Lo que pasó, qué título tan impreciso el de esta obra de Jesús Vicente Aguirre. Transmite la misma incertidumbre que las páginas iniciales, en las que un narrador, que no se presenta (más tarde nos dirá que se llama Arturo) y que se acaba de quedar viudo, nos habla de los papeles de José Valverde, conocido por todos como Pepe. Los ha encontrado entre las pertenencias de su mujer fallecida, Elsa. A través de sus propios recuerdos, Arturo hila esas cartas, artículos y notas manuscritas para contarnos quién fue Pepe y, poco a poco, vamos entendiendo por qué su vida y trágico final, en los primeros compases de la guerra civil, marcaron el destino de Elsa y él.
Todo lo que elude el título Lo que pasó lo desvela el subtítulo: «Historia de una saca del 36». Bastan esas seis palabras para erizarnos la piel, pero eso no es nada comparado con lo que sentimos a medida que descubrimos que es precisamente eso «lo que pasó» aquella noche de agosto de 1936: once hombres fueron fusilados por sus hermanos, amigos y vecinos, y sus cadáveres, tirados en una fosa común. Un hecho del que nunca se hablaría en aquel pueblo, pero que nadie podría borrar de su recuerdo, y algunos, ni siquiera de su conciencia.
A través de Arturo y de otras narradoras que irán apareciendo más adelante (descendientes de uno de los hombres que fueron acribillados aquella noche), Jesús Vicente Aguirre nos muestra el ambiente belicoso que precedió a la guerra civil española, remontándose a los sucesos de Arnedo de 1932, a la guerra de Marruecos y hasta al clima político de 1886. Todo ello para ponernos en antecedentes, a ver si así logramos comprender cómo amigos, buenas personas incluso, se mancharon las manos de sangre en esa guerra. Concluye su retrato de un siglo de la historia española en 1978, cuando los personajes dejan de hablar de «lo que pasó» entre susurros y por fin pueden poner nombre y apellidos a los hombres enterrados en aquella fosa, restituyéndoles la humanidad y la dignidad que un día les arrebataron. Un logro que muchos otros aún están por alcanzar, más de cuarenta años después.
Lo que pasó es una historia de ficción que bebe de las historias silenciadas de tantas y tantas familias. Por eso la sentimos cercana, por eso nos duele leerla. Los acontecimientos del libro suceden en un pueblo sin nombre, pero qué duda cabe que los miedos, represiones y venganzas que describe el autor se repitieron en todos los rincones de España, condicionando la vida de personas que nacieron varias décadas después de que el conflicto acabara oficialmente.
Es innegable que Lo que pasó es un libro triste, pero también luminoso. Y eso es gracias a la belleza de la prosa de su autor y a la voluntad de reconciliación, convivencia y perdón que mueve a sus protagonistas. En definitiva, la historia de un triángulo de amor y de desgracia, la historia de un país de odios enquistados y heridas sin cerrar. Nuestra historia.