Reseña del libro “Los renglones torcidos de dios”, de Torcuato Luca De Tena
“Los renglones torcidos de Dios son, en verdad, muy torcidos. Unos hombres y unas mujeres ejemplares, tenaces y hasta heroicos, pretenden enderezarlos. A veces lo consiguen. La profunda admiración que me produjo su labor durante mi estadía voluntaria en un hospital psiquiátrico acreció la gratitud y el respeto que siempre experimenté por la clase médica. De aquí que dedique estas páginas a los médicos, a los enfermeros y enfermeras, a los vigilantes, cuidadores y demás profesionales que emplean sus vidas en el noble y esforzado servicio de los más desventurados errores de la Naturaleza”.
Así reza la dedicatoria que acompaña a Los renglones torcidos de Dios desde que en 1979 fuese publicada; y es que su autor, Torcuato Luca De Tena quedó profundamente conmovido por lo que vio en el psiquiátrico donde estuve ingresado voluntariamente durante 18 días para documentarse con la verdad.
Muchas ediciones se han publicado de esta maravillosa obra y todas ellas tendrán algo especial, pero a mí me interesa resaltar la excelente calidad que ofrece la Editorial Austral en estas reimpresiones de clásicos de la literatura con prólogos de autores actuales.
Había recibido millones de recomendaciones para que me leyese esta novela y ha sido ahora, con esta edición que me he atrevido. El prólogo lo firma Eva García Sáenz de Urturi (Álava, 1972), autora de la famosa “Trilogía de la ciudad blanca” (Editorial Planeta) y yo, que no quería que nada enturbiase la lectura que se me venía por delante, lo leí una vez finalizada aquella y anotad lo siguiente: podéis leerla sin problemas, no hace spoilers de la obra (Gracias).
Los renglones torcidos de Dios es una historia sobre la locura, la paranoia, la enfermedad mental. Torcuato Luca De Tenan recrea a la perfección el día a día en un manicomio y si su intención al ingresar él mismo como paciente fue hacernos sentir que estamos allí, lo consigue.
No vamos a ser testigos de escabrosos métodos curativos como en otras novelas de la misma temática, sino que vamos a conocer las vivencias, sentimientos, dudas, deseos y todo lo que de humano conlleva ser una persona encerrada en una institución mental.
Emplea el autor lenguaje científico y no lo notas. Describe las enfermedades mentales de tal modo que acabas entendiéndolas. Traduce los silencios de tal modo que puedes oírlos.
La protagonista de Los renglones torcidos de Dios es de esas que si no existiera ya, habría que invertarla, porque Alice Gould, es absolutamente fascinante. Su personalidad domina toda la obra y no sólo porque está llamada a hacernos dudar de su cordura, sino porque es tan arrolladora que todo aquél que se acerque a ella caerá rendido ante su inteligencia, elegancia, saber estar, belleza y dominio de todas las situaciones que la rodean.
Los personajes que la acompañan en esta aventura son brillantes, compasivos e igualmente inteligentes. Los diálogos que mantiene con ellos son de una locuacidad inaudita y la que aquí se atreve a realizar reseña de la obra, no ha podido dejar de sentir durante las horas que he estado “ingresada” en el manicomio de La Fuentecilla, que gracias a novelas como Los renglones torcidos de Dios el hecho de leer sea una forma de vivir mil vidas y de que merezca la pena cada segundo invertido.
¿Será verdad la historia que Alice cuenta cuando llega al centro, o lo será la que cuenta más tarde ante la asamblea médica? ¿es realmente una investigadora privada que voluntariamente ha accedido a ingresar para investigar un crimen no resuelto?, ¿realmente intentó envenenar a su marido?
Muchas incógnitas irán formando parte de nuestra mente a lo largo de esta lectura. Muchas verdades se irán quedando atrás para volver a sembrar dudas.
Todas las reseñas (incluida ésta) que se puedan realizar de Los renglones torcidos de Dios (Austral Imprescindibles, Editorial Planeta) se quedan pequeñas a la hora de expresar lo grande que es la novela. Torcuato Luca De Tena escribió una obra inolvidable, una de esas de las que es mejor no contar nada. Una novela de la que sólo se puede decir una cosa: ¡tienes que leerla!
Por lo poco que he leído, sólo se, que es el tipo de novela que engancha. Estoy muy contenta de haber empezado a leerla y eso que ha sido casualmente.