“Los diarios secretos de Guillaume Bianco-1: las tetas”, de Guillaume Bianco
Ay, las tetas, las tetas… Desde que nacemos quedamos obsesionados con ellas durante todas las etapas de nuestra vida, ya seamos niños, niñas, hombres o mujeres y sino, ya se encarga la sociedad de metérnoslas constantemente por todas partes (televisión, publicidad, revistas, catálogos de lencería…) ¿Hay algo mejor? Rotundamente, no. Hay quien prefiere los culos. A esos les digo como a John Nieve: “no sabéis nada”.
También hay quién dice, sobre todo mujeres: “¡Por Dios, son solo tetas. No hay que obsesionarse con ellas!” Qué fácil es decirlo, como vosotras tenéis…
Claro que hay quien tiene una fijación mayor que la media, como es el caso de Guillaume Bianco.
En este diario, que será el primero de una serie, Bianco se planta ante la hoja en blanco de un diario recién comprado y en el que pretende contar “cosas interesantes y pertinentes sobre el día a día, sobre la vida, reflexiones, observaciones que conformen testimonio de su época…” pero mientras piensa todo esto su mano ha dibujado inconscientemente un par de melones. ¿Por qué? Eso es lo que intentará entender durante todo el diario y así, con esta excusa, hablará sin discriminación mamaria de todos los tipos de senos que pueden existir: redondos, pera, huevos al plato, grandes domingas, tetas misil, mega pezón, tetina… y de las anécdotas que a lo largo de su vida ha tenido en relación con las tetas.
Los diarios secretos de Guillaume Bianco 1: las tetas está escrito de manera clara y sencilla, se puede leer (desgraciadamente) de una tacada en media tarde, el dibujo es similar al del de los cuadernos de bocetos, sencillo también pero muy ilustrativo.
El estilo es directo y sin tapujos, rompiendo la cuarta pared en varias ocasiones y con el fin último de desentrañar los recovecos del cerebro humano. En cierto modo es un tebeo didáctico.
Ha de quedar claro que de ninguna manera este es un cómic pornográfico o que busque excitar al lector. Es un mero divertimento cariñoso que trata de justificar el porqué a la mayoría de los hombres nos gustan tanto tantísimo las tetas.
El mismo autor se plantea en Los diarios secretos de Guillaume Bianco 1: las tetas, que las lectoras se lo puedan tomar como algo misógino, a lo que el responde que este cómic no es sino todo lo contrario: una confesión de su devoción por las mujeres.
Por todo esto recomiendo su lectura (el precio es de risa) y no se puede dejar de leer sin una sonrisa en los labios.
El mundo sería un lugar gris, triste y nauseabundo si no fuera por las tetas, la alegría de la vida. Es un hecho. Las tetas son el bien, todo con tetas es mejor, los responsables de marketing lo saben, los niños lo saben, todo el mundo lo sabe.
¡Larga vida a las tetas!
Lo suscribo. ¡Y lo que me he reído con Bianco! Y lo identificado que me he sentido, pero eso me lo callo por pudor… 😀
¡Me alegro! 😉