Los cien mejores poemas de Karmelo C. Iribarren, de José Luis Morante

No sé qué tiene la poesía de Karmelo C. Iribarren que me gusta tanto. Si me pusiera en plan pedante, tendría que hablaros de la poesía de la experiencia, sus características y por qué Iribarren encajaría dentro de dicho grupo, pero lo cierto es que no me gustan nada las etiquetas y esto no sería la reseña que busco hacer. Así que, si me lo permitís, voy dejar de lado toda esa teoría literaria y voy a centrarme en sentir, porque eso es lo que hace la poesía de Iribarren en mí: me obliga a sentir y eso, la verdad, me sienta de maravilla.

Me gusta la aclaración de José Luis Morante en el prólogo. Es cierto que el título suena demasiado académico, conciso y excluyente. Pero nada más lejos de la realidad. Estos cien mejores poemas de Iribarren son los que, el también poeta Morante, ha decidido seleccionar ahora. Porque la poesía no es solo de quien la escribe, ya deberíais saberlo, y para Morante esta selección de poemas que ha recogido en este libro son aquellos que a él le hacen sentir en este momento. Quién sabe si en otro momento esta selección hubiese sido diferente… probablemente sí. Por eso vamos a quedarnos con la inmediatez que ofrece la poesía y dejarnos llevar por esta selección de poemas que nos ofrece.

“Qué hago mirando la lluvia

si no llueve”.

No sé, lectores, porque con dos versos Karmelo C. Iribarren es capaz de desmontarme. Creo que es esa capacidad que tiene de hacer de lo cotidiano un dardo:

“Ándate con cuidado,

que no se entere nadie

de que lo pasas bien,

que tu vida funciona

y eres feliz a ratos.

Hay gente que es capaz

de cualquier cosa,

cuando ve una sonrisa”.

La poesía de Iribarren es cotidiana, con todo el realismo que eso conlleva. Creo que por eso es fácil conectar con él y con sus versos, porque todos hemos estado alguna vez allí, en alguno de sus poemas. Todos hemos sentido en algún momento lo que el poeta transmite, solo que a la mayoría de nosotros nos cuesta ponerlo por escrito y hacerlo poesía. No olvidemos que esa es la grandeza del poeta.

Me da la sensación de que Iribarren escribe para él, que es, en cierto modo, una de las cosas que más me gustan. Me explico: no suele gustarme la poesía de aquellos que andan buscando continuamente al lector, que escriben grandilocuentes versos que dejan aturdidos a quien los leen. Mucha forma y poco contenido. Iribarren es todo lo contrario y, las veces que busca al lector, lo hace de una manera clara y sin filigranas:

“No sé si soy

feliz,

si verdaderamente lo he sido

alguna vez;

aunque creo que no.

y a ti te ocurre otro tanto,

me consta.

Pero no es esto

lo peor.

Lo peor del caso,

lo más triste,

es que ya

ni siquiera

nos importa.”

Bueno, quizás no esté buscando precisamente al lector en este poema, pero es inevitable sentirse nombrado en este poema.

Los cien mejores poemas de Carmelo C. Iribarren no son sus mejores poemas. Su obra es amplia y os animo a leerla toda. Eso sí, la selección de Morante es sensacional y creo que es una buena forma de acercarse a Iribarren y de conectar con él, con este poeta del dardo en lo cotidiano.