Reseña del libro “Lo que la marea esconde”, de María Oruña
“Hay una pena, una tristeza, que cuando es muy profunda se nos queda dentro y nos recuerda quiénes somos. Y no pasa nada, se puede convivir con ella y ver salir el sol. Pero si ese dolor lo dejas entero dentro, si permites que se pudra, te transformarás en un monstruo.”
Creo que María Oruña es de esas autoras que no decepcionan. De esas que, leas lo que leas, tienes la certeza de que merecerá la pena. De que te conducirá a una historia que te atrapará, te sorprenderá y te hará reencontrarte contigo mismo, sobre todo con esas partes que ignoras (consciente o inconscientemente) que puedan estar dentro de ti. Y esto no es nada fácil, ya que no solo se necesita talento para narrar, sino también una gran empatía y un profundo ejercicio de introspección.
Lo supe al leer los tres primeros libros de ‘El Puerto Escondido’, en los que me esperaba encontrar una historia de misterio entretenida con la que no pensar en los problemas durante un rato y terminé encontrándome con eso y mucho más, ya que el uso de la ambientación y escenarios, así como la psicología y la evolución de sus personajes me cautivó. Y no ha decaído en esta última entrega. En Lo que la marea esconde, nos volvemos a ver las caras con la teniente Valentina Redondo, pero también con otros personajes icónicos del resto de sus novelas como Oliver, Sabadelle, Clara o Camargo. Diría que se puede leer de manera aislada, es decir, aunque no hayas leído el resto de novelas de esta saga; pero creo que se disfruta mucho más cuando ya conoces el background de los personajes principales.
En esta ocasión, nos encontramos ante un misterio que, aparentemente, es imposible de resolver, ya que han asesinado a una mujer en una habitación de un barco que estaba cerrada y nadie pudo salir ni entrar. ¿O sí? Con esta premisa, y bastante poca información, Valentina comienza a investigar y se encuentra con una serie de sospechosos con muchos motivos para ver muerta a la asesinada, la presidenta del Real Club de Tenis de Santander. De esta forma, la trama va avanzando según los pasos que da la investigación y cada nueva prueba parece suponer una vuelta al principio.
Entretanto, la autora nos relata la tragedia que sufrió la protagonista junto con otro importante personaje, que la lleva a sentirse más sola y perdida que nunca. Y se encierra totalmente en sí misma.
Me ha gustado mucho este valor añadido que la novela aporta a la trama principal de misterio de los clásicos, al más puro estilo de Agatha Christie, una de mis autoras favoritas del género. Y se apoya en la primera para mostrarnos los mayores temores que se esconden en nuestros protagonistas, pero también en el ser humano. La oscuridad que anida en el fondo de nuestro interior y que nos empeñamos en esconder para proteger a aquellos que más amamos. Como si, viendo quiénes somos en realidad, pudieran abandonarnos para siempre. Esto me ha hecho reflexionar y creo que añade profundidad a los personajes que, como en las anteriores entregas, no me han defraudado.
Pero no solo por esto: otra de las cosas que me gustan de esta autora es que los diálogos que escribe, así como las descripciones de los lugares y los personajes son tremendamente reales. Es como si te describiera una situación que, posiblemente, podrías haber visto o vivido en el pasado o a la que te podrías estar exponiendo en el presente. Este componente de realidad le añade aún mayor credibilidad al crimen y al misterio que nos ocupa y consigue atraparte aún más entre las páginas.
Por último, y no menos importante, destacar la ambientación tan especial que crea. Como en las anteriores, el escenario principal es Cantabria, y es increíble cómo nos transporta a este mágico lugar del precioso y verde azulado norte de España. A través de su narración, parece que estemos recorriendo sus acantilados, playas y todos los rincones y recovecos desconocidos para aquellos que no somos originarios de la zona. Aunque tengo que admitir que no puedo ser objetiva porque es uno de mis lugares favoritos de los que he visitado hasta ahora, su narración lo hace aún más especial.
En definitiva, Lo que la marea esconde es una novela bastante redonda cuyo misterio te atrapa, con unos giros que hacen que no puedas dejar de leer y seguir descubriendo junto con el equipo de investigación cada una de las pistas que lleven a esclarecer quién es el asesino y por qué llevó a cabo el crimen. Pero también es una historia sobre quiénes somos en realidad y cómo nos escondemos en nuestra cueva porque nos aterra mostrar nuestros demonios, cicatrices y antiguas heridas a quienes más queremos. Y habla sobre el miedo al abandono, la tristeza más profunda y la soledad más amarga. Me ha encantado como lectura con la que empezar el verano porque es un libro que se lee solo. Estoy deseando reencontrarme de nuevo con Valentina y el resto de personajes.