Los besos en el pan, de Almudena Grandes
Título: Los besos en el pan
Autora: Almudena Grandes
Editorial: Tusquets
Páginas: 336
ISBN: 9788490661918
Almudena Grandes ha dejado de lado la historia, espero que solo aparcada, para venir a darse, y darnos, un baño de realidad, un baño de ese día a día que desgraciadamente hemos vivido y estamos viviendo una gran parte de los españolitos de hoy, ya saben aquello de, “españolito que vienes al mundo te guarde Dios…”
Es un retrato de la vida en un barrio medio de Madrid, que puede ser extrapolado a cualquier otro barrio de cualquier otra ciudad de este país. Tampoco es extraña esa realidad al medio rural, pues desgraciadamente, muchos son los que, o bien han tenido que emigrar a las ciudades, o bien directamente al extranjero, aunque también se ha dado el caso contrario, alguien que, como en el libro, regresa al pueblo en busca de todas las ilusiones robadas por el asfalto.
Yo también soy de esa generación que o bien ha besado el pan, o lo ha visto besar, ¡claro!, incluso hacer una cruz en la parte posterior antes de cortarlo… Son efectivamente esas pequeñas cosas que al contarlas delatan que tenemos una cierta edad, somos esas gentes del Siglo XX que, como dice la autora, heredábamos la pobreza, pero también la dignidad. ¿Qué recordarán de nosotros las nuevas generaciones?
Es esta una novela coral, gentes diversas con problemas diversos, pero también con problemas comunes, porque los muchos recortes que hemos sufrido en el sistema público nos afectan como comunidad. Cierre de hospitales y centros de salud, listas de espera medicas insoportables, copago farmacéutico, recortes en las becas universitarias, colapso de los sistemas de asistencia social…
El desempleo y el miedo al desempleo, el vaciado continuo de los centros de recogida de alimentos, los desahucios, gente que trabaja y sigue sin poder vivir dignamente, profesores que detectan la infranutrición de los algunos niños, la desesperación de quien no sabe que pasará mañana, y todo esto es el libro de Almudena Grandes, y difícilmente uno no se ve reflejado en él. Pero ante toda esta desesperación se abren alternativas, surge la solidaridad entre las personas, y la comunicación, porque siendo muy difícil, cada vez nos atrevemos más a contar nuestra historia, aunque ha costado, y aun cuesta salir a la calle y ponerte al lado de tu vecino en la puerta de un banco para protestar por su desahucio o solicitar la dación en pago, esa segunda oportunidad que a nadie se le debe negar.
Este libro es un retrato del hoy que nos está tocando vivir, un retrato doloroso pero conmovedor, como casi todo lo que toca con su pluma Almudena Grandes, y la generosidad de la autora también nos muestra una sociedad que despierta, que reivindica, que es solidaria, jóvenes con otros intereses, yayo-flautas (dicho con todo el cariño) dispuestos a todo por los suyos, padres que empiezan a comprender el desencanto de sus hijos…No es una generación ni-ni, es una generación desesperanzada.
Escribo esta reseña a una semana de las elecciones generales en España, y creo que la autora quiere que su sueño renovador de esperanza surja de las urnas el día veinte, también a mi me gustaría que cada voto fuese un ejercicio profundo de reflexión, ustedes leerán esta reseña algunos días después. La suerte estará echada, veremos en que ha quedado esa poca de ilusión que compartimos.
Susana Hernández
Tengo muchísimas ganas de leerlo.
Un saludo 😉
Todos los libros de Almudena tienen un algo especial para sus lectores, así que seguro que lo disfrutarás. Un abrazo!
ya sabes que no soy muy de Almudena Grandes, para mí explota siempre lo mismo, haciendo ese paralelismo del antes con el ahora, como si se quisieran igualar, y que yo veo tan diferente, aunque la creciente falta de oportunidades es incuestionable.
Sin embargo, tu reseña me gusta, y eso no es bueno, porque me puedes hacer picar, jajaja.
Un abrazo.
Jajaja, lo sabía! bueno, se que no es santo de tu devoción, pero de verdad que no tiene un registro único ¿Recuerdas que gano el premio de la sonrisa vertical? jejejej Pero hay más, no se puede ganar uno el respeto de la crítica con un monotema, la crónica que está haciendo de la guerra y la posguerra es muy buena y no tan sectarista como podríamos imaginar. El lector de Julio Verne, es un libro conmovedor que le recomiendo a cualquiera. Un besico !!