues nada es tan simple en la realidad. Aunque no da tiempo a profundizar demasiado en la psicología y pensamientos del padre, consigue que nos metamos en su piel, que sintamos su desconcierto, su enfado, su frustración.
Lo que falta de noche es uno de esos libros en los que nos preguntamos constantemente qué haríamos nosotros en esas circunstancias. En frío, quizá sea fácil posicionarse, pero a decir verdad es una situación muy compleja, llena de sentimientos encontrados. A través de los ojos del padre, no solo conocemos su punto de vista, sino parte del de algún amigo y del hijo menor, que siempre ha idolatrado a su hermano. Porque los actos de uno siempre tienen consecuencias en la vida de su entorno, sobre todo si son actos horribles. Nadie sale indemne de una espiral de violencia.
Lo que falta de noche es una historia de relaciones familiares que nos sirve para concretar las consecuencias del contexto político actual, donde los extremos y el odio están alcanzando cotas preocupantes. Laurent Petitmangin nos lanza preguntas incómodas a través de sus protagonistas y, desgraciadamente, no nos ofrece respuestas porque no las hay. Eso sí, nos hace reflexionar, que es lo que importa.
Espero que cada lector que se adentre en las páginas de Lo que falta de noche se plantee si merece la pena esta crispación. Todos podríamos sufrir daños tarde o temprano, ya sea en primera persona o de forma colateral, pero también tenemos la posibilidad de rebajar tanta tensión. Como demuestra la familia protagonista, cada gesto nimio y cada momento aparentemente insignificante pueden marcar la diferencia.