Una mujer de pie con una katana ensangrentada en una mano y un rotulador rojo en la otra. Sonríe. ¿Puede haber mejor portada que esta? Ya os lo digo yo. No. Claro que no. Es la imagen con la que Raquel Riba Rossy nos presenta a su personaje estrella: Lola Vendetta.
Para los que la conozcáis, Lola es una mujer joven, mordaz, impulsiva y con un gran sentido de la justicia que lucha contra lo que no le gusta de maneras a veces poco ortodoxas. Por ejemplo con una katana. Su creadora cuenta que el personaje nació para canalizar sus frustraciones diarias contra las pequeñas descortesías, encontronazos y choques que tenemos con gente que no respeta nuestro estilo de vida (o directamente con gilipollas, a ver, que quería decirlo fino pero quizás no se entendía). Cuando tuvo unas cuantas viñetas, Riba Rossy decidió colgarlas en las redes y vio que tenían buena aceptación. Eso la animó a darle más profundidad al personaje de Lola Vendetta hasta el punto en el que está ahora: con más de 100.000 seguidores en las redes se ha convertido en la voz que grita lo que muchas mujeres normalmente nos callamos.
Y, como era de esperar (y muchos de sus seguidores deseaban), Raquel Riba Rossy ha ordenado parte de las viñetas para crear un libro que ahora publica Lumen. La historia se estructura de manera cronológica en un año separado por las cuatro estaciones (del año, pero también interiores) que vive el personaje de Lola. Empieza con el Otoñus W.T.Fus, en el que algo empieza a oler a podrido en la relación de Lola con su novio. La vemos caer en un invierno helado y levantarse y brillar a lo largo de la primavera y el verano. Al mismo tiempo, y viñeta tras viñeta, Riba Rossy se carga el mito del amor romántico, los tabús sobre el cuerpo femenino y nos da dos o tres lecciones magistrales de autoestima.
Todos tenemos algo de Lola Vendetta y leerla es liberador. Y, por supuesto, empodera. Verla tender la mano a una mujer a la que están agrediendo o enseñarle el dedo al machismo ayuda, como hizo al principio con su autora, a descargar la frustración que nos produce no poder evitar todas y cada una de estas situaciones. Lola también plasma con precisión milimétrica los detalles más escabrosos que inventan nuestras mentes (ay, esas viñetas de pesadilla en la que se ve absorbida por una vida familiar que no desea) y dota de una belleza liberadora a elementos como la regla o la masturbación que todavía siguen siendo tabú.
Si en los últimos años os habéis enganchado a Moderna de Pueblo, La Volátil o Caniculadas, corred a hacerle un hueco en la estantería a Lola Vendetta. Son más de ciento cincuenta páginas en negro, blanco y rojo que se leen en un momento pero a las que se vuelve a menudo, para recomendar a amigas, para disfrutar detalles que te habías perdido, para buscar unas risas o descargar un poco de mala leche.
Lola Vendetta es sangrienta, divertida, feminista y tiene las cosas muy claras. Recuerdo que el día de la presentación en Barcelona pasé por delante de la librería en la que la hacían y no pude quedarme. Pero me dio tiempo de ver a Raquel Riba Rossy con una gran sonrisa en los labios (rojos) y rodeada de gente en la entrada. Desde aquí le pedimos que siga dibujando a Lola, y todo lo que se le ocurra.
Laura Gomara @lauraromea