José María Sanz dice su DNI. Viste rocker y peina tupé. Chulesco, macarra, poeta y cantante de lo que otros poetas le escriben. ¿Uno más? Y una leche. Este tal José María Sanz es Loquillo, el de los Trogloditas y Los Intocables. El que bebió de los discos de Elvis, los Clash y de una botella de Don Pérignon. Tipo duro de aspecto imponente es mucho más que un cantante de rock and roll al uso. Su estética combina el cuero de macarra de barrio con el dandy de traje de corte impecable y sombrero de gánster. No sabe tener la boca cerrada y sus declaraciones siempre están en el ojo del huracán. Ha cosechado fans que le han seguido durante su carrera y muchos otros detractores, no pocos y sí muy feroces.
Loquillo. La voz cantante es una colección de canciones, de letras. Un poemario donde se desprende toda esa estética que Loquillo hizo célebre durante sus más de treinta años de carrera musical. Letras pertenecientes a los discos que han marcado a diferentes generaciones acompañándoles de por vida. Letras a las que el “Loco” ha puesto voz, muchas escritas de puño y letra, muchas otras prestadas por amigos, poetas, músicos, gente extraordinaria que plasmaron con la palabra escrita los sentimientos que han acompañado a Loquillo durante toda su vida. Sus veranos bordeando la costa en coche, las noches de hotel tras un concierto, los locales donde, copa en mano, pensaba en la rubia que ocupó el asiento de atrás de su Cadillac solitario.
Se han escrito biografías sobre Loquillo, todas narrando sus idas y venidas dentro del mundo del espectáculo. En esta compilación lo que encontrarás es al otro Loquillo, la voz que canta sentimientos escritos. Es también un modo de acercarse a la imponente figura del chulesco cantante catalán.
En una de sus canciones, quizás no tan célebre, pero que a mí me gustaba bastante, él mismo cantaba acerca de los Rolling Stones diciendo que no eran santo de su devoción. Bueno, he de decirte que para mí, Loquillo, tampoco lo es. Por eso haberme detenido a leer esta colección de letras, que al final, si le quitas voz, son solo eso, letras, descubrí unos sentimientos que bien podrían ser los míos. Y serán también los tuyos. Por tanto, ¿es este libro una pieza de coleccionismo para seguidores de Loquillo? No necesariamente. O al menos, no en su totalidad. Yo lo considero una buena antología de canciones a las que cualquiera podría ponerles voz, pero que tuvo que ser él, el “Loco”, el que les diera vida.
Dentro del libro que edita Renacimiento (qué inspirador nombre para una editorial) vas a encontrar prólogos llenos de sinceras y literarias palabras de Luis Alberto de Cuenca, autor de muchos de los poemas que fueron cantados en los discos de Loquillo. También está por ahí Gabriel Sopeña aportando su visión acerca de las canciones que escribió al igual que Igor Paskual, compositor desde que se uniera a la banda en el álbum Feo, Fuerte y Formal. Dividido en las composiciones de cada autor y en una cuidada maquetación, descubrirás las letras de Loquillo. La voz cantante.
«Las canciones de este libro son mi forma de ser, he crecido con ellas, con ellas he ido haciendo camino para llegar hasta hoy. Son mi fe de vida. Las canciones de este libro son mi obra y la de otros poetas de altura, músicos de prestigio, juglares de juventud, y están escritas para ser compartidas, cantadas, para permanecer vivas. Por eso, son tuyas también». (Loquillo)