Reseña del libro “Los doce días de Dash y Lily”, de Rachel Cohn y David Levithan
Hay historias que son casa, a las que me encanta regresar para reencontrarme con ese universo conocido, seguro y que siempre sabe cómo hacerme reír, y también hay personajes que a pesar de estar confinados en una hoja de papel me parecen conocidos de toda la vida como si tuvieran la capacidad de traspasar esos límites, pero si os paráis un momento a pensar sobre ello para mí muchos de los personajes de la literatura sí que lo hacen, rompen las dos dimensiones, porque a su modo me acompañan, forman parte de mí, y precisamente eso es lo que me pasa con Dash y Lily, con la Sra. Basil E. o con Langston, me pregunto a menudo que será de ellos o de qué modo habrá transcurrido su vida desde que los deje. Por eso tenía tantas ganas de volver, de saber, de reencontrarme con ellos una vez más y que me contasen como les había ido todo, por todo eso no podía esperar a tener entre mis manos Los doce días de Dash y Lily.
Si no conocéis todavía a esta pareja tan encantadora, tenéis que retomar la historia un libro antes en El cuaderno de desafíos de Dash y Lily, ese fue el comienzo de todo, el punto de partida en el que Dash y Lily se conocieron gracias a una moleskine roja escondida en Strand. Esta nueva entrega nos sitúa un año después, en el momento en el que el abuelo de Lily sufrió un infarto, en el momento en el que ella se apagó, se volcó por completo en su recuperación cargando con toda la responsabilidad a su espalda, los días pasaban sin que siquiera se diera cuenta de ello hasta que llegó la Navidad, pero estas fiestas, las favoritas de Lily, habían perdido su luz, se convirtieron en otra cosa distinta, algo sin ilusión, sin esperanza y sin ganas y eso no era más que un reflejo de lo que sentía Lily en ese momento: desesperanza y desilusión. Desde que se conocieron, Dash había cambiado, sí, seguía siendo un fanático del lenguaje, sí, seguía siendo algo malhumorado y gruñón y,rotundamente, sí, seguía teniendo ese puntito pretencioso y pedante que le hacía arrebatador, pero ahora había algo más, algo más de luz, algo más de alegría y hasta comenzaba a disfrutar un poquito pero solo un poquito de estas fiestas, así que cuando vio como Lily se apagaba no le quedo más remedio que hacer lo imposible: aliarse con Langston para devolver la Navidad a Lily.
Como ya ocurría en El cuaderno de desafíos de Dash y Lily, cada capítulo de esta historia esta narrado por uno de los protagonistas, sus voces se van intercalando para ofrecernos una perspectiva más profunda y detallada de los dos puntos de vista. En este libro los autores tratan de explorar otros temas como que es lo que ocurre en las relaciones cuando se pierde esa inmediatez e intensidad de las primeras veces, y cómo no, también nos hablan sobre el sentido de la Navidad, parece que a todos o casi todos nos encantan estas fechas porque nos conectan con el pasado, con la niñez y con esa sensación de permanencia y de constancia, pero conforme vamos creciendo la visión se amplía, y sí, hay ciertas cosas que no cambian, celebramos lo mismo año tras año, los rituales son los mismos, pero las circunstancias, no, y tal vez en fechas como estas es cuando esos cambios se hacen más visibles y patentes y lo que nos queda es aprender, aprender que no tenemos el control sobre todo, ni tampoco sobre los actos de los demás. Me ha encantado que tanto David Levithan como Rachel Cohn se hayan atrevido a ahondar en estas cuestiones, en el lado menos amable de la Navidad.
En cuanto a los personajes, se observa una clara evolución en los dos protagonistas. Dash se muestra más abierto, menos esquivo, poco a poco va derribando muros y mostrando su faceta más vulnerable. Por su parte Lily, tan llena de vida, de entusiasmo, de encanto se enfrenta a una situación que la obliga a replantearse distintos aspectos de su vida, a delegar y a darse cuenta de que hay cosas, siempre las habrá, que escapan a nuestro control.
La ambientación sigue siento maravillosa, los autores saben como trasladarnos la magia de Nueva York en Navidad a través de sus palabras y la novela no pierde esos matices sarcásticos y situaciones cómicas que tanto me gustaron en la primera parte. Y como no podía ser de otra manera Los doce días de Dash y Lily es igual que su antecesora una novela de lo más libresca, hace constantes referencia a libros y autores y eso es algo que me fascina.
Tanto El cuaderno de desafíos de Dash y Lily como Los doce días de Dash y Lily son novelas perfectas para leer en esta y cualquier época del año, sus situaciones desternillantes, la maravillosa ambientación, el estilo de los autores y sus personajes harán que queráis regresar a ellas una y otra vez hasta que se conviertan en parte de vosotros, en hogar, en casa.