Reseña del libro “Los dos brazos de la cruz”, de Aitor Pilán de Miguel
Quien me conoce por aquí sabe que no soy muy fan de la novela histórica. Quizás porque hubo un tiempo en el que lo intenté y nada más que encontré libros aburridos con un millón de datos que hacían que mi mente se pusiera a pensar en otras cosas en vez de estar centrada en lo que tenía que estar. Sin embargo, últimamente he ido topándome con algunas novelas que, lejos de ser una clase magistral de historia y sin significar por ello que no tuvieran contenido histórico de rigor, han terminado enganchándome y gustándome muchísimo.
El libro del que vengo a hablaros hoy es un claro ejemplo de ello. Se trata de Los dos brazos de la cruz, escrito por Aitor Pilán de Miguel y editado por Sargantana. Si tuviera que definirlo con una sola palabra sería interesante. Porque, aunque misterioso, curioso y entretenido podrían ser calificativos que también le irían genial, creo que interesante es la palabra que mejor lo define. Y eso, hoy en día, con la cantidad de libros que salen de imprenta todos los meses, es mucho decir.
Me ha parecido interesante porque cuenta la historia de tres personajes, separados entre sí por mil años, que se dice pronto. Gracias a ellos conoceremos las profundidades de la religión cristiana, desde sus inicios, y llevaremos a cabo un viaje que nos hará cuestionarnos todo lo que sabemos sobre la religión.
Yo crecí en un colegio de curas, donde se rezaba nada más entrar por la puerta, se interrumpían las clases para ir a misa o a la capilla y donde la religión era más que obligatoria. A lo largo de todos esos años, a pesar de que me he considerado atea desde bien pequeña, me interesé mucho por la religión (matizo: por la historia de la religión), y es que no dejaba de sorprenderme cómo algo así había tenido la capacidad de movilizar a millones de personas durante tantísimo tiempo.
Pues bien, dicho esto, ahora entenderás por qué me ha resultado tan interesante el libro de Aitor, porque nos muestra varias caras del cristianismo a lo largo de los años, usando personajes tan interesantes como Pedro (contándonos, por ejemplo, cómo huyó de Jerusalem) o San Juan (donde se aprovecha para estudiar la hipótesis de qué paso con él). Pero va más allá, ya que gracias a este libro, el lector podrá viajar por varios siglos, incluso llegando hasta la guerra santa.
Y a estas alturas de la reseña te preguntarás que por qué a mí, que no me van los libros históricos repletos de datos, ha podido engancharme este libro. Pues bien, eso se debe a que Los dos brazos de la cruz no es un compendio de datos que el autor va soltando para que el lector se quede con la sensación esa de «uy, cuánto sabe este chico». No. Lo que hace es aprovechar esos conocimientos, esos recursos y usarlos para crear una historia muy entretenida que hace que el lector beba esos datos sin darse casi ni cuenta. Y aquí viene una pieza fundamental de este puzle: el misterio que hay detrás de sus historias. Eso es lo que hace que el lector se enganche, que quiera continuar y, sobre todo, que disfrute.
Sin duda, Aitor Pilán de Miguel ha hecho un trabajo excepcional. Ya no solo en cuanto a la narración (elaborada, cuidada y a la vez nada recargada). A estas alturas no soy consciente del trabajo de documentación que ha tenido que llevar a cabo, pero estoy segura de que no ha sido sencillo. En definitiva, es un libro que he disfrutado muchísimo, que he saboreado y que me ha hecho viajar por el tiempo y el espacio casi sin darme cuenta.
Me gustan tus reseñas, Ana.
¿Dónde puedo seguirte en redes? 🙂
Saludos.