Reseña del libro “Los boys club. Por qué los hombres siguen dominando el mundo”, de Martine Delvaux
Los boys club, de Martine Delvaux, llegó a mis manos por casualidad; pero el subtítulo, «Por qué los hombres siguen dominando el mundo», me dejó claro que tocaba un tema que me interesaba.
En el prólogo, escrito por Noelia Ramírez, se expone el propósito de este ensayo: «… aprender, a fin de cuentas, a detectar el perverso triángulo de misoginia, crueldad y homofobia/racismo/clasismo interiorizado que sostiene al sistema de los boys club».
En la introducción, Martine Delvaux cuenta que la publicación de Los boys club. Por qué los hombres siguen dominando el mundo la ha convertido en un objetivo que derribar. Ha recibido amenazas de muerte y de violaciones con la excusa de que este texto contiene odio a los hombres (irónica forma de quejarse, eh, que no hace otra cosa que darle la razón a ella). Delvaux se pregunta por qué se considera odio a los hombres que se haya basado en investigaciones científicas y en estudios estadísticos para analizar el funcionamiento del sistema que domina el mundo. Pero es que, ahora y siempre, cualquiera que pone en cuestión el statu quo sufre las consecuencias. Y con más inquina si cabe cuando se trata de una mujer. Me resultó inevitable acordarme de La cultura del odio, de Talia Lavin, que leí y reseñé hace algo más de un año. Lo que Martine Delvaux pretende con este concienzudo análisis es que aprendamos a detectar los engranajes de ese sistema para desarticularlo. Así, las mujeres podremos por fin ver el mundo y a nosotras mismas a través de nuestros propios ojos, y no a través de la mirada masculina que lo impregna todo. Esta idea, cómo no, me hizo pensar en otra lectura: La mujer invisible, de Caroline Criado Perez; un ensayo que me resultó revelador y que incluso Delvaux menciona varias veces en Los boys club. Por qué los hombres siguen dominando el mundo.
¿Y a qué se refiere exactamente con eso de los boys club? Pues a la camaradería masculina. Tiene sus orígenes en esas organizaciones que tradicionalmente han excluido a las mujeres y que están compuestas por hombres ricos de cierta edad y poder que se protegen entre sí para mantener sus privilegios. La Iglesia o el Ejército pueden ser los primeros ejemplos que nos vienen a la cabeza. Martine Delvaux menciona estos y muchos más, pero lo que más le interesa es poner al descubierto esos que nos pasan desapercibidos porque precisamente ellos quieren que así sea para preservar su influencia. Lo que no se ve, no se cuestiona, no se vigila.
Para ejemplificar las dinámicas de las que habla, Martine Delvaux recurre a escenas de series, películas y novelas que todos hemos visto. También dedica varios capítulos a Donald Trump, al que define como un boys club en sí mismo, o a la moda, que expone a unas e invisibiliza a otros, facilitándoles, una vez más, pasar desapercibidos y, por tanto, quedar impunes. Y saca a relucir las violaciones en grupo, la más terrible exhibición de la camaradería y de la masculinidad tóxica.
Los boys club. Por qué los hombres siguen dominando el mundo no va solo de hombres y mujeres. Se refiere al hombre blanco, cisgénero, heterosexual, neurotípico, sin discapacidad…, que se convierte en lo universal y, todo lo que no sea eso, en minoría. Y es que la norma rara vez se somete a examen, pero la excepción, constantemente. Por eso, Martine Delvaux aboga por socavar la idea de neutralidad, que no es más que la subjetividad de los dominantes.
Los boys club. Por qué los hombres siguen dominando el mundo tiene muchas ideas que me han impactado, si bien me ha resultado más reiterativo y denso que los otros dos libros que he mencionado. No obstante, son lecturas complementarias y clarificadoras con un mismo mensaje; muchos lo catalogarán de revolucionario, pero no es más que sentido común: acabar con los privilegios reservados para unos pocos, en busca de más igualdad y respeto para todos.