Los gatos son raros y más observaciones. Un libro de gatos de Jeffrey Brown

Los gatos son raros y más observaciones, de Jeffrey Brown

Hay una serie de preguntas binomiales (como las llamo yo), es decir, una pregunta con dos opciones en las que debes escoger una de las dos, que sirven mayormente para generar debate siempre que se lanzan en el medio de cualquiera conversación. Alguna que otra familia se ha visto envuelta en desagradables enfrentamientos cuando una conversación de este estilo que se les ha ido de las manos: ¿Tortilla de patata con o sin cebolla?, ¿playa o montaña? y, por supuesto, ¿perros o gatos?. Si, como yo, eres de los que contestan sin dudarlo “gatos”, entonces tienes que hacerte con este libro: “Los gatos son raros y más observaciones. El libro de los gatos de Jeffrey Brown”. Repetición de la jugada para los que ladean la cara con desconfianza mientras leen: haceros con este comic.

Todo aquel que, en algún momento de su vida, haya convivido con gatos, se habrá dado cuenta de que son unos animales un tanto peculiares a la par que misteriosos. Sí, habéis leído bien: misteriosos. Pues se trata de seres que hacen cosas y se dedican a vivir la vida de una forma extrañamente incomprensible a la par que fascinante a los ojos de los humanos. La mayoría de las acciones que llevan a cabo a lo largo de un día cualquiera de su vida, son un sinsentido para nosotros y, sin embargo, ellos las llevan a cabo con total convencimiento pareciendo que saben exactamente lo que están haciendo (que probablemente lo sepan, no seré yo quién lo ponga en duda).

Pues bien, estas y más cosas, se ven reflejadas a la perfección en el comic de Jeffrey Brown. Se trata de un libro breve, de aproximadamente 120 páginas. Al abrirlo nos encontramos con diferentes historietas en las que se describen con todo lujo de detalles escenas cotidianas protagonizadas por estos felinos tan caprichosamente singulares y adorables. Luchas con pelusas de polvo, siestas, disputas con otros gatos…. Si alguno de vosotros ha tenido o tiene gato y ni una sola vez en todo el cómic piensa “eso lo hace mi gato”, entonces la próxima vez que se haga con uno, que escoja mejor al minino. El suyo es raro (más de lo habitual, claro está).

Y todo ello en una edición preciosa de tapa blanda con solapas, tamaño reducido y fácilmente transportable en la que combina las historietas en color con otras en blanco y negro en las que el nivel de detalle es increíblemente preciso.

En definitiva, es un cómic que se disfruta y en el que las páginas se pasan con una sonrisa en los labios. Merece la pena.