Si coleccionabas tazos de Chiquito de la Calzada, te traumatizaste porque se te murió el Tamagotchi, descubriste el Caribe gracias a Curro y te conectaste a internet por primera vez en un cibercafé, es que tú creciste en los noventa.
Si te conviertes en el alma de la fiesta cada vez que suena El tiburón, El venao o La Macarena, si aún sueltas palabras como efectiviwonder, digamelón o yirapa y, para ti, Amy Farrah Fowler de The Big Bang Theory siempre será Blossom, es que echas mucho de menos aquella década prodigiosa.
Entonces, el libro Love the 90s está hecho para ti.
Los años 90 fueron el comienzo de todo en España. Los primeros late nights en la televisión, los primeros centros comerciales donde dar una vuelta los fines de semana, la proliferación de las cadenas de comida rápida, el auge del pop rock patrio y los mejores tiempos de deportistas españoles que hicieron historia, como Miguel Induráin en el ciclismo y Rollán, García Aguado y compañía en waterpolo. Fue una época de descubrimientos: nos interesamos por el baloncesto gracias a Michael Jordan y por el rap gracias a Eminem, y supimos lo que era el boxeo por culpa de Mike Tyson y la oreja. Entonces la política nos parecía divertida gracias a Las noticias del guiñol, nos asombramos con el escándalo planetario que provocó el vestido azul de la Lewinsky y nos preguntamos hasta dónde llegaría la ciencia, capaz de clonar una oveja.
Love the 90s habla de todos esos temas y muchos más. Un recorrido por la música, acontecimientos, televisión, moda, cine, tecnología y deporte de aquellos años, e incluso un repaso a las costumbres y primeras veces de los adolescentes de entonces, en su día a día y en el instituto. La selección es muy variada, lo que es un punto a su favor, aunque en ocasiones resulta repetitivo porque habla de una misma cosa en varios capítulos. Quizá se deba a que ha sido escrito por varias manos y sin demasiado entusiasmo, pues las explicaciones están al nivel de las que encontrábamos en las revistas Súper Pop y Vale, tan de moda en los años noventa. Ni siquiera figura quién o quiénes han sido los autores, lo que personalmente me parece fatal. De ahí que a Love the 90s, en conjunto, le falte alma, esa que sí tenía la primera entrega de Yo fui a EGB.
He echado en falta más referencias a los primeros años de la década, lo que me hace deducir que los autores son demasiado jóvenes. Por citar solo un ejemplo: ¿cómo se puede hablar de Backstreet Boys como si fueran los pioneros de las boy bands, cuando a principios de los noventa ya triunfaban, y mucho, New Kids On The Block y Take That? Aunque mejor me callo, porque este tipo de reflexiones me hacen sentir vieja.
Si tú también te sientes así cuando le cuentas a tus hijos y sobrinos que conociste las pesetas antes que los euros, que grababas tus videoclips favoritos en una cosa que se llamaba cinta porque aún no se había inventado Youtube o que fuiste uno de los pocos que probaste una misteriosa y efímera bebida llamada Cherry Coke, no te preocupes. Leyendo Love the 90s te darás cuenta de que «Efectiviwonder, los 90 molaron mazo» y que realmente fuimos afortunados por disfrutarlos en primera persona.