Reseña del libro “Los 99 novios de Micah Summers”, de Adam Sass
¿A cuántos chicos hay que conocer para encontrar al indicado? Esa es la pregunta que aparece en la portada de Los 99 novios de Micah Summers, de Adam Sass.
Pues a ver, la respuesta a esa pregunta es complicada. A unos les irá genial y encontrarán al amor de su vida a la primera, y otros tendrán que besar a muchos sapos hasta dar con el príncipe azul. Yo me incluyo dentro de este segundo grupo, al igual que Micah, nuestro protagonista, un adolescente tímido y enamoradizo al que le apasiona dibujar. Ya se ha enamorado 99 veces de 99 chicos distintos, pero nunca se atreve a hablarles, y mucho menos a pedirles una cita. Eso sí, en su cuenta de Instagram da rienda suelta a su imaginación y, desde el anonimato, muestra los dibujos que hace de sus príncipes azules.
Harto ya de no tener las narices de pedir salir a un chico, Micah decide dejar de buscar al príncipe azul y opta por convertirse él mismo en ese príncipe de cuento, sobre todo cuando se topa en un tren con el chico de sus sueños y siente esa química, ese feeling, esa conexión entre ellos. Pero… cuando todo parecía ir a las mil maravillas, algo ocurre —algo que no puedo decir para no destriparos la historia—, y Micah se vuelve a quedar solo con el único rastro del chico perfecto: una cazadora con una calabaza bordada.
Así, como en La Cenicienta, Micah emprende una búsqueda desesperada junto a sus amigos Hannah y Elliot para dar con la princesa/caballero y tener un final de cuento de hadas.
Pero… ¿qué pasará cuando Micah lo encuentre si al final lo encuentra? ¿Será todo de color de rosa como él cree? ¿Y si los finales de cuento no existen? ¿Y si el amor verdadero no está en un desconocido al que ha idealizado y se encuentra más cerca de lo que imagina?
Pues eso, que aquí tenemos ante nosotros una versión de La Cenicienta muy queer y entretenida que me ha hecho reír y conectar con los personajes de una forma brutal. A Micah lo he comprendido muy bien porque yo también he sido adolescente y me he hallado en su situación. Por eso, aunque muchos de sus comportamientos a lo largo del libro pueden llegar a desesperar y a resultar tontos e inmaduros, no hay que olvidar que Micah es solo un chaval inseguro de diecisiete años que ansía conocer a alguien que le ame y que le comprenda. Ansía su primer beso y su primera vez con alguien especial, y como Micah es un romántico y un apasionado de los cuentos de hadas y la fantasía, está seguro de que si el príncipe no viene a él, él se convertirá en el príncipe para conseguir lo que anhela.
Sin embargo, tal y como Adam Sass nos hace ver con su narrativa ágil, fresca, desenfadada y natural, el amor verdadero no es algo que podamos buscar y forzar. Muchas veces nuestro amado está tan cerca de nosotros que no nos hemos dado cuenta ni le hemos dado importancia.
Por otro lado, en esta historia también se habla de la presión que ejercen sobre nosotros las redes sociales y el peligro que eso supone para los adolescentes, que se sienten abrumados por el peso de la fama y cómo algo que nos servía para desahogarnos y mostrar nuestra faceta creativa, como le ocurre a Micah, se transforma en un monstruo peligroso que se nos va de las manos y sólo quiere que lo alimentemos.
Además, en el caso del pobre Micah, la fama no sólo le persigue cuando deja su anonimato atrás en Instagram, sino que lleva tras de sí el peso de un padre ex jugador de hockey que luego arrastró a su familia a un reality show que los convirtió en todo un fenómeno de audiencia y a Micah en “el Enano llorón”, mote por el que se le conoce por todo Chicago desde que era pequeño.
Por último, no puedo terminar mi reseña sin mencionar a los personajes secundarios como Hannah y Elliot. Ellos son el motor y el apoyo de Micah, porque sin su ayuda esta historia no hubiera pasado de la primera página. Con eso quiero haceros ver lo importante que es la amistad, y que incluso en ocasiones, el amor está delante de nuestras narices, pero tenemos el cerebro tan rebosante de fantasía, que no lo vemos hasta que es demasiado tarde…
¿Encontrará entonces nuestro protagonista a su media naranja? ¿Ese que solo le quiera por cómo es sin importarle la fama? Tendréis que descartar a todos y cada uno de Los 99 novios de Micah Summers para dar con el adecuado: el auténtico número 100.