No soy padre. Pongo esto por delante porque hay quien, susceptible como los hay, me podrá decir que a qué vengo yo a hablar de un libro sobre la maternidad, o sobre la idea de ser madre, o sobre todo lo que tenga que ver con tener un niño. No, no soy padre. Creo que tampoco quiero serlo, o al menos no en un futuro próximo. Pero no estoy aquí para hablar de mí sino de Mammasutra. Uno, el que suscribe, se ha encontrado en su camino últimamente con más de una publicación que tocaba este tema y casi todas con el mismo tono como norma: con el humor pegado a la suela de los zapatos. ¡Bien! ¡Por fin vamos aprendiendo! Hace unos años – y no hace tanto, me temo – hablar de la maternidad con humor era, poco más o menos, que cometer sacrilegio contra un tema que había sido sacralizado hasta el extremo. Y no es que yo no crea que la maternidad es algo maravilloso, no es nada de eso. Pero lo que sí opino es que, hablar de ello, tratar el tema con naturalidad, con la gracia de quien sabe hacernos reír, pues oye, a mí me vale y me satisface. No he entendido nunca esa visión rancia de que la maternidad hay que tratarla desde la seriedad como si al no hacerlo estuviéramos faltando al respeto a alguien. ¡Así que bienvenida sea Cristina Torrón! ¡Bienvenida y bienhallada al mundo de este lector que se lo ha pasado pipa con tu libro y que ahora lo recomienda! ¡Hablemos de maternidad, de lo que supone, pero hagámoslo con una sonrisa! Yo os cuento el por qué, la autora pone todo el mérito.
Si eres mujer, felicidades, te vas a reír una barbaridad. Si eres hombre, de nuevo, felicidades, porque no sólo te vas a reír sino que también vas a entender muchas cosas. Pero oye, no pienses que por ser del género masculino y que te vean con Mammasutra por la calle van a mirarte mal. Todo lo contrario. Creo que Cristina Torrón ha sabido captar a la perfección todo lo que la maternidad da – o quita – sin restarle una pizca de gracia al asunto. Porque plantearse tener un niño ya es responsabilidad suficiente como para que no podamos reírnos del asunto y de todo lo que conlleva. Y reírnos me parece la solución perfecta para todo el estrés que conlleva eso de pensar en tener un bebé, organizarlo todo, dar a luz, y que te cambie la vida. ¿Tú no estarías dispuesta a que, al menos, durante el tiempo que te dure la lectura todo se te haga menos cuesta arriba? Pues eso mismo es lo que proporciona este libro. Risas, vernos reflejados, sonreír, volver a vernos reflejados y después decirnos a nosotros mismos: ¿por qué narices somos tan serios cuando la vida hay que tomársela con todo el humor posible?
Abogo siempre que puedo – y no suele ser a menudo, por desgracia – por el uso del humor en temas que parecen un tabú en la sociedad. Mammasutra es todo eso que yo le pido a un libro que pretende hacérmelo pasar bien. ¿Nos habla de la realidad? Lo hace. ¿Pero, en serio, habla de la realidad? Que sí, que os lo prometo, que Cristina Torrón convierte en divertido lo que nos propone, y además habla de situaciones que a veces se han vivido y no nos hemos dado cuenta de lo absurdas que parecen a ojos de los demás. Y oye, ya lo he dicho al principio, yo no soy padre, de hecho ahora mismo no quiero serlo, pero eso no me impide sacarle el mejor de los partidos a un libro que puede convertir en agradable un momento que para aquellos que ven cerca el momento de la maternidad puede sobrepasarles. La vida es eso que pasa cuando estás haciendo planes, eso dicen. Yo añado que la vida es eso que pasa entre que lees un libro que te ha encantado – como este – u otro que te ha parecido horrible – insertad aquí el que os venga a la cabeza -. Así que, una vez más, riamos, comprendamos que el humor está para usarlo y, de seguro, la vida nos irá mucho mejor.