¿Qué significa para ti un lunes? ¿Qué piensas cuando tienes tanto trabajo por hacer que no sabes por dónde empezar? ¿Ves el vaso medio vacío o medio lleno? Si todas estas preguntas han hecho que te pares, aunque sea por un momento, en ver esta reseña, bienvenido a Lunes burbuja: pequeño manual de vuelo. En este vuelo nos vamos a encontrar con muchas cosas que conoces, con otras tantas que has pensado alguna vez y a las que quizás no has sabido poner nombre nunca, y otras que harán que se te escape una pequeña sonrisa cuando te des cuenta que aquello que tú creías tan importante en realidad no deja de ser una pequeña piedra en el camino. Y es que a veces no hace falta ser un adulto para ver cómo todo se hace un poco cuesta arriba, también siendo niño uno puede darse cuenta que se necesita una burbuja, como la de este libro, para ver las cosas de otra manera. Porque en el fondo lo más importante está dentro de cada uno y es entonces cuando, después de creer en nosotros mismos, veremos todo aquello que no había estado delante de nosotros y que ahora sí lo está. Y sí, puede que esta introducción haya ido encaminada a que todo tenga una pátina de positivismo que a algunos, yo lo sé, os hará correr despavoridos. Pero a veces, cuando todo parece que está echado a perder, no viene nada mal recordarnos qué es lo que de verdad tiene importancia. Y me temo que eso lo olvidamos de continuo.
Es muy probable que este libro de Aldo Tonelli no hubiera caído en mis manos si no hubiera necesitado algo así para ayudar a un amigo. Todas las tardes de escucha, todas las palabras que podría haberle dicho, todo ese tiempo a su lado mientras las lágrimas caían y el tedio asomaba la cabeza, fueron suficientes para entender que algo había que se me escapaba. Que no podía llegar a ese centro que a él le hacía tener los pies anclados en la tierra sin poder moverse. Suelo pasearme por las librerías alguna mañana que mis obligaciones me lo permiten y, en uno de esos paseos sin rumbo fijo, me topé con Lunes burbuja: pequeño manual de vuelo como quien se topa con un pequeño tesoro que llevaba tiempo buscando. No suelo, además, ser de esos que venden motos de “este libro cambiará tu vida” o “si lees lo que hay aquí dentro ya nada volverá a ser lo mismo”. Pero sí creo en cierto poder curativo de la literatura y, cuando ves que a tu alrededor hay alguien que no sabe salir del pozo, por qué no intentarlo con algo nuevo. En mi caso, cuando mi amigo vio lo que le regalaba, me miró desconfiado. Días más tardes me lo agradeció. Me dijo: “Oye, que no habrá solucionado mis problemas, pero alguna que otra sonrisa ya me ha sacado”. Y con eso ya tuve suficiente.
Suelo salir huyendo de libros que te prometen arreglar, con un par de párrafos, tu existencia. La vida es mucho más complicada de lo que pueden decirte que es en un libro. Tus circunstancias personales pueden llevarte a un lugar muy oscuro y no hay que obviarlo. Lo más importante que ha hecho Aldo Tonelli es coger esa filosofía y explicarla de una forma sencilla. Porque hay que saber que es muy posible que este libro no cambie nuestras vidas, no las transforme en la dichosa felicidad que tan bien nos han vendido que tenemos que tener. Pero al menos, cuando uno cierre este libro, es muy posible que encuentre un alivio al saber que, más allá de nuestras emociones, hay un mundo por descubrir que puede enseñarnos todo aquello que no somos capaces de ver ni entender. ¿Quién dijo, además, que ser feliz fuera fácil?