Reseña del libro “Los novios del invierno”, de Christelle Dabos
Si hay algo que adoro de las redes sociales es la posibilidad de descubrir el mundo literario desde otra perspectiva. No solamente porque me ayudan a enterarme de las novedades literarias cuando toca (y no meses o años después como me ocurría cuando era adolescente), sino porque gracias a ellas puedo descubrir novelas increíbles que, de otra forma, me habrían pasado desapercibidas.
Hace un tiempo oí hablar de Los novios del invierno, una novela francesa que había ganado un premio muy importante (entonces no lo sabía, pero ahora sé que es el premio Gallimard Jeunesse-RTL-Telegrama, al que le siguieron unos cuantos más) y que estaba revolucionando el panorama juvenil en Francia. Lo dejé estar porque no me veía capacitada para leer una novela fantástica en francés (aquí aprovecho para hacer una mención especial a su traductor, J.E. Salgar, que ha hecho un trabajo magnífico) y eso me llevó a que, cuando Nocturna anunció que iba a traerla a España, me diera cuenta de que casi me había olvidado de ella y de las ganas que tenía de leerla.
El caso es que por fin se hizo realidad y gracias a una de mis editoriales favoritas he podido descubrir por qué dicen que Christelle Dabos, su autora, es la mezcla perfecta entre J.K. Rowling, Neil Gaiman y V.E. Schwab.
Pero primero déjame ponerte en situación: la autora nos presenta a Ophélie, una protagonista muy interesante que se aleja mucho de la típica heroína. Es torpe, indecisa, lleva unas gafas enormes y su forma de vestir deja mucho que desear. Aun así, ella tiene un don, y es que con sus manos puede leer el pasado de los objetos y también puede atravesar espejos. Interesante, ¿verdad? El caso es que ella vive en una parte del mundo (del que ahora te hablaré con más detenimiento) y se ve obligada a prometerse con Thorn, un chico bastante extraño que vive en la otra punta del mapa y del que poco o nada sabemos.
Ophélie, por lo tanto, tiene que cambiar de vida de forma radical y allí, en el Polo, de donde procede Thorn, vivirá toda una serie de aventuras que estarán rodeadas de varios misterios que podrían empezar con la pregunta de quién es realmente su prometido.
Centrándome en el mundo creado por la autora —que es, sin duda, lo que más me ha gustado de esta primera parte de la tetralogía La Pasaespejos—, tengo que decir que Christelle Dabos ha hecho un trabajo impecable. No solamente nos ha regalado un mapa muy interesante y muy trabajado, sino que ha creado todo un sistema de magia, religión, política y sociedad cuyas piezas encajan de una forma tan perfecta que todo parece más real que la vida misma. No hay ni un solo detalle que se le escape a su autora y eso hace que la experiencia de entrar en este mundo sea muy inmersiva y absorbente. ¡Por no hablar de la estética! Puede parecer que, por momentos, estamos siendo cómplices de una historia alternativa de la época dorada de Francia ya que los vestuarios, arquitectura y decoración están tan perfilados que es imposible no imaginarse los escenarios de una forma tan clara como si estuviéramos viendo una película de época.
En cuanto a la trama, tengo que decir que el principio me fascinó. Me leí las primeras cien páginas del tirón y necesitaba más y más. Sin embargo, a medida que avanzaba sentía que esa curiosidad inicial se iba disminuyendo poco a poco. Supuse que sería algo normal, dado que ya tenía mucha información y ahora llegaba un momento más plano de la novela, pero esperaba que ese interés creciera a medida que me acercaba al final; y no fue así. Quizás se deba a que es el primer tomo de una tetralogía y nos encontremos ante una novela más introductoria que de acción, pero me habría gustado que hubiera un poco más de ritmo de cara al final del libro que me hubiera mantenido tan enganchada como al principio.
Aun así, Los novios del invierno me ha parecido una novela fascinante, con una creación de mundos muy trabajada y que consigue que el lector sueñe y se evada de una forma que, efectivamente, recuerda mucho a la de Schwab. Así que solo puedo decir que, aunque no tengo ni idea de cuándo se publicará la segunda parte en España, estaré pendiente para saber cómo continúan las aventuras de Ophélie.